La hipótesis del Mercadona, también conocida como la metáfora —o la alegoría— del Mercadona, postula que
« follar con alguien nuevo»
podría ser similar a
«ir a un Mercadona que no es el tuyo».
—Pero… ¿esto debería estar por aquí, no?
—¡Cómo se les ocurre esta distribución tan poco óptima!
Y al final en vez de hacer un recorrido eficiente, acabas teniendo que pasar por todos los pasillos, a tajo parejo.
Esa es la alegoría del Mercadona.
—
PD: Sobre los supermercados no alegóricos, véase en Transformer, cómo encontrar comida de verdad en un supermercado:
Decíamos ayer, que nosotras no comprendíamos qué fascinaba tanto a Roberto Sáinz la casa en la que creció, hasta que la vimos. Le habían puesto el nombre del gran héroe nacional: Rubén Darío, el padre del modernismo (este poema, Divagación, gustará a los traductores del público). Para el resto: Lo fatal Dichoso el árbol, que
Alguien le gasta una broma pseudo-estúpida a Quique por la calle, cosa que nunca comprenderé. Pablo me mira con cara de «¿tú te has enterado de qué acaba de pasar?» y nuestra telepatía falla por un momento, con lo que me tengo que conformar con expresar mis pensamientos con palabras y delante de los niños.
Hoy es un gran día para salir del armario, pero en la vida, como el Google+, hay muchos círculos y muchos armarios diferentes.
Leía hace poco un consejo para escribir una novela que decía: «escribe sobre aquello que no puedas comentar en la cena».
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