En latín
Raptores orbis, postquam cuncta vastantibus defuere terrae, mare scrutantur: si locuples hostis est, avari, si pauper, ambitiosi, quos non Oriens, non Occidens satiaverit: soli omnium opes atque inopiam pari adfectu concupiscunt. Auferre trucidare rapere falsis nominibus imperium, atque ubi solitudinem faciunt, pacem appellant.
En español
«(Los romanos), ladrones del mundo, una vez han devastado la tierra, se dirigen al mar; son avariciosos si el enemigo es rico, arrogantes si es pobre; ni Oriente ni Occidente les sacian; con la misma locura quieren poseer la riqueza y la pobreza de las naciones. Usan el falso nombre de imperio para el robo, el asesinato y el pillaje: y cuando ya sólo queda desolación, lo llaman paz.»
Tácito, Agrícola, 30, 4
De la exposición que hay ahora mismo en el Coliseo de Roma, Trionfi romani. Como casi todo lo que se ha dicho de los romanos, se aplica también a otros imperios. No quiero señalar.
Este sábado 24 de noviembre tengo más corridas que fechas, como dice mi madre. Para los de fuera: es una metáfora taurina. Estaré a las 9:00 en el curso de OmegaT que organiza Matiz y que imparte Sergio Alasia, de Qabiria. A las 11:30 estaré en la mesa redonda/programa de radio Erres Reales en el congreso de AJE Murcia, #R2012.
El lunes a las 7 de la tarde en el Hemiciclo de la Facultad de Letras (Campus de la Merced de la Universidad de Murcia) voy a ir a la presentación del libro Ética profesional de los profesores, (que ha escrito mi padre, he de decir). Allí comentarán el libro (entre otros) dos filósofos que
Decíamos ayer, que nosotras no comprendíamos qué fascinaba tanto a Roberto Sáinz la casa en la que creció, hasta que la vimos. Le habían puesto el nombre del gran héroe nacional: Rubén Darío, el padre del modernismo (este poema, Divagación, gustará a los traductores del público). Para el resto: Lo fatal Dichoso el árbol, que
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