Esta mañana hablaba con un grupo de matemáticos en el desayuno (en mi vida esto es algo común) y comentábamos el descenso de la inversión en I+D de las empresas en los últimos tiempos. Yo decía:
—Tenéis que entender que una empresa tiene el deber de proteger su existencia. Sólo si sigue existiendo podrá un día volver a sufragar proyectos de I+D. Tiene que protegerse… en ese sentido es un poco asimoviana…
Entonces he pensado que quizá las empresas, cuando dejan de portarse como personas o grupos de personas, deberían al menos portarse como robots asimovianos. Sus tres leyes serían:
¿Y la ley cero (o cuarta…), dirá el primero de la clase?
Supongo que al cumplir esta última ley, las empresas y los robots serían mejores que muchos humanos.
Hoy empiezo de verdad a publicar las preguntas que me hacen por correo electrónico (que siempre contesto, aunque a veces tarde un poco). La última puede que beneficie a alguna agencia de la competencia, así que lo justo será que beneficie (si sirve) a todas las que hubieran querido hacer la misma pregunta. Primera pregunta
Pues como podéis ver los que visitáis la página (y para los que no, arriba hay una imagen) estoy renovando un poco el aspecto del blog, que llevaba ya un tiempo sin actualizar. De momento estoy aún arreglando cosillas, pero como cada vez estoy más convencida de que lo mejor es enemigo de lo bueno,
Los que conocéis a Pablo os podéis imaginar que le hace muchísima ilusión, tanto casi como a Jose Manuel Mira y a Loli Carrillo. Os aseguro que a Lucía y a mí, también. No sólo porque me haya prometido que el año que viene iremos a Japón a celebrarlo (¡no! ¡en absoluto! ¡no tiene nada
Comentarios