Últimamente no paran de hacerme preguntas como la del título. Quizá no soy la persona más indicada, pero a falta de algo mejor, aquí os pongo el fruto de mis indagaciones y las respuestas que he ido proporcionando. Precisiones y correcciones constructivas bienvenidas.
Antes de empezar y que alguien diga «todo esto es simplemente ese rollo de lo “políticamente correcto”, que va a acabar con el lenguaje, con el humor, con el periodismo, con todo». Mi recomendación es que se sustituya la expresión «políticamente correcto» por la expresión «tratar a la gente con respeto», que es lo que se está pidiendo con todas estas precisiones en el empleo del lenguaje. Creo que nadie está en contra de «tratar a la gente con respeto», ni puede estar de acuerdo con «tratar a la gente con respeto va a acabar con el lenguaje, con el humor, con el periodismo, con todo». Dicho esto, continuemos y aprendamos cómo tratar a la gente con respeto a través de nuestra forma de expresarnos.
Pregunta:
¿Cuál es la diferencia entre sexo (o el sexo biológico) y género?
El sexo es el conjunto de características (físicas, genéticas, cromosómicas, hormonales…) que hacen que se considere a un ser macho, hembra, intersexual, u otros.
El género es un constructo social, una serie de roles que se representan en la sociedad: una «caja» en la que vivimos, unas expectativas que tiene de nosotros la gente.
El punto de vista según el cual solo hay dos (masculino y femenino) se conoce como binarismo de género. Diferentes sociedades en diferentes momentos históricos reconocen múltiples roles de género (hasta diecisiete, he oído por ahí): masculino, femenino, jisra…
Algunas personas rechazan el concepto de género y adoptan la etiqueta «queer» o «genderqueer» (o rechazan toda etiqueta), pero este tema es un poco más complejo y lo trataremos otro día.
Pregunta:
¿Entonces, cuál es la diferencia entre orientación sexual e identidad de género?
La orientación sexual se refiere a las personas que te atraen sexualmente.
La identidad de género se refiere a quién sientes tú que eres. El género con el que te identificas, con el que tú (por dentro) sientes que encajas. Hay gente que se siente más masculina, gente que se siente más femenina, gente que se siente en algún punto del espectro y gente no se siente en ningún lugar de ese espectro.
Pregunta:
¿Qué género uso para referirme a alguien?
Usa el género con el que se identifique esa persona. El mejor método es preguntar.
Para referirte al pasado de alguien, no digas nunca: «el sexo con el que nació». Sí puedes decir: «el género que se le asignó al nacer».
Pregunta:
¿Es trans/transexual/transgénero ofensivo como sustantivo?
Sí y mucho. Decir «un trans», «una trans», etc. limita a la persona a una característica. Es cosificante/medicalizador/patologizador. Se rechaza de forma muy vehemente. Compárese con: un hetero, un cisgénero. No es respetuoso hablar así de una persona. Mejor: «una mujer trans», «una persona trans»…
Pregunta:
¿Puedo usar la palabra transexual?
Transexual es un término que proviene del uso médico y psicológico, con lo cual a menos que la persona en cuestión lo «reclame» (lo use) es preferible usar transgénero, que es además un término «paraguas» más amplio. Si te consideras transexual, es tu derecho usar esa palabra.
Pregunta:
¿Y trans?
Sí, trans es un acortamiento válido . No es necesario usar ni comillas ni cursiva.
Pregunta:
¿Cuál es la diferencia entre identidad de género y expresión de género?
Una cosa es cómo te sientas (identidad de género) y otra como actúes (expresión de género). Que una persona no exprese algo no quiere decir que no lo sienta. No permitir a una persona expresar su auténtica identidad (su personalidad respecto al género) es ejercer violencia contra esa persona.
Pregunta:
Cuando nace un niño, nace con un determinado sexo biológico ¿no?
Cuando nace una persona, se le asigna tanto género como sexo biológico. Esta asignación se hace:
1. Respecto a un patrón binarista (hombre o mujer, sin más posibilidades). Hay otras opciones, por ejemplo la posibilidad de que alguien sea intersexual.
2. Centrándose en los genitales (especialmente en los genitales externos). A esta visión de la realidad se la conoce como «sexo determinado genitalmente» (en inglés: genitally-determined sex). No se hace una evaluación genética, hormonal ni se revisan los órganos internos, es por lo general un proceso bastante más pedestre.
3. Sin tener en cuenta la identidad de la persona, cosa que es imprescindible hacer cuando hablamos con seres humanos: pero en el momento del nacimiento no es posible.
Uno de los aspectos clave en este debate es distinguir entre lo que otras personas te asignan al nacer con la persona que tú sientes que eres en realidad. No tratar a una persona según su identidad es ejercer violencia contra ella.
Por poner un ejemplo más sencillo: es como si me diera por llamarte Juan en vez de Jaime, porque así se llamaba mi abuelo al que yo quería mucho y pienso que tienes más cara de Juan que de Jaime. Aunque todo el mundo estuviera de acuerdo conmigo, a ti no te haría ninguna gracia, y sería tu derecho que te llamásemos por el nombre que prefieres.
Veamos ahora un ejemplo más complejo. Jaime es el nombre que te pusieron al nacer, influidos por lo que vieron al mirar entre tus piernas. Pero ahora se descubre que tu nivel de testosterona es muy bajo. Por tanto, y según unas ciertas tablas, eres una mujer, y te obligan a cambiarte el nombre a Jacinta y ponerlo en todos tus documentos. ¿No te sentirías violentado? ¿Qué sabe el Estado sobre cómo debes llamarte y cómo te sientes? ¡No lo sabrás mejor tú, que vives dentro de tu propio cerebro! Eres Jaime y la gente que quiera llevarse bien contigo debe considerarte un hombre y llamarte Jaime. Estás cómodo con el sexo biológico que te asignaron al nacer, aunque ahora «el tuyo» alguien haya determinado que es otro.
Este último caso, que te puede parecer de ciencia ficción, se está dando por ejemplo con deportistas de élite, que no se consideran lo suficientemente «mujeres» para competir como mujeres, pero que luego tienen hijos, como Ewa Kłobukowska (artículo sobre Ewa en la Wikipedia, artículo sobre atletas intersexuales).
Para saber más sobre este tema, recomiendo este informe de Amnistía Internacional: El Estado decide quién soy.
En resumen: tanto el género como el sexo biológico se asignan, no «son» ni «se nace con» ellos.
Una ilustración muy maja al respecto:
http://itspronouncedmetrosexual.com/2015/03/the-genderbread-person-v3
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Otro día: las orientaciones. En mi opinión, el género, la expresión del género, el sexo biológico, la orientación sexual, la orientación romántica, el sentimiento de pertenencia a una comunidad… son factores fluidos, cambiantes y dentro de un espectro continuo. El próximo día hablamos de que el sexo y el amor son actividades, más que características formales de la persona. En este sentido, desde mi punto de vista deben ser siempre más verbos y adjetivos que nombres. Pero hay nombres, y los veremos.
Esta entrada apareció primero en mi Patreon: apúntate y anímame a escribir más. 🙂
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