En España el día de la madre es el primer domingo de mayo. No es mala excusa para poner una foto de mi niña, y felicitar a las que también seáis mamás.
El curso sigue yendo bien: pronto tendré lista la segmentación para el estudio de mercado. Además, he descubierto el blog de Traduïm, que me ha parecido muy interesante.
¿Qué más me ha animado hoy el día? Hablar con Quique Maldonado, compañero de facultad y del proyecto STU, actualmente traductor y residente en Pekín (China), gracias a las bondades de Skype (la conversación, no la residencia). Hemos estado comentando posibilidades de este nuevo proyecto… en breve publicaré más detalles. Pronto tendré listo también el formulario de envío de datos para traductores independientes (qué bonito es ser freelance).
[Si te interesa que lo tenga desde ya, puedes mandar un correo a bego (arroba) bmartinez (punto) com, con la palabra «CV» en el asunto, tu par de lenguas y si eres intérprete, traductor, corrector, diseñador… ]
Hay una niña de once años. Es la niña del libro. Es una chica con gafotas heredadas, en plan Toro Sentado, con una falda azul hasta los tobillos y un libro donde se cruzan las piernas. Lleva una coleta negra y me mira.
Necesito vuestra ayuda (como presentes y futuros lectores) para elegir qué plantilla le pongo al blog. En esta época de rebajas y renovaciones de vestuario, necesito ayuda para elegir… ¿Lo dejo como estaba? Pros: es la opción más fácil. Contras: me parece que el diseño ya no me pega mucho, lo veo un poco caótico
Barcelona huele a pan. A pan recién hecho. No a pan de payés (pa de pagès), sino a cruasanes de mantequilla crujientes. Tenía esa frase escrita desde hace días. Después de una hora dándole el follón a Lucía para que escriba su diario, me doy cuenta de que todo lo que le digo a ella
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