Mi chico me manda esta cita de un reportaje de El País Semanal sobre deportes minoritarios:
En las últimas páginas de su libro Correr o morir (Now Books), el imbatible sky runner Kilian Jornet esboza una justificación a su búsqueda quimérica, extenuante e irreversible. «Quizá corro porque necesito sentirme creador; necesito saber lo que hay dentro de mí y plasmarlo en algún lugar exterior. Podemos explorar nuestro interior y saber de lo que somos capaces, pero necesitamos exteriorizarlo y verlo separado de nuestros cuerpos para contemplarlo como espectadores, poder valorarlo y detectar sus defectos para hacerlo mejor la próxima vez. Es el placer intrínseco de crear belleza y de ver que genera una fuerza de atracción a los espectadores».
«Tenemos la capacidad de construir prácticamente cualquier cosa que nos imaginemos. La pregunta clave no es ¿puede construirse? sino ¿debe construirse? Esto nos coloca en un excepcional momento histórico: la prosperidad de nuestro futuro depende de la calidad de nuestra imaginación colectiva».
Me refiero, principalmente, a dos cosas: una, montar una red cuando todo se pone en tu contra (finalmente, como siempre, Linux era la solución) y acabarme Las Benévolas, el premio Goncourt 2006 (ISBN: 9788489662520, aunque yo me he leído la edición del Círculo). Normalmente, si sigues voluntariamente haciendo algo que no es fácil, no es
Pues ya estoy en el EBE, ya ha sido mi charla, y lo cuento en pasado porque voy con la lengua fuera. Me hace ilusión porque es un evento al que había venido dos veces como asistente: en 2009 y en 2012. Me temo que no hay vídeo ni ha habido streaming. Esta es la
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