Un beso como el primer pie en la arena Un beso como el asiento de atrás, tras la playa Un beso como la cinta de casette que se ha derretido Un beso como un semáforo bajo el sol hace treinta años Un beso como robar una patata frita de la cocina Un beso como tus
Estabas frío, te culpé. Estabas muerto, me culpé. Estabas mudo, me sentí sorda, la culpé. ¿O estaba yo sorda? Estabas ido. No es culpa de nadie. Estaba sola, contigo, allí. Volví a casa, y tú me diste la espalda.
Por ahí se quiere a los que te quieren y jamás a los que te han olvidado. Se quiere a los constantes se quiere con trabajo no se quiere sin querer no se quiere por descuido no se quiere porque sí no se quiere por accidente no se quiere por costumbre no se quiere a
Abrí el libro
con miedo
de ver las costuras,
de notar las mentiras. Pero no.
Como el agua Del Segura Me robas de noche Y me devuelves al cauce Cubierta de espuma. Hervida tras la ducha Bajo mucho menos oscura Transparente y verde Las cañas más bien me arrullan Entre los puentes Susurro Nadie sabe de nuestra aventura.
Jamás te lo dije. Me obligaste a acabarme el desayuno —atragantándome— me tragué también mis palabras. Ese silencio fue mío, como el de Donés. Había un bufé libre en mi corazón enfriándose.