Seré breve, porque tengo delante a Mary Jane. Sirva para decir que Mary Jane no soy yo, ni es María, es otra persona, pero este no es su nombre real, por si lo habíais dudado. Estamos al fresco en un FresCo, y tiene el siguiente dilema:
Chica de 34 años, sin ataduras familiares, con hipoteca en su ciudad actual y oposiciones aprobadas en mando intermedio universitario, con Máster en Cooperación Internacional a medio hacer, se encuentra con la siguiente encrucijada:
Opción A
Seis meses de prácticas remuneradas en Cuba (600€/mes) de cooperante como parte del máster, y vuelta a su puesto habitual (o no…) con reserva del mismo. Nivel de estrés previsto: bajo.
Opción B
Puesto de responsabilidad en entidad semipública, con contrato laboral, de 9 a 18h en Madrid (50.000€ brutos/año), al menos dos años, sin reserva de puesto, y con problemas para terminar el máster. Viajes abundantes incluidos. Nivel de estrés previsto: alto.
Las opciones son mutuamente excluyentes. ¿Qué debe hacer nuestra amiga Mary Jane? Pues eso os preguntamos, amables lectores. Tiene hasta mañana martes por la noche para elegir. Quedarse no se va a quedar.
Lo bueno de hacer fotos a las cosas es que duran para siempre. Bueno, vale, mientras dure la foto. Esta semana, capuchinos y helados de Roma. Valga este ramo de aperitivo. «El mejor momento de las cosas es cuando no han pasado / porque luego lo único que puede hacerse / es comentarlo» (dice Astrud,
En el Salón Mi Empresa tuve la suerte de asistir al coaching privado Yuzz que impartió Mónica Martín Burgos, consultora en habilidades de comunicación, enfocado sobre todo a mejorar los famosos elevator pitch.
Yo apoyo este manifiesto. Esencialmente, que te corten el acceso a internet, sin mediación de un juez ni nada, es inadmisible. Imaginaos que te cortaran la luz porque tocas canciones con copyright. Es de locos. — Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio
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