Ojalá pudiera decir que no he hecho otra cosa desde el sábado, pero por desgracia no ha sido así en absoluto. Un viaje a Granada, el reencuentro con viejos amigos (a los que echaba de menos más que a Harry Potter, por increíble que parezca) y otras circunstancias personales no me han dejado mucho tiempo para leer las escasas seiscientas páginas del libro. Pasará un tiempo hasta que se pueda hablar del tema en público, pero diré que he reído, he llorado, he mirado el libro con incredulidad y en general he dormido más bien poco con todos los anteriores. Con este también.
Decir que tengo un recuerdo muy especial de cada uno de ellos es decir poco. Desde los primeros en Alemania, o los que leí en parques de Londres (mirando con renovado respeto a los cuervos que correteaban por el césped) y este último con mi niña correteando alrededor, todos han llegado (¿mágicamente?) en momentos en los que necesitaba leerlos. Creo también que es natural estar un poco triste cuando las cosas buenas acaban, pero es inútil aferrarse a ellas en la esperanza de que serían mejores si no hubieran acabado nunca. Confío también en J. K. Rowling y su habilidad para crear otros mundos y otras historias.
Mientras tanto, comenzaré a leerlos de nuevo, desde el principio.
Hace unos días estuve en Cuenca y, preguntando por un restaurante a la chica de la caseta de turismo, me dijo textualmente: “Si yo me estuviera muriendo nunca vendría a Cuenca”. Me resultó sorprendente que soltara esa frase sin venir a cuento… (…) Arturo Kortázar, Bilbao. (…) A mí me hizo pensar mucho lo que
El precio de ser una oveja es el ABURRIMIENTO. El precio de ser un lobo es la SOLEDAD. Elige uno un otro con mucho cuidado. (Hugh Macleod, sale en el libro que recomendé en días anteriores, Ignore Everybody) He ahí un consejo que meditar también con cuidado: ¿hay otras opciones? (¿por favor?) Hace un tiempo
No sé si habréis leído ya el cómic Persépolis, de Marjane Satrapi. Yo lo estuve barajando como regalo de Reyes para una persona muy, muy especial cuando Multimaníaco y yo hicimos nuestra redada por las tiendas de cómics de Madrid este diciembre. No me acabé de decidir, y finalmente mes y medio más tarde, arrepentida,
Comentarios