Por ahí
se quiere a los que te quieren
y jamás a los que te han olvidado.
Se quiere a los constantes
se quiere con trabajo
no se quiere sin querer
no se quiere por descuido
no se quiere porque sí
no se quiere por accidente
no se quiere por costumbre
no se quiere a ratos
no se quiere cuando te acuerdas
no se quiere los días impares
no se quiere fines de semana alternos
no se quiere medias vacaciones
no se quiere escribiendo de-emes postales
no se quiere con un amor pequeño
no se quiere un amor manejable
no se quiere un amor tranquilo
no quiere el que no se quiere
no se quiere, en general:
no se quiere.
No se quiere a los constantes,
no se quiere si cuesta trabajo.
Y es una pena.
Meme, ejercicio, ejercicio de memez, lo que queráis. El caso es que la nota de Multimaníaco (por cierto, este artículo es muy interesante) de tus quince autores favoritos (pensando poco) me ha hecho reflexionar sobre qué tipo de libros leo, y quizá me dé alguna pista sobre qué tipo de libros voy a escribir. Claro
Como el agua Del Segura Me robas de noche Y me devuelves al cauce Cubierta de espuma. Hervida tras la ducha Bajo mucho menos oscura Transparente y verde Las cañas más bien me arrullan Entre los puentes Susurro Nadie sabe de nuestra aventura.
Hoy es un gran día para salir del armario, pero en la vida, como el Google+, hay muchos círculos y muchos armarios diferentes.
Leía hace poco un consejo para escribir una novela que decía: «escribe sobre aquello que no puedas comentar en la cena».
Comentarios