Jamás te lo dije.
Me obligaste
a acabarme el desayuno
—atragantándome—
me tragué también
mis palabras.
Ese silencio fue mío,
como el de Donés.
Había un bufé libre
en mi corazón
enfriándose.
Parece que, sin querer, escribí un relato autobiográfico de terror y drama durante el parto, y no he avisado: lo siento. ¿No quieres que te ocurra lo mismo que a mí? Haz tu plan de parto.
Hace años subimos los Pirineos, en plan familia y amigos. Un día incluso pasamos a Francia, que tenía los mismos pinos. Otro día nos perdimos unos pocos y los de la Guardia Civil dijeron a los demás que cuando lleváramos tres días por ahí mandarían a alguien, que estaban buscando aún al desaparecido de la
Comentarios