Etiqueta: matemáticas

  • Matemáticas: una verdad es para siempre

    Matemáticas: una verdad es para siempre

    Gracias Txema por este vídeo genial:

    [youtube=http://www.youtube.com/watch?v=gHJNMiSFuAM&rel=0]

    Mi amor por las matemáticas y los matemáticos no hace más que aumentar con el tiempo. Quizá sean como la cerveza y el vino. De niña me sabían amargas, me desconcertaban.  Conforme pasa el tiempo me dan más alegrías, más momentos de ¡ajá! ¡perfecto del todo! ¡Yuju!

    Pablo nunca me ha regalado un diamante, pero sí me regaló una verdad: en 2001 me regaló la Begoña surface, una superficie minimal que (según él) hasta ese momento no se había descrito.

    —Si me quisieras de verdad, la subirías al ArXiv —dijo mi yo de ¿20? años, que no era tonta del todo.

    —Uy, quita, qué vergüenza.

    Así que ahora no la encuentro, y no puedo contrastar si la verdad que me regalaste, amor, está demostrada o es una conjetura.

    Yo te quiero igual, y siempre nos he visto regidos por el axioma de elección.

    El caso es que debería estar en esta carpeta…

    Carpeta del instituto y primeros años de facultad
    Carpeta del instituto y primeros años de facultad. Contiene escritos varios, poemas buenos de otros y malos muy malos míos, dibujos, emails impresos e incluso un log de ICQ en papel (¡un log!).

    PD: Por cierto… Uuuuuuu-uuu-uuuh, ¡Banach-Tarski!

    [youtube=http://www.youtube.com/watch?v=uFvokQUHh08&rel=0]

    PD (II):
    —Hermanos, con estos panes y estos peces, dad de comer a la multitud…
    —Pero maestro, ¿podemos usar el axioma de elección?
    —Joder, si no, ¿cómo?

    PD (III):  Me ha dado mucha rabia no poder acabar el curso de programación del MITx que empecé, precisamente porque me daba muchos momentos de esos, de ¡terminado! ¡funciona! ¡probado! ¡esto es verdad para siempre! Cosa que en la empresa no se da mucho. Ahora sé un poquito más de mates y programación, y cuatro tonterías en Python, y mola.

    Bien, hasta que... nop. No, no siempre consigo lo que me propongo. Realmente hacen falta 12 horas a la semana. Se pueden sacar, pero no sin un gran esfuerzo.
    Bien, hasta que… nop. No, no siempre consigo lo que me propongo. Realmente hacen falta 12 horas a la semana. Se pueden sacar, pero no sin un gran esfuerzo. Esta primavera está siendo complicada, quizá repita curso en otoño.
  • La bella amante

    Os dejo con la bella amante de la casa: la geometría. Seguiré con la continuación del artículo anterior cuando no tenga la cabeza llena de algodón, mocos, virus. ¡Atchís!

    ¿Qué teorías reconocéis a primera vista?

    Nature by Numbers de Cristóbal Vila en Vimeo (versión de alta resolución). También está en YouTube.

    Me emocionan estas cosas. Me lo ha contagiado mi matemático residente.

    Incluso la ironía de que para hacer representaciones fotorrealistas en 3D de la geometría de la naturaleza haya que utilizar complejos programas matemáticos 🙂

    Para los que, como yo, sois curiosos y os interesan todos los «cómo se hizo» y «esto por dentro qué lleva», en la web del autor, Cristóbal Vila (¡un zaragozano!) podéis ver varios pasos del cómo se hizo, las teorías geométricas que van detrás, y los talleres de modelado 3D que imparte el autor. 🙂

    El vídeo me lo ha pasado mi ya no tan pequeño hermano.

  • Que sí, que se me ve el plumero

    He fundado una SL con mi nueva socia Maria José Torrente, el martes inauguramos nuestras flamantes oficinas en el centro, tengo varias entradas a medio escribir, un viaje transoceánico por contar, un embarazo a ocho semanas de terminar, y al final lo que me empuja a publicar algo es este notición:

    El matemático Pablo Mira gana el VII Premio de Jóvenes Investigadores de la Región de Murcia
    El jurado, formado por seis prestigiosos científicos, destaca “su excepcional trayectoria científica y su contribución a la solución de problemas matemáticos que se consideraban inabordables”.

    ¡Pablo ha ganado el premio de la Séneca! Increíble. Ustedes me perdonarán la pesadez con sus éxitos, pero estoy muy, muy orgullosa de este chaval y se me nota. Y sí, muchos lo merecen, pero me alegro por nosotros porque nos vendrá muy bien la pasta, como decía Alex de la Iglesia de su premio Nacional de Cinematografía.

    Sigo alucinando un poco y ahora vuelvo 🙂

  • Pablo Mira mediático (sí, otra vez)

    A este ritmo voy a cambiarle el nombre al blog.

    Hoy, de nuevo, Pablo Mira (co-protagonista del blog y de mi vida) es noticia o al menos aparece en una noticia.

    Esta vez en El País, con un artículo precioso sobre los matemáticos como (¡caramba!) seres humanos. Me ha encantado y lo recomiendo, no sólo por las razones obvias.

    En el País.

    El PDF en este blog

    Y listo para disfrutar, en la aplicación de lectura de PDFs de Google:

    Cómo me he enterado: esta mañana a las 5:59 mi madre me ha enviado la noticia de El País por e-mail. Nada raro: ella debía llevar levantada a esa hora unos… 59 minutos. Esa habilidad no la he heredado, me temo.

  • A dos letras del Nobel

    comunicacion-us-es

    Hoy era un día normal, hasta que publicaron la noticia. Se sabe desde hace bastante y ya se han hecho eco de ella en otros blogs, explicándolo bien, como en el de Manuel de León, Matemáticas y sus fronteras (30/08/2009). En Hyderabad 2010, en el Congreso Mundial de Matemáticos, habrá no cero, no uno, sino dos españoles, y uno será una, Isabel Fernández, y el otro será Pablo Mira (habitual coprotagonista de este blog). Se celebra cada 4 años desde 1897 y es el congreso, el de las medallas Fields, el equivalente al Nobel para Matemáticas.

    (Nobel de matemáticas no hay, porque al parecer el Sr. Nobel se opuso con todas sus fuerzas a premiar tal cosa, y menos aún después de muerto. Una versión dice que es porque quería que sus premios fueran para avances importantes y prácticos, y él no consideraba así las matemáticas. Otra versión que circula es que a su señora sí que le gustaba mucho un matemático concreto. Seguro que alguien está mejor informado que yo en esto.)

    Continúo: hoy, es portada de la sección de Comunicación de la Universidad de Sevilla (arriba), y tienen una noticia completa, cuyo titular reza:

    La profesora Isabel Fernández, primera española invitada al ICM, la reunión de matemáticos donde se concede ‘su Nobel’

    El diario ADN.es se hace eco de la noticia, con este fantástico titular:

    adn-nobel

    ¡Que alegría, nuestra Isa, con un «Nobel»!

    ¿O no? Por dos letras de nada…

    su-nobel

    Desde que conozco a estos chicos, no me creo ni la mitad de lo que leo en la prensa. Para que luego digan que no hacen falta periodistas  (y de los buenos). Para ser periodista (y para ser traductor) hace falta, primero de todo, saber leer.

  • Aunque no puedas ver, el microrrelato, en PDF

    Visto el microéxito del microrrelato, aquí os subo una versión en PDF para imprimir, enviar por email, prestar, regalar, colgar en el armario, llevar en la cartera… He toqueteado el formato estándar un poquito para que se pueda imprimir y leer bien en una hoja A4 por las dos caras, a dos columnas. Recuerda, con el papel como con el alcohol: imprime con moderación, es tu responsabilidad.

    Por supuesto para la maquetación en LaTeX he contado con la impagable ayuda del Sr Mira Senior, José Manuel Mira. Los fallos (y faltas de elegancia tipográfica o programadora) que pueda tener el archivo son, con toda seguridad, míos. Probablemente no estarían si me hubiera estudiado sus libros. Aquí está el archivo (si no has entendido el párrafo, no te lo bajes, mismo da): Aunque no puedas ver (TEX, para fisgonear en el formato, 7KB, sí, has leído bien, 7KB). El texto tiene la misma licencia CC atribución, compartir igual; el formato, la máxima que pueda tener.

    Por cierto, si alguien quisiera regalarme esta camiseta, (en versión para chica) para el próximo día 11 de octubre (guiño, guiño), sería muy friki:

    Im a LaTeX fetishist (Soy un fetichista del LaTeX)
    I'm a LaTeX fetishist (Soy fetichista del LaTeX)
  • Aunque no puedas ver

    Es duro no poder ver lo que pinta tu pareja, más aún cuando a tu alrededor no paran de llamarlo para que muestre los cuadros, dé conferencias, o envíe fotografías.
    Hubo un tiempo en el que quise operarme, pero me dijeron que tendría que dejarlo todo durante diez años. Que iría de quirófano en quirófano, y que no había garantías de que al final pudiera distinguir formas o colores con claridad. Lo pensé, y decidí seguir con mi profesión y mi vida, aunque no pudiera ver las cosas a las que él estaba dedicando la suya.
    —¿Qué haces, amor?
    —Estoy pintando.
    —¿Y… cómo vas? ¿consigues avanzar?
    —No acabo de conseguir lo que quiero conseguir. Pero sé que si lo sigo intentando, llegará un punto en el que o lo habré conseguido, o sabré que es imposible para mí.
    —¿Y el último cuadro que hiciste? ¿Sabes ya algo de la galería que te gusta?
    —Lo tienen allí parado ya seis meses, y siguen haciéndome esperar. Si no lo quieren allí tengo pensada otra, pero claro, no es igual. La gente irá a verlo si saben que está allí, los que me conocen y los que no. Pero sabes que la gente asocia el nivel de la galería con el del cuadro. Cuanto peor sea la galería, y menos céntrica esté, menos interés tendrá la gente en darse el viaje para ir a verlo. Y mientras no me lo devuelvan, no puedo hacer nada.
    —¿Pero lo subiste a la web, no? La gente sabe que existe.
    —Sí, pero no se ve igual, no se entiende igual. Además no hablarán tanto de él hasta que haya una exposición.
    —¿Se ha secado el último que hiciste? Puedo ayudarte con el marco.
    —Sí, bueno… lo he enmarcado yo, al final. Pero si quieres darle un repaso a las juntas, estaría bien.
    —Cada día lo haces mejor tú solo. Sabes que yo sólo lo hago porque me hace ilusión participar en algo.
    —Lo sé.
    —Ojalá pudiera ver tus cuadros.
    —No importa.
    —Sí, sí que importa. Vamos a esas fiestas y todo el mundo habla de pintura todo el rato. La gente te admira mucho y quiere hablar conmigo de lo mucho que les gustan tus cuadros. Yo sólo puedo decir que sí, que parece que a la gente le gustan. Que a los pintores buenos les pareces prometedor. Que trabajas muy duro y que te importa de verdad. Que he pasado la mano por la pintura, y que a veces las líneas son suaves, y a veces son rugosas. Que hay cuadros con los que has sufrido durante meses, y otros pequeños que son el fruto de una noche en vela. De cuando me acuesto y estás pintando, y me despierto y sigues en el mismo lugar. De cuando vamos en el coche, y estás callado, y sé que piensas en tu cuadro.
    —A mí no me importa que no puedas ver. Hay cosas en el mundo que no son pintura.
    —Sí, pero no te importan tanto.
    —Tú me importas más que todos los cuadros.
    —¡Pero no podemos hablar de ellos! No puedo decirte lo que pienso, no puedo ayudarte.
    —Sí que me ayudas. Pones música, y te encargas de que el ordenador siga funcionando.
    —Eres un desastre con la informática. No te interesa nada.
    —Sólo me interesa lo que me ayuda a trabajar. Lo demás no.
    —Podrías poner interés y aprender miles de cosas.
    —Sé que si sale algo útil, te enterarás por mí. Como con la web que me hiciste con las estadísticas de visitantes. O cuando me instalaste el correo en el móvil, o lo de los blogs.
    —Ya.
    —Por cierto, me han invitado a otra cosa.
    —¿A otra? ¿dónde? ¿cuándo?
    —Es algo conmemorativo en Brasilia. Entre Seúl en noviembre y Fortaleza en mayo.
    —Puf. ¿Y vas a ir?
    —No lo sé aún.
    —¿No es mucho con lo de la India el verano que viene?
    —A lo mejor sí. Es mucho trote.
    —Yo no sé a cuántas cosas puedo ir, paseando por salas donde no veo lo que hay colgado en las paredes, escuchando conferencias en las que no sé de qué hablan.
    —Está claro, lo entiendo.
    —A las tuyas voy porque me gusta oír el entusiasmo con el que cuentas qué has aprendido, y escuchar lo que murmura la gente.
    —Je, je, eso es divertido.
    —Me acuerdo de aquel chico se puso a hablarme como si pudiera ver. Fue horrible.
    —Horrible, ¿por qué?
    —En cuanto le dije que yo no podía ver, se quedó callado, como si yo ya no estuviera allí.
    —El pobre, ya no sabría qué tema sacarte. Pasan mucho tiempo con otros pintores ¿sabes? Quizá no se le ocurría de qué te podría hablar.
    —Supongo.
    —No te lo tomes a mal.
    —No, después en la fiesta me sacó a bailar salsa.
    —Es buena gente, pero le cuesta salir de su tema.
    —¡Tuvo que pedirle a otro que me lo preguntara!
    —¿Ves? Y el otro sí estaba hablando contigo.
    —Es verdad. Él y ese otro señor mayor tan majo que me dijo que eras muy creativo.
    —Te apuesto lo que quieras a que no ha dedicado diez minutos a un cuadro mío en la vida.
    —Qué exagerado eres. Ése sí era majete. No me habló de pintura ni un solo minuto.
    —Pues qué suerte, porque no tiene fama de eso.
    —¿No?
    —Pues no.
    —Qué cosas. En fin, ya sabes que yo sólo voy por viajar contigo, probar la comida de todos esos sitios, pasear por otras playas, sentir otras brisas del mar… oír otras olas…
    —¡Y esos los bufés de desayuno! ¡Qué buenos! ¿A que sí?
    —Sí, pero de vez en cuando estaría bien ir a un sitio en el que no hubiera ninguna exposición, y te tuviera para mí sola.
    —Sabes que cuando salgo tengo compromisos, que es por lo que me pagan el viaje.
    —… y si no fuera por ello no podríamos pagarlo. Ya. Tus padres sí que lo disfrutan. Como también son artistas, tienes suerte.
    —Sí, bueno, hacen cosas parecidas, pero no son de pintura exactamente.
    —Otros sólo sabrían que sales en la radio.
    —Calla, calla, qué vergüenza. Y qué difícil es hablar con periodistas. Explicar lo que hago… para gente que no lo está viendo…
    —Supongo que por eso me gustan tus entrevistas. Porque haces ese esfuerzo para otros, y yo lo entiendo un poco mejor.
    —Me cuesta mucho.
    —Pero a tus padres sí que se lo puedes explicar más o menos. Además sus compañeros sí que lo aprecian, y les dan la enhorabuena por lo que haces. Es una suerte que comprendan a qué te dedicas, y estén orgullosos. Otros no lo entenderían.
    —Es que soy un chico con suerte.
    —¿Aunque yo no pueda ver?
    —Aunque no puedas ver.

    Este microrrelato está dedicado a los que me preguntan cómo es estar casada con un matemático, sin ser matemática. Es más o menos así.

    CC: Begoña Martínez, Atribución, Compartir Igual.
    Creative Commons License
    Aunque no puedas ver, por Begoña Martínez tiene una licencia  Creative Commons Reconocimiento-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España.

    Bonus por leer hasta el final

    Anécdota real:

    Profesor de la Licenciatura de Matemáticas, en clase: ¿Sabéis dónde está vuestro compañero Fulanito?

    —Lo ha dejado. Va a dedicarse a la (literatura, bellas artes, música).

    —Hace bien. No era lo bastante creativo para ser matemático.

  • Amor, Oviedo, y crónicas de sociedad

    A ver, lo primero el amor. Me ha emocionado este vídeo, sobre todo (curiosamente) ver las fotos de las bodas. Cuando los políticos se ponen a rajar del matrimonio gay, seguro que no están pensando en joderle el día de su boda a tantas y tantas personas.

    «Fidelity»: Don’t Divorce… de Courage Campaign enVimeo.

    Quizá hay más sensibilidad hacia el día de la boda que hacia los demás días. No hay muchas razones en la vida para estar orgulloso de ser de un sitio u otro, pero mira, por este lado, no vamos tan mal por aquí. Tan mal como en otras cosas en las que estamos muy mal, eso también hay que decirlo.

    Qué párrafo más absurdo. Id a firmar a Courage Campaign para olvidarlo.

    ¿Por dónde iba? Ah, sí. Me emociona y me siento identificada con estas personas porque me dan la impresión de que tenían ilusión por casarse (cosa que no se suele ver últimamente) y por hacerlo a su manera, y en su día  yo también me casé como quise, con quien quise, y ese ejercicio de libertad es muy bonito. La libertad de casarse, si uno quiere, o no hacerlo, si uno no quiere, no se le debería privar nunca a nadie.

    Nunca he entendido por qué los supuestos defensores de la familia la emprenden contra los que sí quieren formar una familia, y no contra los que no quieren.

    Esta semana pasada he ejercido de esposa de y de la manera más tradicional, quién me lo iba a decir. Ha sido el Congreso de la Real Sociedad Matemática Española 2009, en el cual como ya sabe cualquier persona que haya cruzado 50 palabras conmigo en los últimos días le entregaban a Pablo el Premio José Luis Rubio de Francia, del que ya hablé y al que ya enlacé y tal.

    ¿Os acordáis de eso de que en física de partículas, 25 personas es Woodstock? Pues este congreso fue de 10 Woodstocks. Y aunque la vida de un matemático se parece más (mucho, mucho más) a Big Bang Theory que a Sex and the City, esta semana ha sido especial.

    Fue fantástico. Hay vídeo, (pero no está digitalizado aún), hay fotos (pero mi cámara ha muerto, luego yo no las hice, luego no las tengo), y sobre todo, hay crónica de sociedad. Sí. No os la perdáis. Cito un fragmento del primer párrafo, y luego el último, en el que salgo yo:

    Alérgica como soy a esta asignatura que me martirizó la adolescencia hasta mi elección por Letras, bien pensé que un congreso de matemáticos iba a ser un encuentro de portentos y eminencias, calculadores e inexpresivas. Pero no. Allí estaba en el comité organizador, la cálida Concha Masa. En volandas recorrí el mármol del Auditorio, cual Campanilla de la mano de Peter Pan, con el hiperamable Santos González quién me presentó a muchos de sus colegas, como a la risueña Olga Gil, presidenta de la RESME, […]

    […] el galardonado con el premio José Luis Rubio de Francia, Pablo Mira Carrillo, joven matemático de Cartagena (la condición para conseguir el galardón es tener menos de 32 años) quién me simplificaba el objeto de su estudio sobre Superficies Mínimas: «Tiene que ver con la forma que tiene una pompa de jabón».

    Acompañado por sus padres José Manuel y M Dolores y por su cariñosa esposa Begoña Martínez a quién, en sus resueltas palabras de agradecimiento definió como «mi mejor mitad», fue preguntado por el eminente profesor Vázquez: «Vas a seguir siendo así?». Una incógnita de solución no matemática, que sólo el tiempo puede resolver.

    Podría dar para comentario de texto, pero como hay más artículos, os pongo el revuelo mediático asturiano sobre el Dr Mira, con una pincelada distinta cada cosa:

    He trabajado muchísimo. He intentado trabajar desde los sitios más fantásticos (AC Oviedo Fórum*****, que pena que la conexión a internet cueste ¡12€ al día!), hasta los más horribles, haciendo lapstop bajo la nieve para mandar un email crítico (¡gracias, Hannes de álgebra!). No me ha dado tiempo a dibujar apenas (no como a este chico que sí ha ido y sí le ha dado tiempo a hacer algo chulo). No he hecho turismo. No he visto lo de Calatrava. Ha nevado y no tenía cámara. Ha hecho sol y he abrazado la estatua de Woody Allen. He dormido muy poco, y muy mal. He conseguido pasar una tarde con una amiga de la carrera. He comido más, mucho más de lo que debiera, pero no me arrepiento. Quizá desearía tener un rebaño tras el que correr para quemar las tablas de comida asturiana, pero bueno.

    He sobrevivido, una semana más.

    Eso sí, hemos visto un concierto desde el Palco de Honor del Auditorio. Las canciones del programa estaban traducidas del alemán por Llorenç Serrahima, y me alegré de que hubiera sido un compañero de la lista TRAD, y que estuviera bien citado. Le han puesto donde sientan al príncipe cuando viene, me susurraron señalando a Pablo. Y a la mañana siguiente, en el desayuno, le dije al director de la orquesta que había estado en el concierto el día anterior y que me había gustado mucho, y que, sí, había sido diferente pero genial. En alemán.

    Y entonces sí que me sentí en una crónica de sociedad.