¿Por qué siempre nos fijamos en el punto uno? ¿Por qué anunciamos trabajos o ascensos como genéricos respecto a los puntos dos a ocho, como si el punto uno fuera la única diferencia? De hecho, a menos que seas capo de un cártel u operador de Wall Street, supongo que los otros factores están en juego cuando que piensas en tu trabajo.
(PD: Feliz cumpleaños Corey).
Me apuntan María y Yeray por Facebook que hay gente a la que no le gusta su trabajo. Esto está claro como el agua, y además hay razones miles para que tu trabajo no te guste. Para empezar, que es un trabajo. Como decía no sé quién «yo mi trabajo lo haría gratis, si cobro es por contestar los p**s emails».
La lista puesta al revés es un buen comienzo.
Por qué te gusta / Por qué NO te gusta tu trabajo
1. Por dinero / Porque te pagan poco
2. Para enfrentarse a un reto / Porque es siempre igual o porque es demasiado difícil
3. Por el placer o la vocación de hacer ese trabajo / Porque te resulta desagradable o porque odias esa actividad
4. Por el impacto que tiene en el mundo / Por el impacto que tiene en el mundo (malo desde tu punto de vista)
5. Por la reputación que obtienes en la comunidad / Por la reputación que obtienes en la comunidad (mala desde tu punto de vista)
6. Para resolver problemas interesantes / Porque es un aburrimiento
7. Por ser parte de un grupo y experimentar la misión / Porque formas parte de un grupo que no te gusta, porque tus compañeros son desagradables, porque no hay misión o te importa poco o te parece mal
8. Para que te valoren / Porque no te valoran
Razones para trabajar en una cosa concreta que apunta Emilio en los comentarios:
9. Para obtener poder (por el propio poder en sí)
10. Para obtener éxito reproductivo y sexual
¿Qué me falta?
Ayer fui a la primera sesión presencial de un curso que estoy haciendo sobre desarrollo de competencias directivas, que imparte Carmen Pérez Saussol: gestión de equipos, resolución de problemas, gestión del conflicto, del tiempo, del estrés, de la creatividad… Todo cosas extremadamente útiles que necesito para ayer, valga la expresión 🙂 Lo que quiero decir
Os voy a contar una cosa que espero os escandalice: las deudas de las entidades públicas no son tan malas como dicen los periódicos. Son mucho peores, porque han decidido… dejar de contabilizar las facturas. Es la ley del cajón.
El precio de ser una oveja es el ABURRIMIENTO. El precio de ser un lobo es la SOLEDAD. Elige uno un otro con mucho cuidado. (Hugh Macleod, sale en el libro que recomendé en días anteriores, Ignore Everybody) He ahí un consejo que meditar también con cuidado: ¿hay otras opciones? (¿por favor?) Hace un tiempo
Comentarios