Me llaman del banco a las ocho y media de la noche de un martes después de puente, con la esperanza de que les compre unos fondos estructurados ligados a Telefónica, Vodafone, Hyundai e Inditex. Por supuesto me llama una chavala majísima de sensual voz. Para más datos, para los que gusten de estas cosas, con un cierto acento gallego.
Es el equivalente bancario de la llamada borracha del sábado a las dos de la mañana.
Mi primera reacción después de colgar es, joder, vas a llevarme al huerto ¿y no me invitas ni a una copa primero?
No, no gracias. Hace seis meses necesitaba mi línea de crédito de la empresa y me la quitasteis de debajo de los pies. Ahora no me vengais con historias de eres muy importante para mí, vamos a darnos otra oportunidad.
La frase que más me ha dolido ha sido por supuesto, en ningún momento perdería usted su dinero. Argh. Esto equivaldría a lo de no haremos nada que tú no quieras.
Claro que no.
País…
«Reenviar: Actividad READING CLUB BI». He de reconocer que abrí el correo electrónico con gran curiosidad. BI, ¿qué querría decir? ¿de qué me suena? ¿Un club de bislama, el idioma, en su abreviatura ISO 639-1? ¿Sobre bismuto, el elemento? ¿Sobre Bussiness Intelligence, el concepto? ¿Del Bachillerato Internacional, pero sería mezclar idiomas? Pero no. Estas preguntas
Todos morimos. El objetivo no es vivir para siempre, es crear algo que sí lo haga. (Chuck Palahniuk)
Productividad no es trabajar más sino trabajar mejor. Veamos cómo.
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