Estabas frío,
te culpé.
Estabas muerto,
me culpé.
Estabas mudo,
me sentí sorda,
la culpé.
¿O estaba yo sorda?
Estabas ido.
No es culpa de nadie.
Estaba sola,
contigo, allí.
Volví a casa,
y tú me diste
la espalda.
Es muy fácil elegir un personaje, y cuando no funciona, echarle la culpa al personaje, o cambiarlo, en vez de mirar hacia dentro y ver qué problema tenemos en realidad. Hay un cuento que oí en alguna parte y no he vuelto a encontrar. *Si sabes de quién es, déjame un enlace en un comentario.
Es duro no poder ver lo que pinta tu pareja, más aún cuando a tu alrededor no paran de llamarlo para que muestre los cuadros, dé conferencias, o envíe fotografías. Hubo un tiempo en el que quise operarme, pero me dijeron que tendría que dejarlo todo durante diez años. Que iría de quirófano en quirófano,
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