Esta frase es simple, pero me ha costado años aprender a pronunciarla:
Necesito ayuda.
Dos palabras.
Ni siquiera conseguí publicar la entrada del blog con esas palabras. ¿Queréis ejemplos? Os cuento (de lo que se puede publicar):
No se le pueden pedir más horas al día. Las horas son las que son y punto. Priorizas qué cosas se quedarán atrás, y si son importantes se las asignas a otro (véase) y si no son tan importantes, se quedan sin hacer.
Otra palabra difícil y necesaria:
No.
Cuánto cuestan las cosas sencillas. Hasta que están hechas.
Por fin, ya no estoy enferma. Y Japón… es increíble. Es como viajar al futuro, o a Marte, o al pasado, o a todo lo anterior. Por fin puedo de nuevo hablar, y menos mal. Además, lo necesitaba. Ayer cantaba Quique aquello de esta iba a ser una canción instrumental… En los quioscos del metro
Hace años subimos los Pirineos, en plan familia y amigos. Un día incluso pasamos a Francia, que tenía los mismos pinos. Otro día nos perdimos unos pocos y los de la Guardia Civil dijeron a los demás que cuando lleváramos tres días por ahí mandarían a alguien, que estaban buscando aún al desaparecido de la
Claramente, dejándolo para más tarde, cuando sea mejor momento. Una pista: nunca hay mejor momento que ahora. Y entre ahora o nunca, elige bien. A veces toca nunca, a veces toca ahora. Hemos tenido un problemilla en casa estas Navidades, y es que mi hermano pequeño ha estado a esto de suspender Lengua. Quiero muchísimo
Comentarios