Entre hoy y mañana muchos padres descubrirán las cuatro maldiciones que puede tener un juguete, a saber: voluminoso, ruidoso, pringoso y múltiples piezas. Es algo que abuelos, tíos y demás familia negarán conocer. Si tienes niños a tu cargo y alguna vez has maldecido un juguete, probablemente sea por una de las siguientes razones:
Todo esto sin entrar a trapo en el valor educativo, a veces nulo, a veces claramente negativo, que es materia para otro artículo.
Veamos un ejemplo de juguete salido de las profundidades del infierno: busto rubio con juego completo de maquillaje y peluquería a tamaño real. Es voluminoso, es pringoso, tiene múltiples piezas, y además el secador hace ruido: vamos, el pack completo.
Como padre que regala juguetes, uno querría minimizar el número de maldiciones por juguete. Por otro lado, los niños probablemente piensan que si no es enorme, no suena, no pringa y no lo puedes esparcir por toda la casa marcando tu territorio, es un rollo total. A unos y a otros, ¡felices Reyes!
¿Cómo surgió lo de literatura a tus pies #litatyourfeet? Pues el otro día a mi socia María José Torrente, emprendedora de pro y gran amante de los tacones, se le rompió uno justo antes de una reunión importante. Como estamos en el centro, bajó a comprarse otros y apareció con esto…
Es muy fácil elegir un personaje, y cuando no funciona, echarle la culpa al personaje, o cambiarlo, en vez de mirar hacia dentro y ver qué problema tenemos en realidad. Hay un cuento que oí en alguna parte y no he vuelto a encontrar. *Si sabes de quién es, déjame un enlace en un comentario.
En el Salón Mi Empresa tuve la suerte de asistir al coaching privado Yuzz que impartió Mónica Martín Burgos, consultora en habilidades de comunicación, enfocado sobre todo a mejorar los famosos elevator pitch.
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