Los fundadores de Bab.la: Andreas Schroeter, Thomas Schroeter y Patrick Uecker. Nota mental: un buen concurso te consigue muchos backlinks.
Ha sido genial recibir el correo de Bab.la diciendo que este blog ha pasado la primera criba y está en el top 100 de la categoría de blogs de profesionales de los idiomas del ranking anual de Bab.la y Lexiophiles (los que organizan el único que hay, que yo sepa). Ahora queda una segunda fase en la que el 50% son los votos de los lectores, así que si alguna vez habéis querido animarme en la sombra a que escriba más, no tenéis más que darle unas palmaditas a mi ego (a mi mini-ego como me decía un tuitero el otro día) votando por mi blog aquí:
Están por orden alfabético así que el mío está cerquita del principio: pone «Begona Martínez» (sic):
Le das al selector y se pone así:
Y luego bajas abajo del todo, y donde pone «Vote», pulsas el botón:
Y ¡tachán! ya está, has hecho tu parte para que yo escriba con más ahínco si cabe, y además te dice cómo va la cosa:
Bueeeno, y después de eso, puedes votar otro día que te aburras, o quizá quieras dedicar tu tiempo a otros blogs de traducción españoles, por ejemplo, qué te diría yo… (lista no exhaustiva y por orden alfabético):
¡Qué nivelazo hay! Haber llegado hasta aquí con los blogs tan buenos que hay últimamente es todo un honor. Muchas gracias a los que hayáis sugerido el mío.
Aquí estoy en Cáceres, de parte de Matiz, interpretando y coordinando intérpretes en el IV Foro Democracia y Cooperación, organizado por IEPALA y Aupex. Estoy convencida de que va a ser (ya está siendo) más que interesante, tanto por el prometedor equipo de intérpretes como por la gran variedad de ponentes y organizaciones, procedentes de
Hace poco ha salido publicada la preciosa web profesional de Fernando Villar Sellés (aunque creo que no es secreto que es El fotógrafo ocioso). Siempre me han encantado sus fotos, y me ha venido a la memoria que yo también salgo en alguna. En concreto, en estas con el famoso Horacio Elizondo, que estaban en
El día de mi boda, hace ya nueve años, mi familia me preguntaba con mucho interés quién era esa señora de pelo corto y blanco sentada a mi mesa, al lado de mis padres. La respuesta es simple, pero no corta.
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