Hoy empiezo de verdad a publicar las preguntas que me hacen por correo electrónico (que siempre contesto, aunque a veces tarde un poco).
La última puede que beneficie a alguna agencia de la competencia, así que lo justo será que beneficie (si sirve) a todas las que hubieran querido hacer la misma pregunta.
Primera pregunta de la (virtual) saca de correo:
¿Hay algún test normalizado para evaluar traductores? Libre (sin tener que pagar licencia) preferiblemente?
Mi respuesta:
No, no hay ningún test normalizado, porque no hay un resultado preferible normalizado.
Dependiendo de para qué quieras al traductor, buscarás unas cualidades u otras. Dicho esto, hay entidades que dan certificados a los que puedes asignar mayor o menor valor dependiendo de para qué estés
seleccionando al traductor. Actualmente en Europa el estándar de medición de lo adecuado de un traductor para la UE es la EN15038, que requiere (entre otras cosas):
Te interesa que esa formación o experiencia sea en el mismo campo en el que pondrás al traductor a trabajar.
Aparte, hay entidades que certifican ciertas habilidades en traducción, como por ejemplo:
Con más datos puedo ayudarte de una manera algo más concreta.
La pregunta clave es:
¿Para qué quieres hacer una prueba a unos traductores?
Respecto a las pruebas de traducción: personalmente estoy más a favor de los pequeños encargos pagados, en situación real, que de las pruebas de traducción. Las pruebas de traducción, aunque no sean remuneradas, no son gratuitas, puesto que requieren gran cantidad de trabajo por parte de la agencia, de todas maneras. Tampoco son realistas, porque tú siempre ayudarías al traductor a dar lo mejor de sí mismo, con glosarios, ayuda, preguntas al cliente, etc.
¿Qué os parece? ¿Me he dejado algún recurso obvio, algo que debería haber tenido en cuenta?
Nos han premiado en el XVIII Concurso de Proyectos Empresariales con nuestro proyecto aún en desarrollo «Júramelo». Ya está saliendo en bastantes medios. En breve os cuento por aquí cómo va Júramelo, puesto que es bastante más que «una agencia de traducción a través de Internet para abaratar costes» como dice la nota del Ayuntamiento.
Esta mañana he llegado al trabajo y María me ha puesto al día de la última subvención. Me leía los criterios de baremación de una convocatoria de subvenciones, en concreto la del programa del Instituto de la Mujer que han dado en llamar «Emprender en femenino» (nombre con el que no me meteré aún). Si
Ojalá pudiera decir que no he hecho otra cosa desde el sábado, pero por desgracia no ha sido así en absoluto. Un viaje a Granada, el reencuentro con viejos amigos (a los que echaba de menos más que a Harry Potter, por increíble que parezca) y otras circunstancias personales no me han dejado mucho tiempo
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