Hace ya tiempo que escribí la introducción del blog,y se había quedado antigua. He escrito una nueva. A ver qué os parece.
Es mi blog. Me llamo Begoña Martínez. Nací un dos de mayo en Nicaragua, en plena revolución. Desde entonces no he parado de ir a contracorriente. Rodeada de funcionarios (profesores de universidad), soy la única emprendedora de mi familia directa.
Desde hace tres años vivo en Cartagena, la ciudad de mis padres y mis abuelos. Antes había vivido en Heraclion (Creta), Londres (Reino Unido), Granada (España), Colonia (Alemania) y Alcantarilla (Murcia, España).
Me licencié en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada en el 2003. Mi especialidad fue la interpretación de conferencias y la traducción audiovisual. En enero de 2006 nació mi hija Lucía, el 16 de marzo de ese año este blog, y en enero de 2007 mi empresa, Matiz, que es una agencia de traducción en Cartagena, Murcia, España. Todos estos proyectos han ido evolucionando hacia derroteros interesantes.
A veces tengo una vida propia (sólo de vez en cuando), y todos los días (casi sin falta) saludo a mi pareja. Pienso que tengo sensibilidad para el arte, pero no demasiada habilidad aún. Me encanta bailar (tango, formalmente, pero bailo de todo), hacer fotos y dibujar algún garabato suelto. Me han admitido a un curso de cómic en Bellas Artes. Seguiré informando.
Escribe en los comentarios, o si sufres de timidez, escribe algo que no parezca correo basura a la dirección bego [arroba] bmartinez [punto] com.
Ayer fui a la primera sesión presencial de un curso que estoy haciendo sobre desarrollo de competencias directivas, que imparte Carmen Pérez Saussol: gestión de equipos, resolución de problemas, gestión del conflicto, del tiempo, del estrés, de la creatividad… Todo cosas extremadamente útiles que necesito para ayer, valga la expresión 🙂 Lo que quiero decir
Hace años subimos los Pirineos, en plan familia y amigos. Un día incluso pasamos a Francia, que tenía los mismos pinos. Otro día nos perdimos unos pocos y los de la Guardia Civil dijeron a los demás que cuando lleváramos tres días por ahí mandarían a alguien, que estaban buscando aún al desaparecido de la
Últimamente estoy trabajando demasiado. Me encanta y soy feliz, pero me estoy pasando. Lo tengo claro y tengo que (no) hacer algo. Sin embargo, me cuesta despegarme. Encontrar gente a la que confiar lo que ya no cabe. Como me gusta es más difícil, se van las horas y no me siento (demasiado) mal, hasta
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