Autor: Begoña Martínez

  • Tráiler de próximas reseñas

    Amazon me va a matar.
    En serio, bueno, o matará mi escritura porque no hago más que encargar (¡y leer!) libros. Es como ir a una librería de Londres, pero sin salir de casa y sin que te pese la bolsa. Un peligro. Un peligro muy gordo. Esto es lo que me acaba de llegar (y hay otros dos pedidos en camino):

    Aun así, mi mesilla ya contenía lo siguiente, mezcla de leídos y por leer:

    Tengo empezados los de Dawkins (cortesía de Mr Carbonara), Crystal (desde hace milenios) y Twain (edición bilingüe sacada ¡oh sí! de la Biblioteca Regional). Ya os cuento de Palahniuk, Pratchett y Follett.

    Como dije en twitter, voy a escribir un artículo para La Linterna del Traductor, sobre subtitulación y VisualSubSync. Me he traído bibliografía de la oficina: Teoría y práctica de la subtitulación Inglés-Español de Jorge Díaz Cintas, y Subtitling, de Jan Ivarson y Mary Carroll (que tecnológicamente está pasadísimo, pero todavía contiene cosas interesantes).

    Como no me regaléis crack, o una suscripción al WoW o algo, esto no tiene pinta de parar. Me encanta mi vida.

  • Memercicio

    Meme, ejercicio, ejercicio de memez, lo que queráis.

    El caso es que la nota de Multimaníaco (por cierto, este artículo es muy interesante) de tus quince autores favoritos (pensando poco) me ha hecho reflexionar sobre qué tipo de libros leo, y quizá me dé alguna pista sobre qué tipo de libros voy a escribir. Claro que si intentáis sacar la media esto va a ser un poco raro. Está claro que no me molesta, ya que son los que más me gustan, pero es curioso pensar en ello.

    1.    Tolkien
    2.    Neil Gaiman
    3.    Stephen King
    4.    Terry Pratchett
    5.    Susanna Clarke
    6.    Louis de Bernières
    7.    Chuck Palahniuk
    8.    Michael Ende
    9.    J. K. Rowling
    10.   Edgar Allan Poe
    11.    Roald Dahl
    12.    Irvine Welsh
    13.    Marjane Satrapi
    14.    Ralf König
    15.    Bill Waterson

    Ua-la, ahí arriba he puesto qué tipo de libros voy a escribir.

    Qué miedo me doy a veces 🙂

    Actualización: Argh, Quino, me falta Quino. Lo cito y no lo pongo.

  • Sensuales fondos estructurados

    Me llaman del banco a las ocho y media de la noche de un martes después de puente, con la esperanza de que les compre unos fondos estructurados ligados a Telefónica, Vodafone, Hyundai e Inditex. Por supuesto me llama una chavala majísima de sensual voz. Para más datos, para los que gusten de estas cosas, con un cierto acento gallego.

    Es el equivalente bancario de la llamada borracha del sábado a las dos de la mañana.

    Mi primera reacción después de colgar es, joder, vas a llevarme al huerto ¿y no me invitas ni a una copa primero?

    No, no gracias. Hace seis meses necesitaba mi línea de crédito de la empresa y me la quitasteis de debajo de los pies. Ahora no me vengais con historias de eres muy importante para mí, vamos a darnos otra oportunidad.

    La frase que más me ha dolido ha sido por supuesto, en ningún momento perdería usted su dinero. Argh. Esto equivaldría a lo de no haremos nada que tú no quieras.

    Claro que no.

    País…

  • ¿Qué es la homeopatía?

    ¿Alguna vez te has preguntado qué es la homeopatía y si funciona? Pues aquí tienes la respuesta. Clara, concisa, documentada. En resumen: no. No funciona. Visita la web Qué es la homeopatía para leer sobre esta disciplina, su origen y puntos en común con el conocido efecto placebo.

    Más amigos que participan en esta campaña informativa por la salud pública:

  • Hoy empiezo mi primera novela

    Hoy empiezo mi primera novela.

    La excusa es NaNoWriMo. Me animaron Neil Gaiman (bueno, él no lo sabe), Charlaine Harris (ella tampoco: pero si ha escrito diez novelas sólo sobre Sookie Stackhouse yo puedo escribir una sobre… bueno, ya la leeréis), y Stephen King, via Yolanda González Mesa, de Tinta al Sol:

    A menudo los malos libros contienen más lecciones [para un escritor] que los buenos.

    Stephen King

    Estoy segura de que puedo escribir una novela muy, muy mala, así que ése es mi objetivo. 50.000 palabras en un mes. A ver si luego, en algún momento, saliera alguna buena.

    Voy a escribir por las mañanas temprano, aprovechando que estoy despierta y que voy a dejar de leer blogs por las mañanas temprano. Usaré Scrivener y/o muchas libretas. Y voy a ello YA. ¡Hasta pronto!

  • Que no te atrape el dogma

    Esta es una de las frases clave del discurso de Steve Jobs que comentaba el otro día:

    Que no te atrape el dogma, que es vivir con los resultados del pensamiento de otros.

    Don’t be trapped by dogma – which is living with the results of other people’s thinking.

    Es una de las cosas que a mí, en concreto, me cuesta en general. Cambias algo relevante (estudios, trabajo, relación) y te preguntas cómo lo explicarás. Cómo se verá. Si encajarás en un estereotipo que no te gusta (incompetente; inculto; mala persona; maruja; cobarde).

    Maruja es uno de los que a mí, por ejemplo, me da auténtico pavor.

    Mi imagen de maruja: una respetable y conservadora señora que trabaja en su casa, preferiblemente con hijos, mantenida por otra persona, y que se ocupa de la gestión doméstica y de micronoticias hiperlocales. Quizá haga alguna otra cosa, como entretenimiento. Uuf. Muy bien, pero para otra.

    Según la RAE es un ama de casa de bajo nivel cultural. No voy a entrar a trapo con el machismo de las definiciones de la RAE, pero investiguen ustedes y verán. Ama de casa lo definen como mujer que se ocupa de las tareas de su casa. Ahí falta «profesionalmente»; si no, toda mujer con casa que no delegara esas tareas en otros sería ama de casa… oh… ¡caramba, qué coincidencia!

    Obviamente, si me conoces sabes que nada está más lejos de la realidad. Como autónomo o emprendedor (me digo a mí misma), cuando el trabajo escasea o va mal, por defecto puedes parecer estar en esa categoría. Un rato más de la cuenta fregando o en pijama y te preguntas ¿estaré marujeando?

    No sé si es terapéutico o sintomático, pero alquilamos oficinas, vamos a encuentros, o escribimos blogs autorreferentes. Me explico para quien no me conoce, pero también como si yo no me conociera.

    Lo que quiero decir es que a mí me cuesta no verme así. Mejor dicho: tengo una tendencia a hacer cosas (sólo) para evitar ese estereotipo. Tengo que hacer un esfuerzo para pensar: esto es un espejismo, y reaccionar ante él es negativo. Ignóralo.

    Pero es que te impulsa a crear innovación, empresa, empleo… la nueva realidad 2.0, tu contribución a las nuevas tecnologías de microgestión de…

    Blablablá.

    Marujismo y emprendedurismo, dos caras de la misma m…oneda.

    Moldes.

    Resultados de otros.

    Dogma.

    Sólo existe tu trabajo, el trabajo hacia dentro con el que tú creas la manera en la que recuerdas tu vida, la manera en la que las cosas que haces dan forma a tu mente, la manera en la que amas lo que haces, lo que estás haciendo aquí y ahora, la gente con la que te estás relacionando. Sabes lo que hay y te gusta, aprendes a quererte a ti mismo y así querer a y aceptar cómo te quieren los demás.

    Y aquello de que una mujer es más auténtica cuanto más se parece a cómo se soñó a sí misma (esto es de Almodóvar).

    ¿No era que «la realidad es aquello que se resiste a desaparecer cuando la ignoras»?

    El siguiente paso se resume en: ignora a todo el mundo. Irónicamente eso es de un libro/blog/cosa de Hugh McLeod, Cómo ser creativo. Y lo que viene a cuento ahora es la frase «no compares tu interior con el exterior de los demás». No compares lo que tú puedes hacer por ti mismo con lo que han hecho los demás. No compares cómo te ves a ti mismo por dentro con lo que los demás muestran de sí mismos. No compares quién eres con lo que los demás ven. No compares quién eres con lo que ves de los demás. No vivas con el resultado del pensamiento de otros. No encajes en moldes de otros, sin darles tu propia vuelta.

    Hace poco me he dado cuenta de lo orgullosa que estoy de mi padre. El otro día me regaló un ejemplar de su último libro (que no he leído entero aún, leí partes del primer manuscrito, impreso en A4 y encuadernado con gusanillo) y en la dedicatoria decía algo sobre los valores compartidos. Me llamó la atención, porque es cierto que comparto valores con mi padre, aunque hemos llegado a ellos de maneras diferentes, o nos han llevado a sitios diferentes. Para él es relevante que su pensamiento en sí es cristiano. Yo no me veo así. Quizá sea una parte que influye al resto, pero no un manto bajo el que todo se cobije. Sin embargo, parte de lo que me gusta de haber crecido siendo la hija de un filósofo (aparte de los campamentos de filosofía para niños, las novelas de Lipman, los tests, esas cosas en las que los hijos de profesores somos su conejillos de Indias) es que siempre me ha animado a pensar por mí misma, y en ese sentido, nunca me han animado a vivir en el dogma, con los resultados del pensamiento de otros, sino con los míos.

    Hay una anécdota que cuento mucho sobre la filosofía, cuando en casa nos reímos de estar rodeados de matemáticos y filósofos. Dice así:

    La filosofía es como una tienda frente a la que pasas todos los días, con un escaparate, y en el escaparate un cartel que dice: «Se lava la ropa». Hasta que un día, coges tu ropa sucia y la llevas allí, pero al entrar te cuentan que ellos no lavan la ropa: sólo hacen carteles.

    La filosofía no da respuestas, hace preguntas. No lava la ropa, hace carteles. Curiosamente, investigando para este artículo he descubierto que es de Kierkegaard. A saber de dónde lo habré sacado, ya que me temo que, a pesar de mi padre, qué va, qué va, yo no leo a Kierkegaard.

    Así que sigo pensando. Sigo acarreando mis trapos sucios, preguntándome dónde lavaré la ropa esta vez.

  • ¿Hay algún test libre normalizado para evaluar traductores?

    Hoy empiezo de verdad a publicar las preguntas que me hacen por correo electrónico (que siempre contesto, aunque a veces tarde un poco).

    La última puede que beneficie a alguna agencia de la competencia, así que lo justo será que beneficie (si sirve) a todas las que hubieran querido hacer la misma pregunta.

    Primera pregunta de la (virtual) saca de correo:

    ¿Hay algún test normalizado para evaluar traductores? Libre (sin tener que pagar licencia) preferiblemente?

    Mi respuesta:
    No, no hay ningún test normalizado, porque no hay un resultado preferible normalizado.

    Dependiendo de para qué quieras al traductor, buscarás unas cualidades u otras. Dicho esto, hay entidades que dan certificados a los que puedes asignar mayor o menor valor dependiendo de para qué estés
    seleccionando al traductor. Actualmente en Europa el estándar de medición de lo adecuado de un traductor para la UE es la EN15038, que requiere (entre otras cosas):

    • licenciados en traducción e interpretación, o grado equivalente de
      su país de origen,
    • o con una cualificación distinta en otra especialidad, y experiencia
      equivalente en proyectos profesionales de 2 o más años,
    • o bien con experiencia documentada de al menos 5 años en traducción.

    Te interesa que esa formación o experiencia sea en el mismo campo en el que pondrás al traductor a trabajar.

    Aparte, hay entidades que certifican ciertas habilidades en traducción, como por ejemplo:

    Con más datos puedo ayudarte de una manera algo más concreta.

    La pregunta clave es:

    ¿Para qué quieres hacer una prueba a unos traductores?

    Respecto a las pruebas de traducción: personalmente estoy más a favor de los pequeños encargos pagados, en situación real, que de las pruebas de traducción. Las pruebas de traducción, aunque no sean remuneradas, no son gratuitas, puesto que requieren gran cantidad de trabajo por parte de la agencia, de todas maneras. Tampoco son realistas, porque tú siempre ayudarías al traductor a dar lo mejor de sí mismo, con glosarios, ayuda, preguntas al cliente, etc.

    ¿Qué os parece? ¿Me he dejado algún recurso obvio, algo que debería haber tenido en cuenta?

  • Ensalada de idiomas en la web del MacBook Air // Language salad @MacBook Air’s website

    Uno pensaría que en Apple saben cómo hacer un gestor de contenidos que no mezcle los idiomas. Vamos, digo yo.

    Problema // Question:
    Encuentra los tres idiomas en esta página de Apple. // Find the three languages used in this Apple website: http://store.apple.com/es/configure/MC504Y/A

    Solución // Answer:

    • Alemán // German: Ihr persönlicher Mac.
    • Inglés // English: Enjoy incredible performance from the Intel Core 2 Duo processor, which features two processor cores on a single chip. Choose the speed you want.
    • Español // Spanish: El resto. // Everything else.
  • El lunes a las 7 de la tarde es la presentación del libro Ética profesional de los profesores

    Ética profesional de los profesores

    El lunes a las 7 de la tarde en el Hemiciclo de la Facultad de Letras (Campus de la Merced de la Universidad de Murcia) voy a ir a la presentación del libro Ética profesional de los profesores, (que ha escrito mi padre, he de decir).

    Allí comentarán el libro (entre otros) dos filósofos que conozco bien: Begoña Domené Martínez (la persona a la que debo mi nombre) y Norberto Smilg Vidal (la primera persona que conocí que hablase alemán). Me consta que ambos tienen experiencia y buen hacer no sólo como filósofos sino como buenos profesores.

    Podéis bajar el principio del libro desde esta página de la editorial Desclée de Brouwer.

    Datos:

    Lunes 25 de octubre de 2010, a las 19:00.
    Hemiciclo de la Facultad de Letras (Campus de la Merced de la Universidad de Murcia)

    Os espero allí. Aquí está vuestra invitación:
    Invitación a la presentación de Ética profesional de los profesores

  • Justo a tiempo

    Justo a tiempo

    Noticias razonablemente frescas: ¡nuevo blog en el vecindario! Me acabo de enterar por este comentario de que María Barrios tiene nuevo blog. Será público puesto que lo ha dicho en un blog ¿no? Se llama

    ¿Cuarenta segundos? ¡Yo lo quiero ahora!

    Tiene buena pinta como todo lo que Frau Barrios ha escrito siempre. Disfruten ustedes.

    Echo de menos aquella época por los tres primeros puntos de este decálogo de Milton Glaser. Me lo ha pasado hace poco Yeray, y al parecer Miguel Vagalume lo va a traducir al español en su blog (ergo trabajo que me ahorro, con este enlace: yo no lo traduciría igual, pero, jejeje, no lo estoy traduciendo ¿verdad?). Os adelanto los títulos:

    1. Sólo se puede trabajar para gente que te guste
    2. Si puedes elegir, nunca tengas un empleo
    3. Algunas personas son tóxicas: evítalas
    4. Ser un profesional no es suficiente, o bien, lo mejor es enemigo de lo bueno
    5. Menos no es necesariamente más
    6. No confíes en el estilo
    7. Tu forma de vida cambia tu cerebro
    8. La duda es mejor que la certeza
    9. Envejecer (Sobre envejecer con estilo: no importa)
    10. Di la verdad

    Frau Barrios, el día que te fuiste me bajaron el sueldo emocional. Paradójicamente y para equilibrar, también me dio menos miedo perderlo. Siempre he dicho (incluso antes de que vinieras) que es mejor haber tenido y perdido que nunca haber tenido.

    ¿Qué queda claro? Lo casi insoportable es tener miedo a perder.

    Es una de las cosas que es curiosa de emprender tu propio negocio: muchas veces te sientes más como un ludópata que como un constructor de catedrales. Siempre he dicho que no tengo madera de ludópata, porque para ser ludópata te tiene que gustar perder (jugar mucho es perder: si no te gusta ¿qué haces perdiendo todo el rato?) y a mí me gusta más ganar. Ése es uno de mis fallos, como empresaria y cuando juego al Texas Hold’em.

    Claro que tampoco me veo construyendo catedrales. Quizá soy más como un hobbit, en que lo que me gusta es ver las cosas crecer, que el poder no me tienta gran cosa y que mi punto fuerte son las carreras de fondo.

    Yo voy a ver si hago crepes Garaulet para el segundo desayuno hobbit (es lo que tiene levantarse a las 6:30).