Yo siempre intento arreglarlo. Pero a veces la gente no quiere que arregles nada, quiere que escuches y punto.
Ayer: «Mamá, con las alas serás un hada ingeniera. Este es tu destornillador mágico de arreglar cosas». Ojalá, hija.
En ese momento, para mí, se convierte en una experiencia masoquista: intentando disfrutar de la compañía y a la vez aguantar el dolor de ver cómo alguien se la pega, sin intervenir, sin hacer ni decir «nada».
«Nada», excepto escuchar y decir: «uf, eso suena muy duro».
—Uf, eso suena muy duro.
— * —
Actualización: Me pasa Sabela en los comentarios este otro vídeo, muy ilustrativo, sobre la diferencia entre empatía y pena (ojo al falso amigo sympathy/simpatía):
(Una versión de este artículo en español) In class they have recommended us this book, Visionary Business. It has been tremendously useful for me (except for the last chapter, which deals with the author’s personal utopia). It has helped me imagine my business model. You can read the beginning in Amazon. One of the things
A veces, una dedicatoria se te va de las manos. Humor absurdo para el amor de mi vida.
Comentarios