Ya ha publicado Puebla las fotos que tiene del taller de plumilla De buena tinta (más fotos en su blog). Yo la verdad, he acabado completamente encantada con lo que he aprendido y la gente que he conocido. También y con pasar cuatro días seguidos dibujando una hora y media diaria, que se nota. Quién sabe, quizá dentro de diez años no sólo sea capaz de copiar esos increíbles dibujos de Jim Borgman de manera pasable, sino quizá, sólo quizá, pueda sacar las imágenes que tengo en la cabeza a un papel. Claro que si pudiera elegir quién ser y qué dibujar, elegiría a Bill Watterson. Por cierto, merece la pena leer este texto que escribió Watterson cuando yo todavía iba al colegio: Some thoughts on the real world by one who glimpsed it and fled.
Mientras, disfrutad con las fotos. Por cierto, en la siguiente sale Pepe Albaladejo, el fotógrafo que nos hizo estas fotos cuando María se incorporó a la agencia de traducción el año pasado (incluyendo la que tengo puesta aquí en el blog). Es difícil que los fotógrafos salgan en las fotos, ¡pero esta vez le han pillado!
Puebla le estaba dibujando a él, creo recordar.
Cuando vivía en Granada, echaba de menos Murcia leyendo la página de Los Mendrugos en el Jueves. ¿Por qué pienso esto hoy? Porque hoy sale a la venta en quioscos (me enteré por el blog de Juan Álvarez, y por Murcia Cómic) la edición de lujo de Los Mendrugos, así que ya sabéis, crisis o
Claramente, dejándolo para más tarde, cuando sea mejor momento. Una pista: nunca hay mejor momento que ahora. Y entre ahora o nunca, elige bien. A veces toca nunca, a veces toca ahora. Hemos tenido un problemilla en casa estas Navidades, y es que mi hermano pequeño ha estado a esto de suspender Lengua. Quiero muchísimo
Muchos traductores escribimos blogs profesionales, pero ¿qué escribimos en el blog? ¿Hasta qué punto nos pringamos con lo que pensamos? ¿Decimos la palabra que estamos buscando, o ponemos una versión para juguetes preescolares?
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