Os voy a contar una cosa que espero os escandalice: las deudas de las entidades públicas no son tan malas como dicen los periódicos. Son mucho peores, porque han decidido… dejar de contabilizar las facturas. Es la ley del cajón.
Pues es una orden que viene de arriba, cuando se superan los presupuestos, se superan los recortes, se sigue gastando de todas maneras… por buenas o malas razones, se llega al tope ¿y entonces? Técnica del avestruz. Pero en vez de enterrar la cabeza en la arena, se entierra la factura en un cajón, y a correr. Y mientras la gente tenga paciencia, no se descubre el pastel.
Tú has pagado tus proveedores, sueldos, IVA, IRPF, alquiler, luz, agua, teléfono, ADSL, intereses del banco… y mientras, ¿tu factura?
Tu factura estaba de parranda. No lleva meses (años…) esperando pacientemente que le llegue su (cronológico) momento, sino que está en un limbo perdido de lo que nunca debería haber existido. Es la noche loca del gasto, es la cana al aire que se quiere olvidar. Y luego llegamos los proveedores a intentar cobrar, con el bombo de los intereses de demora. Que buena suerte a todos con eso.
Ojalá tuviera la receta, porque cogería menos disgustos. He aquí algunas buenas prácticas (que valen para otras situaciones de cobro difícil):
¿Y vosotros, hay algo que os funcione?
+ info:
Para los que no pudisteis venir, AJE Murcia ha subido a su cuenta de Google Plus las fotos del congreso #R2012. ¡Me encantan! Y ya está también disponible el podcast de la sesión Erres Reales, en este enlace con reproductor, en este enlace en descarga directa en MP3 (¡sí, gratis!). Esta es la sesión en la que me
Poco a poco puedo ir publicando las fotos del viaje a Silicon Valley con los Yuzz: las estoy poniendo en este enlace de aquí. ¿Qué es Silicon Valley? Es un área de 60km2, del tamaño del Campo de Cartagena, probablemente, en la que se invierte cada año una cantidad de dinero equivalente a todas las
Llevo ya un día entero pensándolo, y en realidad yo podría, siguiendo la letra, presentarme a la subvención como familia monomarental. De hecho, cualquier pareja heterosexual con hijos podría considerarse una familia monomarental, ya lo dice el dicho (y repetí yo ayer) madre no hay más que una. En propiedad, hay dos excepciones: el caso
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