Estoy muy triste por la muerte de Steve Jobs. Mierda de cáncer. Lloro acordándome de mi abuela Mariana Casanova, y lloro pensando en las personas queridas que siguen luchando. Ya he hablado antes de algunas de las cosas en las que me ha inspirado Steve Jobs: en Que no te atrape el dogma y en
El otro día sentí que ganaba con un sexto puesto y que perdía con un quinto puesto. Pero ambas cosas en cierto sentido son ganar, porque sólo pierdes del todo cuando no aprendes. Cuando te pierdes.
Hace poco un chico me escribió Twitter diciendo que le gustaba mi blog y que quería proponerme algo. Pero lo que quería proponerme no era lo que yo pensaba.
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