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  • Justo a tiempo

    Justo a tiempo

    Noticias razonablemente frescas: ¡nuevo blog en el vecindario! Me acabo de enterar por este comentario de que María Barrios tiene nuevo blog. Será público puesto que lo ha dicho en un blog ¿no? Se llama

    ¿Cuarenta segundos? ¡Yo lo quiero ahora!

    Tiene buena pinta como todo lo que Frau Barrios ha escrito siempre. Disfruten ustedes.

    Echo de menos aquella época por los tres primeros puntos de este decálogo de Milton Glaser. Me lo ha pasado hace poco Yeray, y al parecer Miguel Vagalume lo va a traducir al español en su blog (ergo trabajo que me ahorro, con este enlace: yo no lo traduciría igual, pero, jejeje, no lo estoy traduciendo ¿verdad?). Os adelanto los títulos:

    1. Sólo se puede trabajar para gente que te guste
    2. Si puedes elegir, nunca tengas un empleo
    3. Algunas personas son tóxicas: evítalas
    4. Ser un profesional no es suficiente, o bien, lo mejor es enemigo de lo bueno
    5. Menos no es necesariamente más
    6. No confíes en el estilo
    7. Tu forma de vida cambia tu cerebro
    8. La duda es mejor que la certeza
    9. Envejecer (Sobre envejecer con estilo: no importa)
    10. Di la verdad

    Frau Barrios, el día que te fuiste me bajaron el sueldo emocional. Paradójicamente y para equilibrar, también me dio menos miedo perderlo. Siempre he dicho (incluso antes de que vinieras) que es mejor haber tenido y perdido que nunca haber tenido.

    ¿Qué queda claro? Lo casi insoportable es tener miedo a perder.

    Es una de las cosas que es curiosa de emprender tu propio negocio: muchas veces te sientes más como un ludópata que como un constructor de catedrales. Siempre he dicho que no tengo madera de ludópata, porque para ser ludópata te tiene que gustar perder (jugar mucho es perder: si no te gusta ¿qué haces perdiendo todo el rato?) y a mí me gusta más ganar. Ése es uno de mis fallos, como empresaria y cuando juego al Texas Hold’em.

    Claro que tampoco me veo construyendo catedrales. Quizá soy más como un hobbit, en que lo que me gusta es ver las cosas crecer, que el poder no me tienta gran cosa y que mi punto fuerte son las carreras de fondo.

    Yo voy a ver si hago crepes Garaulet para el segundo desayuno hobbit (es lo que tiene levantarse a las 6:30).

  • Mad Matiz (The shoes-ah)

    It's up there

    Había una vez una oficina, y en la oficina una chica Joan-esca.

    » alt=»Enlightened» width=»375″ height=»500″ />

    Who, me?

    1950s

    Te echamos de menos.

    Si, estoy viendo más Mad Men del que debiera (voy por la temporada uno, así que nada de espoilers, por favor).

    Véase también: The shoes-ah! en YouTube. Qué grande es (¿fue?) The IT Crowd.

  • Yo no voy a ir a la cárcel por esto

    ¿Os acordáis de lo que dije ayer, sobre estar descansada y que las cosas fueran fáciles? Pues hoy no es uno de esos días. Estoy hecha polvo. En cualquier caso, el tema de hoy no es ése. Va dedicado al otro Quique, el que no está aquí sino allá. El tema de hoy es:

    El gobierno chino borra blogs, bloquea webs y encarcela a internautas.

    No os perdáis el vídeo: es buenísimo, quizá precisamente porque es muy simple.

    Así que acercaos y enviad vosotros un email por la libertad de expresión en China pidiendo la liberación del periodista Shi Tao. Shi Tao fue encarcelado por enviar un email con instrucciones gubernamentales para periodistas

    sobre cómo debían informar de los actos de conmemoración del aniversario de la matanza de la plaza de Tiananmen, exhortando a los periodistas a «nunca publicar opiniones que no fuesen acordes con las políticas oficiales» (Amnistía Internacional)

    Yo ya le he enviado un email al respecto al primer ministro chino (compañero, espero que me dejen ir a visitarte después de esto). Quizá queráis enviarle una nota vosotros también. No vais a ir a la cárcel por ello.

    ¡Mira mamá, he copipegado y modificado ligeramente este artículo de A de Activista escrito un artículo corto con un bebé en brazos!

    Shi Tao

  • Bonus level

    ¿Os acordáis de los niveles extra de los videojuegos? Un bonus level es una fase del juego que surge de manera inesperada. Es una pausa que no hace avanzar la trama; pero de repente, sin haberte movido del sitio, todo está lleno de manzanas, o de piedrecitas brillantes, o de cajitas con una cruz roja, o de lo que sea. Es un lugar pequeño. No vas muy lejos, pero todo es más fácil. No hay peligros evidentes y lo único que tienes que hacer es flotar a tu alrededor, mientras tu energía se recarga. De repente, la siguiente fase te da menos miedo.

    Últimamente, cuando consigo dormir cuatro horas seguidas, tengo una sensación muy parecida.

  • La bella amante

    Os dejo con la bella amante de la casa: la geometría. Seguiré con la continuación del artículo anterior cuando no tenga la cabeza llena de algodón, mocos, virus. ¡Atchís!

    ¿Qué teorías reconocéis a primera vista?

    Nature by Numbers de Cristóbal Vila en Vimeo (versión de alta resolución). También está en YouTube.

    Me emocionan estas cosas. Me lo ha contagiado mi matemático residente.

    Incluso la ironía de que para hacer representaciones fotorrealistas en 3D de la geometría de la naturaleza haya que utilizar complejos programas matemáticos 🙂

    Para los que, como yo, sois curiosos y os interesan todos los «cómo se hizo» y «esto por dentro qué lleva», en la web del autor, Cristóbal Vila (¡un zaragozano!) podéis ver varios pasos del cómo se hizo, las teorías geométricas que van detrás, y los talleres de modelado 3D que imparte el autor. 🙂

    El vídeo me lo ha pasado mi ya no tan pequeño hermano.

  • ¿Por qué seguir? Jobs, Rowling, Pink, Pausch y la motivación

    ¿Por qué seguir?

    (O por qué parar).

    En los últimos años he descubierto que es la pregunta del millón. ¿Qué es lo que te lleva a hacer lo que haces? No por qué lo empezaste: por qué lo sigues haciendo. No por qué lo convertiste en una rutina: por qué no la interrumpes. ¿Por qué esto y no otra cosa?

    Cuando abrí Matiz la gente me preguntaba ¿es difícil abrir una empresa? Ya desde el primer año, y ahora que queda tan poco para que cumplamos cuatro años, la respuesta está clara. Lo más difícil no es abrir el primer día. Lo difícil es abrir todos los días. Los buenos, y los menos buenos.

    Llegado a un punto, lo siguiente más difícil es parar, irte a casa y hacer otra cosa. Da un poco de miedo, a veces: pero hay que hacerlo.

    ¿Por qué una empresa? ¿Por qué esta y no otra? ¿Por qué así y no de otra manera? ¿Por qué abrir una empresa aquí en vez de trabajar para una empresa grande allá, o dar clase de español en una isla griega, volver a la universidad y estudiar Bellas Artes, o trabajar a tiempo completo para una ONG de las que respeto, o escribir mucho y traducir poco (y no al revés)? Estas preguntas son necesarias. Es positivo cuestionarse el camino que uno ha emprendido (¡aunque no todo el rato!).

    Al final, lo que gana, lo que te decide (en mi caso) es que no querría trabajar en una empresa que me impidiera hacer lo que voy a hacer ahora. No es un secreto que ahora mismo he cambiado mis prioridades durante al menos unos meses aplicado el cuento en mi vida real. ¿Por qué no parar unos meses y dedicarme a esta otra cosa? Y sobre todo: ¿cuál sería el precio de no parar? ¿qué error estamos dispuestos a asumir?

    NOTA: Que no cunda el pánico: mi flamante socia María José Torrente se ocupa de Matiz mientras no estoy.

    Quique y yo

    Pablo siempre me dijo que me faltan vidas para hacer todo lo que quiero hacer. @Minimaiko por su parte, que en su caso su trabajo es lo que hace, y en el mío, mi trabajo es lo que soy (y por eso sufro). Luego leí algo parecido de Jobs en la entrevista que le hizo Stephen Fry: No pienso en mi vida como una carrera profesional. Hago cosas. Respondo a cosas. No es una carrera: ¡es una vida! («I don’t think of my life as a career,» he says. «I do stuff. I respond to stuff. That’s not a career — it’s a life!»). De @Yoriento se me quedó la frase motivación es tener motivos.

    Hay cuatro vídeos que se me han quedado grabados en la memoria en los últimos años. Pienso que merece muchísimo la pena verlos, especialmente los tres primeros, que cuentan en primera persona su experiencia. Son, además, J. K. Rowling, Steve Jobs y Randy Pausch: una escritora, un emprendedor y un académico, hablando para (respectivamente) Harvard, Stanford y Carnegie Mellon.

    Los tres, en resumen,  hablan de por qué debes hacer lo que te dé la gana con tu vida. Se dicen muchas tonterías sobre la importancia del fracaso, pero en cierto sentido el fracaso es sólo un tipo de dolor que, bien vivido, te ayuda a aclarar la mente: ¿qué he perdido? ¿qué ha quedado?

    ¿Sabíais que J. K. Rowling trabajó en su día en Amnistía Internacional? ¿Que está demostrado que los incentivos puramente monetarios desincentivan? ¿Que cuando dejas algo tienes la oportunidad de empezar otra cosa? ¿Que las cosas que soñaste que harías… a lo mejor, puede ser, que no fueran tonterías?

    Una de las cosas que me encanta de vivir en el aquí y el ahora (en vez de en una de mis mil vidas a lo pirata cojo de Sabina) es que yo también puedo escuchar a estas personas, tal y como hablaron a los alumnos de esas universidades en las que (de momento) no he puesto un pie.

    Hoy os dejo los vídeos, os los comento uno a uno en otros «momentos pomodoro» que me deje el peque de la casa.
    (Así avanzo, porque si no no publicaré esto nuunca… 🙂

    J.K. Rowling Speaks at Harvard Commencement, «Los beneficios marginales del fracaso, y la importancia de la imaginación» de Harvard Magazine en Vimeo. El texto completo está aquí.

    The first thing I would like to say is ‘thank you.’ Not only has Harvard given me an extraordinary honour, but the weeks of fear and nausea I have endured at the thought of giving this commencement address have made me lose weight. A win-win situation! Now all I have to do is take deep breaths, squint at the red banners and convince myself that I am at the world’s largest Gryffindor reunion.

    Delivering a commencement address is a great responsibility; or so I thought until I cast my mind back to my own graduation. The commencement speaker that day was the distinguished British philosopher Baroness Mary Warnock. Reflecting on her speech has helped me enormously in writing this one, because it turns out that I can’t remember a single word she said. This liberating discovery enables me to proceed without any fear that I might inadvertently influence you to abandon promising careers in business, the law or politics for the giddy delights of becoming a gay wizard.

    You see? If all you remember in years to come is the ‘gay wizard’ joke, I’ve come out ahead of Baroness Mary Warnock. Achievable goals: the first step to self improvement.

    (Destaco algunas cosas graciosas, pero lo interesante es el discurso completo).

    De repente, algunas cosas encajan:

    One of the greatest formative experiences of my life preceded Harry Potter, though it informed much of what I subsequently wrote in those books. This revelation came in the form of one of my earliest day jobs. Though I was sloping off to write stories during my lunch hours, I paid the rent in my early 20s by working at the African research department at Amnesty International’s headquarters in London.

    Pero bueno, os lo estoy poniendo todo desordenado. Me ha inspirado de muchas maneras:

    So why do I talk about the benefits of failure? Simply because failure meant a stripping away of the inessential. I stopped pretending to myself that I was anything other than what I was, and began to direct all my energy into finishing the only work that mattered to me. Had I really succeeded at anything else, I might never have found the determination to succeed in the one arena I believed I truly belonged. I was set free, because my greatest fear had been realised, and I was still alive, and I still had a daughter whom I adored, and I had an old typewriter and a big idea. And so rock bottom became the solid foundation on which I rebuilt my life.

    Steve Jobs en Stanford, me lo mandaron mil veces pero sólo lo vi cuando me lo envió mi padre. Que (cuña publicitaria) acaba de sacar un libro nuevo, esta vez sobre Ética profesional de los profesores.

    Randy Pausch: «Last Lecture: Achieving Your Childhood Dreams» (Y gracias a @Txemacg de 1/4 de ambiente por dejarme el libro)

    Dan Pink: «The surprising truth about what motivates us» (Via Conor Neill)

    Arriesgándome a superar la cuota admisible de jipismo californiano, cierro con esta cita (via Willow Vanderbosch, destacados míos) de este libro que al parecer es un clásico, pero que yo no conocía, y que viene a resumir la cuestión:

    Anything is one of a million paths. Therefore you must always keep in mind that a path is only a path; if you feel you should not follow it, you must not stay with it under any conditions.

    ….

    All paths are the same: they lead nowhere. They are paths going through the bush, or into the bush. In my own life I could say I have traversed long, long paths, but I am not anywhere. My benefactor’s question has meaning now. Does this path have a heart? If it does, the path is good; if it does not, it is of no use.

    Both paths lead nowhere; but one has a heart the other does not. One makes for a joyful journey; as long as you follow it, you are one with it. The other will make you curse your life. One makes you strong; the other weakens you.

    The trouble is nobody asks the question; and when a man finally realizes that he has taken a path without a heart, the path is ready to kill him. At that point very few men can stop to deliberate, and leave the path.

    A path without a heart is never enjoyable. You have to work hard even to take it. On the other hand, a path with heart is easy; it does not make you work at liking it.

  • Dónde estaba cuando estaba de vacaciones

    Como ya dije por ahí, esta primavera fuimos a Río de Janeiro. En concreto nos quedamos en Ipanema, en un apartamento fantástico, con vistas al Cristo del Corcovado en obras cubierto con andamios, así es la vida 🙂 aunque aún sin grafitti y sin que prohibieran la entrada, como sucedió poco más tarde.

    Llovió e hizo mal tiempo algunos días, pero no tanto como una semana después de volvernos, con las inundaciones y desprendimientos. Así que las fotos en las que estamos con nubes negras en el Corcovado son extrañamente inquietantes, por un lado (se avecina la tragedia) pero curiosas porque estamos con cara de «uuh, qué desastre, qué oportunos somos», cuando lo peor estaba por llegar y nos íbamos a librar por los pelos. Nuestro avión fue de los últimos que salieron, aunque pasó una hora en la pista, esperando, por la lluvia. También nos libramos por muy poco de lo del volcán de Islandia.

    Y en todas las esperas, las siestas, las horas de dormir… estuve en los siguientes libros. Estando en verano, tenéis un libro empezado, tenéis excusa para cerrar el navegador y pasar de largo. Pero no os lo recomiendo. Lo que recomiendo es que compréis más libros de los que debáis, y leáis más de la cuenta.

    The Graveyard Book, de Neil Gaiman

    graveyard

    Le tenía muchas ganas al libro de Neil Gaiman, pero no lo había podido encontrar en inglés en España (a pesar de que he estado de librerías por ahí). Tiene una pila de premios bastante considerable, y al leerlo te das cuenta de por qué. Va de un niño que crece en un cementerio, a medio camino entre el mundo de los vivos y el otro. El resto, es mejor leer el libro.

    Por algún motivo, me da miedo meterme en páginas como Amazon porque tengo muchos libros por leer y una tarjeta de crédito. Vas cogiendo uno, otro y otro y ni siquiera pesan. Un peligro, vamos.

    Las ilustraciones de Dave McKean son increíbles, en lo que expresan con pocos trazos, y en cómo se integran con el texto.

    He intentado que mi hermano (16 años) se lo lea también en inglés, con un éxito bastante limitado de momento. Pienso que si quiere sacarse el First el nivel debería de ser suficiente, pero puedo estar equivocada. No es el único que quiere revitalizar su inglés en mi entorno, así que os lo recomiendo en cualquier caso.

    Middlesex, de Jeffrey Eugenides

    middlesexEste es uno de los únicos libros medio potables que encontré ya allí, o eso pensaba yo. Pero es un libro realmente memorable, de los que cierras y dices, «Caramba, me he leído un Buen Libro«. Tanto, que lo empecé de nuevo y me leí gran parte del principio para volver a visitar algunas de las cosas que se habían resuelto al final.

    Para los que oigáis hablar de él por primera vez (y tampoco os gustara Las Vírgenes Suicidas, la película) ganó en su día un Pullitzer y está considerada como una de las candidatas a «novela americana» esto es, de las que tratan de captar el espíritu de los EEUU. Y es curioso que lo sea, porque trata del viaje genético de la alteración de la 5-alfa-reductasa desde el Asia Menor de la invasión griega hasta Detroit (no menos). Me resulta curioso, puesto que finalmente es un libro sobre la identidad y la ambigüedad, y no es, en ese sentido, lo que uno consideraría el centro de la historia americana típica. Pero quizá por eso tiene sentido.

    El principio me recordó a Birds without Wings de Louis de Bernières, que me encantó también y comienza en el mismo sitio, en el mismo momento histórico, y también está asociado a una peli con fama de muy flojilla (La mandolina del capitán Corelli, que está basada en otro libro de Bernières).

    Lullaby, de Chuck Palahniuk

    lullabyLullaby habla sobre el poder de las palabras… ¿y si pudieras matar a alguien recitando una poesía? (de manera no figurada) ¿Cuántas veces podrías reprimirte?

    Para el resto, lean el libro…

    Por supuesto, no es raro que me llame la atención un libro sobre el poder de la palabra justa en el orden adecuado. Pero creo que, como novela, puede tener interés para otro tipo de personas, sobre todo por la parte de la magia y demás (que no suele ser un ingrediente de Palahniuk, en realidad).

    Diría que precisamente por ese uso de la magia es un libro que puedes usar para pasar de Palahniuk, que habla normalmente de vidas corrientes con decisiones clave, a Neil Gaiman, que habla de lo corriente en los mundos extraños (esto es una ocurrencia mía y está abierta a debate). A mí me ha recordado un poco a Anansi Boys, pero no sabría decir exactamente por qué. Claro que puestos a recomendar, os recomiendo Anansi Boys, American Gods, Fragile Things (o la selección más infantil M is for Magic), Jonathan Strange & Mr Norrell, y esencialmente todos los compañeros de estantería de esta novela ahora mismo.

    Invisible Monsters, de Chuck Palahniuk

    invisible_monstersCon este (un libro con mucha técnica, pero muy chulo) ya empiezo a haberme leído un gran porcentaje de los libros de Palahniuk, y el resultado es que tendré que empezar a ponerlo en mis listas de autores favoritos. Me gusta mucho cómo trata a sus personajes y sus tramas, cómo le da la vuelta a las situaciones y presenta las cosas. También recomiendo vivamente a todo el que pasa por mi casa que se lea «Non-Fiction» con artículos periodísticos/autobiográficos/sobre escribir suyos. Y sobre todo, la introducción, que cuenta cómo es el ciclo de escribir continuamente, y tiene partes que son muy citables y muy chulas. Si has venido a mi casa últimamente, y hemos pasado un rato delante de los libros, probablemente te he obligado a leer esto…

    If you haven’t already noticed, all my books are about a lonely person looking for some way to connect with other people.

    In a way, that is the opposite of the American Dream: to get so rich you can rise above the rabble, all those people on the freeway or, worse, the bus. […] An environment you can control, free from conflict and pain. Where you rule. […] We get there, and we’re alone. And we’re lonely.

    After we’re miserable enugh —like the narrator in his Fight Club condo, or the narrator isolated by her own beautiful face in Invisible Monsters— we destroy our lovely nest and force ourselves back into the larger world. In so many ways, that’s also how your wite a novel. You plan and research. You spend time alone, building this lovely world where you control, control, control everything. You let the telephone ring. The emails pile up. You stay in your story until you destroy it. Then you come back to be with other people.

    If your story world sells well enough, you get to go on book tour. Do interviews. Really be with people. A lot of people. People, until you’re sick of people. Until you crave the idea of escaping, getting away to a…

    To another lovely story world.

    And so it goes. Alone. Together. Alone. Together.

    En estos sitios estuve mentalmente, y estuvo bien descansar.

    Alone. Together. Alone. Together.

  • De vacas (introducción a guión de cómic)

    Hace años subimos los Pirineos, en plan familia y amigos. Un día incluso pasamos a Francia, que tenía los mismos pinos. Otro día nos perdimos unos pocos y los de la Guardia Civil dijeron a los demás que cuando lleváramos tres días por ahí mandarían a alguien, que estaban buscando aún al desaparecido de la semana anterior. Al bajar y recuperar la cobertura nos encontramos que alguien había puesto una olla de garbanzos a enfriar bajo nuestra caravana, haciendo que saltara todo el mecanismo antiterrorista y llegaran los de informativos de Antena3.

    En ese viaje batí uno de mis récords: cociné crepes para desayunar para unas treinta personas. Pero hoy os cuento algo que me cambió, en ese viaje.

    Subimos alto, hasta donde había nieve y caballos sueltos. Pero, subiéramos hasta donde subiéramos, por temprano que hubiéramos salido, por muy alto que escaláramos, en la cima siempre encontrábamos lo mismo.

    Una mierda de vaca.

    No una vaca. Un excremento de vaca. Una boñiga, vaya. No insisto más.

    Y desde aquel momento, mi respeto por las vacas aumentó increíblemente. Porque de todos los que íbamos, más o menos experimentados, al llegar arriba no nos quedaban fuerzas para imitar a la vaca. La vaca siempre se había adelantado. La vaca nos había ganado. La palabra «vaca» perdió toda connotación negativa. Las vacas ya no daban sólo leche, filetes y cosas bonitas de cuero. No. Las vacas merecían un respeto adicional.

    Por eso esta historia parece que va de una vaca. Pero no.

    (Continuará)

  • Que sí, que se me ve el plumero

    He fundado una SL con mi nueva socia Maria José Torrente, el martes inauguramos nuestras flamantes oficinas en el centro, tengo varias entradas a medio escribir, un viaje transoceánico por contar, un embarazo a ocho semanas de terminar, y al final lo que me empuja a publicar algo es este notición:

    El matemático Pablo Mira gana el VII Premio de Jóvenes Investigadores de la Región de Murcia
    El jurado, formado por seis prestigiosos científicos, destaca “su excepcional trayectoria científica y su contribución a la solución de problemas matemáticos que se consideraban inabordables”.

    ¡Pablo ha ganado el premio de la Séneca! Increíble. Ustedes me perdonarán la pesadez con sus éxitos, pero estoy muy, muy orgullosa de este chaval y se me nota. Y sí, muchos lo merecen, pero me alegro por nosotros porque nos vendrá muy bien la pasta, como decía Alex de la Iglesia de su premio Nacional de Cinematografía.

    Sigo alucinando un poco y ahora vuelvo 🙂

  • Foto de Multimaníaco

    Begoña, una fotografía de Multimaníaco.

    Que sí, que en teoría os debo cosas: cómo va el embarazo, cómo fue el viaje a Río, si salimos en canoa o no, esas cosas. Pero el blog es mío…