Yo siempre intento arreglarlo. Pero a veces la gente no quiere que arregles nada, quiere que escuches y punto.
Ayer: «Mamá, con las alas serás un hada ingeniera. Este es tu destornillador mágico de arreglar cosas». Ojalá, hija.
En ese momento, para mí, se convierte en una experiencia masoquista: intentando disfrutar de la compañía y a la vez aguantar el dolor de ver cómo alguien se la pega, sin intervenir, sin hacer ni decir «nada».
«Nada», excepto escuchar y decir: «uf, eso suena muy duro».
—Uf, eso suena muy duro.
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Actualización: Me pasa Sabela en los comentarios este otro vídeo, muy ilustrativo, sobre la diferencia entre empatía y pena (ojo al falso amigo sympathy/simpatía):
Esta es la imagen que expresa mi vida normal, sin glamour añadido. Si a alguien le interesa, se lo explicaré.
Gestionar es una palabra curiosa. Últimamente la estoy oyendo mucho. Una de las últimas veces, en la conferencia de Luis Huete en su conferencia en el Día del Emprendedor del Instituto de Fomento. Estuvo hablando de su nuevo libro, Construye tu sueño (aquí se puede leer el primer capítulo). Je, ha sido gracioso, porque al
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