Categoría: traducción-translation

  • Optimistas, eso sí

    Bueno,  hoy es el día de ser optimistas. Salgo corriendo ahora mismo a comer y luego al acto de esta tarde en CROEM (organizado por AJE Murcia): En cambio, optimistas. A ver qué lleva puesto Roberto Verino (puesto que no se sabe qué va a decir) y qué dice Leopoldo Abadía.

    En cambio, optimistas: actitud ante el reto del cambio
    En cambio, optimistas: actitud ante el reto del cambio

    Yo hoy estoy lista para ser optimista: la nueva web de Matiz va por muy buen camino (aún no se puede ver, pero va bien), y por si fuera poco, ¡nos han hecho un regalo temprano de Navidad! Yo, que soy una fetichista del papel y del material de oficina considerable, estoy más que encantada, dando saltos. ¡Gracias, Herminia! Pulsa sobre la imagen para verla más grande y con las etiquetas de qué es cada cosa. Y aquí, para el relato completo ilustrado.
    Y la tarjeta, y se hizo el orden

  • Cajita de búsqueda ProZ para iGoogle (¡rapidez y felicidad!)

    Me entero a través de Translation Times, el reciente blog de las gemelas traductoras Jenner, que el novio de Dagy, Tom Gruber, ha programado un gadget de iGoogle para buscar en ProZ.com. Así me gustan a mí las personas queridas de los traductores: regalando cosas útiles. Por cierto, ¿alguien se ha fijado lo alto que es el porcentaje de parejas de (profesional de la traducción)+(profesional de la informática)? ¿Hay algún estudio serio al respecto? ¿Hay algún estudio serio sobre alguna cosa?

    Yendo al grano, aquí tenéis la captura de pantalla, y el enlace para instalarlo:

    ProZ para iGoogle

    Funciona muy rápido, por lo que yo he podido probar. Así queda mi iGoogle:

    Columna Lingüística, en el iGoogle de la traductora Begoña Martínez

    • Sí, es de Pocoyó; y también leo su blog;
    • sí, parece que algunos no tuviéramos bastante con ver una hora de Pocoyó al día;
    • sí, menos mal que por lo menos la serie es buena
    • sí, he pensado en ponerla en inglés para variar: últimamente voy alternando, por si además sirviera de algo.

    Lo que no se ve en la captura es mi Google Reader, Google Calendar, Gmail y el reloj (que es inútil porque copia la hora del sistema y el mío está mal… se me resiste en OpenSuse, se agradece ayuda).

    Y con esto y un bizcocho… me voy a cenar. Para los legos que quieran saber qué es ProZ, lo cuento el próximo día.

  • En Granada, todo es distinto

    Lucha / wrestling, by David Nesbitt
    Lucha / Wrestling, de / by David Nesbitt, en la exposición / at the exhibition Primera Línea.
    Daos prisa, es sólo hasta el viernes que viene, en la Caja Rural (frente al Parque de las Ciencias, en Granada) y abre de 19 a 21h todos los días menos los domingos.
    Hurry up, it’s only there until next Friday. It’s in Caja Rural (in front of Parque de las Ciencias, Granada), open 19 to 21 h everyday except Sunday.

    Es una foto, así que no le hace justicia. Lo siento. / It’s a photograph, so it doesn’t do it justice. Sorry.

    Este es mi cuadro favorito de la exposición de David Nesbitt, que no sólo es uno de nuestros traductores y revisores estrella (¡todo el mundo quiere a David!), sino un artista completo. I want to be David Nesbitt when I grow up.

    Con / with David Nesbitt.
    Me gusta el cuadro, y creo que es porque me siento así a menudo, luchando contra cosas que resultan ser… yo misma. Al (futuro Dr) Ingeniero Francisco Joaquín Rodríguez Prados le gustó más Cansancio, pero la foto que tengo no le hace justicia. Deberíamos regalárselo. Yo lo dejo caer.

    Está siendo genial este viaje a Granada. Al final desarrollas tolerancia a la ausencia de los amigos, pero cuando por fin te reúnes con ellos, resulta casi insoportable pensar en volver a irse. A mí me llena de ese no-sé-qué, esa sensación de estar vivo y ser libre. Es duro irse después. Pero también estás acostumbrado a irte de Granada. Al fin y al cabo, sabes que vas a volver.

    Estamos muy cómodos en este viaje. Cuando estudiaba (suspiro) tradujimos en clase la carta del restaurante del hotel en el que estamos. Y cuatro estrellas es el nivel de lujo que me resulta más cómodo. Es como estar en casa, pero con ilimitadas toallas limpias y baños más grandes.

    He pasado por la puerta de mi antigua casa. Y de mi otra antigua casa. Y de mi otra antigua casa. Y he vuelto a entrar en el Ysabel, pero la puerta de mi antigua habitación ya no existe. Luci sí que estaba. Me ha dado besos para Lucía.

    Por fin he venido. Necesitaba venir, y no porque necesitara hablar de todo lo que nos está ocurriendo con mis amigos, sino porque necesitaba verlo todo desde aquí y desde sus ojos. Ayuda hablar de este año tan raro, hablar de honestidad, empresa y arte, comunicación, pareja y rupturas, cuidado, familia y cáncer… y luego todo revuelto. Hablar de todo, reírte de todo, encogerte de hombros ante todo, y volver a empezar.

    Hay que volver aquí, donde todo empezó, para volver a empezar. Pero no importa. Tarde o temprano, vuelves a Granada. Sabes que vas a volver. Tiraste tu moneda a la fuente. No puedes evitarlo. Y está bien así. Muy bien.

  • Llevo días dándole vueltas a mi cita favorita

    … y no consigo, no consigo dar con una traducción al español que me guste. ¿Sugerencias?

    Gapingvoid.com

    Quality isn’t Job One
    Being totally fucking amazing is Job One
    gapingvoid.com

  • Irse a Cuenca, o irse de Cuenca

    Vicky Cristina Barcelona

    Hace unos días estuve en Cuenca y, preguntando por un restaurante a la chica de la caseta de turismo, me dijo textualmente: “Si yo me estuviera muriendo nunca vendría a Cuenca”. Me resultó sorprendente que soltara esa frase sin venir a cuento… (…) Arturo Kortázar, Bilbao.

    (…) A mí me hizo pensar mucho lo que me dijo un médico: yo no se lo digo nunca, les pregunto para qué quieren saberlo. Me dicen que, si van a morir a los cuarenta, necesitan saberlo para cambiar de vida. Tienen que tomar decisiones: casarse o no, estudiar latín o gastarse los ahorros, volver a Zaragoza o irse a vivir a Cuenca. El médico les respondía: si de verdad quiere, cambie de vida ahora. Se va a morir igual, de Huntington o de otra cosa, y no sabe cuándo, así que no pierda el tiempo. Si de verdad no quiere morir en Cuenca, no vaya. Si quiere dilapidar su fortuna, dese prisa. La único cierto es que la muerte llega en cualquier momento, no espere al resultado de un análisis para vivir de verdad su propia vida. Hay que escapar de Cuenca de inmediato, si uno no quiere morir sin haber vivido.

    Cartas con respuesta, de Rafael Reig, en el diario Público

    Todo es mentira«¡Me voy a Cuenca!» repetía Coque Malla en Todo es mentira. Desde entonces la frase forma parte de mí. También la sensación de que Penélope Cruz puede matarte simplemente gritando. La frase me voy a Cuenca ha sobrevivido a otras cosas que se supone que pasan en la película pero yo no recuerdo: como que la protagonista se llama Lucía (como mi hija); o que es traductora (como yo). Si queréis ver una versión actualizada de Pe haciendo más menos el mismo papel, dirigíos al pase más cercano de Vicky Cristina Barcelona: en cierto modo, pensaba ayer, la película también va de Irse A Cuenca.

    Y no es que olvidar sea raro en mí: por ejemplo, mientras leía el texto sobre Cuenca sí, Cuenca no, ayer era el día del traductor. ¡Felicidades traductores, con un día de retraso y 364 de adelanto! Ejem, problema solucionado.

    También pensaba, bueno, si me estuviera muriendo, estaría haciendo lo mismo: no cambian mis decisiones sobre casarme, estudiar latín, dilapidar mi fortuna mis ahorros, no volver a Zaragoza (para mí, el aeropuerto de Atlanta), o irme a Cuenca (a Cartagena, en mi caso). Pensar esto me da una cierta tranquilidad.

    ¿Estoy haciendo lo que quiero hacer en el sitio en el que quiero estar?

    Sí.

    En estas cosas pensaba ayer mientras dejaba sin escribir el artículo sobre que si San Jerónimo y si la Biblia traducida por aquí y happy translators day to you por allá. Quizá he fallado a los que me han puesto el nº 168 en esta lista de los mejores blogs sobre lenguaje/idiomas (¿¡estoy en una lista de blogs!? ¿¡hay alguien leyendo!? 🙂 ¡hola!). A ver si el año que viene no me pongo reflexiva cuando es hora de escribir, y llego al top 100.

    Pensaba también que ni Cartagena, ni Cuenca, ni Oviedo, ni Barcelona, son Nueva York. Pero si los mira Woody Allen, sí que son su Nueva York. La ciudad de la que huyes está dentro de ti, decía Cavafis (más o menos).

    Estoy contenta con Cuenca, con mi Cuenca. Más me vale, porque no puedo entrar ni salir de ella: la llevo dentro.

  • Un vistazo a mi mesilla de noche

    Life of Pi, by Yann Martel: ilustración de Tomislav Torjanac

    A lo que hay encima, que es lo más interesante: libros, libros, y más libros. Llevo un tiempo queriendo escribir sobre el caótico batiburrillo curioso conjunto libros junto a los que duermo, y a veces incluso, leo. Sin embargo, van cambiando a menudo y normalmente no me parece que sean material de blog, por decirlo así, porque llevo mucho retraso con respecto a los libros que quiero leer y para cuando los he leído, está prácticamente todo dicho sobre ellos. Quizá la validez de esto, como mensaje, sea que a través del conjunto de ellos digo algo sobre mí. Aquí van, pues, mis libros para estos días de lluvia:

    • Life of Pi, de Yann Martel (Man Booker Prize 2002, bla, bla, bla, crítica del NYT). Oh, este libro es buenísimo. Lo recomiendo mucho y cuento poco. Baste decir que va de un curioso naufragio: que está muy bien escrito; que es original; que nada de lo que dice me ha dado una patada ideológica en el hígado; y que te trata muy bien como lector. Si lo regalara a alguien, no elegiría el que tengo yo, sino la versión ilustrada de Tomislav Torjanac, porque las ilustraciones realmente me han impresionado. La otra opción sería comprarme yo el bonito quiero quiero quiero ilustrado y regalar el cutre de bolsillo que tiene una historia conmovedora de espera en un aeropuerto… hmm…
      • Qué me ha llegado: el sentirme identificada con el libro, y además en un momento concreto: náufraga en un aeropuerto, frente a la puerta que decía: sala de meditación.
      • (Antes de cruzarla me imaginaba una gran sala inespecífica, con moqueta, luces bajas, donde, efectivamente, se pudiera meditar, hacer yoga, pensar sin ruido. Al cruzarla me encontré frente a tres puertas, al estilo de la segregación por género de los cuartos de baño y aproximadamente igual de acogedoras. Tenían una cruz, una estrella, y una ¿luna? No sé, había sandalias al lado, en un pequeño estante. Anécdota: la única que estaba cerrada y vacía era la de la cruz. De repente me sentí aún más triste, y me fui.)
    • La guía de París de Lonely Planet.
      • Bah. La elegí porque, debido a una serie de catastróficas desdichas, (que incluye comprar 6 billetes y usar 2), mi estancia iba a durar sólo tres días y por prudencia sería más low cost. Normalmente elijo la de DK o El País Aguilar, y tengo, así de un vistazo en primera fila de la estantería, Vienna, Budapest, Greece: Athens and the Mainland y Berlin de DK y España y Roma de El País Aguilar. Estas guías hacen muy bien la parte del arte y la historia: la fotografía es preciosa y están bien ilustradas. Tienen planos en 3D para pasear y que te orientes en los museos. Sin embargo, en cuanto a gastronomía, su enfoque suele ser ciertamente en el Bulli se come bien, no se lo pierda, lo cual si bien es cierto, no es muy práctico. Especialmente cuando ya has superado el presupuesto del viaje y todavía estás esperando en el aeropuerto. Así que con una en cada mano, en un autoservicio de libros de Barajas me llevé la de Lonely Planet esperando una lista de sitios en los que se pudiera comer rico y razonable, ver los sitios obvios, pasar una tarde en el Louvre, y fin.
      • Lo bueno: sí que los contenía.
      • Lo malo: necesitabas ir al menos a tres páginas distintas para localizarlos en el plano. Pasé más tiempo perdida por la guía que perdida por París.
      • Conclusión: si no hubiera apuntado en el plano las recomendaciones personales de un pintor venezolano que conocí en el Louvre, la regalaría.
    • El lunes lo pasé enterito en Charles De Gaulle, experiencia que debo agradecer a una huelga de trenes. Pero aproveché, y eso mejoró muchísimo el día, para leer No valgo para vender, de Eloísa Martínez Santos (Ediciones Obelisco, Madrid 2007, ISBN: 978-84-9777-385-0, 192 páginas).
      • Qué andaba buscando: un libro que me explicara por qué todo el mundo vende con naturalidad y comodidad, menos yo.
      • Lo que descubrí: que mucha gente, como yo, tiene sentimientos contradictorios respecto a la actividad y profesión de las ventas. Que hay muchísimas cosas que estaba haciendo bien. Que es común, que se puede superar y que, como todo, es cuestión de trabajo y sinceridad. La verdad es que me animó mucho y ya lo he incluido en la biblioteca de Matiz (nota mental: publicar una foto, de cerca, de la estantería de la oficina).
      • Lo mejor: el entusiasmo contagioso de la autora y los consejos de sentido común.
      • Más: aquí hay un artículo de la autora que es prácticamente un resumen del libro. Va al grano, pero claro, ya no están las citas memorables ni las anécdotas divertidas.
      • Mi resumen: el mejor curso de ventas que he hecho. Coste total: 11€.
    • El siguiente que voy a leer sobre ventas: 12 pilares de la venta, de Barry Farber. Opinaré… cuando lo haya leído, claro. (Empresa Activa, 2005, ISBN: 84-95787-86-5, 217 páginas).
    • Shogun, A novel of Japan, de James Clavell. Un clasicazo (de 1975, el año: de 1152, las páginas) que me está encantando, prestado por María. Como me ha hecho saber con claridad y firmeza que aun siendo un libro de bolsillo le tiene cariño y es especial, lo tengo forrado con las tapas de una revista vieja de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Murcia, que pone:Jóvenes empresarios: talento y motivación. Es un extraño recordatorio… y oye, es papel satinado mate de alto gramaje que de otra manera iba directo al contenedor azul. (Tercera edición, Dell 1986, ISBN: 0440178002, 1152 páginas de placer).
    • La semana laboral de 4 horas, de Timothy Ferriss. (RBA 2008, ISBN: 978-84-9867-205-3, 367 páginas). Porque si consiguiera trabajar 20, ya sería un éxito. Me gusta del libro los consejos prácticos para guiarte y guiar tu empresa por objetivos, y por objetivos además tangibles. [publicidad subliminal ON] ¡Ejecutivos del mundo, subcontratad la traducción! [publicidad subliminal OFF] Está traducido además por una compañera de lista de traducción, María Rodríguez de Vera. Por cierto, gran trabajo. 🙂
    • Adiós Cataluña, de Albert Boadella. Mi madre, en su infinita sabiduría, me ha prestado este libro de y sobre el fundador de Els Joglars. Libro en el que, como al parecer es su costumbre, no deja títere con cabeza en ningún frente. Me están gustando sobre todo las anécdotas en las que reproduce cartas que ha escrito. Soy gran fan de las cartas que dejan las cosas en su sitio con humor, y en general de todo género extremadamente bien escrito. Tengo además gran simpatía por los que se lanzan de cabeza contra los camiones de dieciséis ejes de lo establecido, y, además, se lo pasan bien. Esto en mi opinión lo tiene en común con Timothy Ferriss, con el mérito añadido de llevar toda la vida en ello y enfrentarse a gobiernos, oposición de turno, medios de comunicación y poder religioso. (Espasa Calpe 2007, ISBN: 9788467026351, 284 páginas).
    • Professional English in Use: FinanceSi pensábais que la ratio de friquismo lingüístico de este artículo era más bien baja, pensad de nuevo. De Cambridge University Press:

      Mi idea es no sólo aplicarlos a mi trabajo actual, sino también usarlos en Matiz como referencia para que podamos no sólo aplicarlo, sino explicarlo de manera sistemática, clara, y concisa.

    Mirándolos, casi tengo ganas de que llueva unos días más. Casi.
    Espero que os haya gustado cotillear en mi mesilla… ¿qué tenéis vosotros?

  • Interpretando en el IV Foro Democracia y Cooperación

    IV Foro Democracia y Cooperación

    Aquí estoy en Cáceres, de parte de Matiz, interpretando y coordinando intérpretes en el IV Foro Democracia y Cooperación, organizado por IEPALA y Aupex. Estoy convencida de que va a ser (ya está siendo) más que interesante, tanto por el prometedor equipo de intérpretes como por la gran variedad de ponentes y organizaciones, procedentes de tres continentes distintos. Quizá incluso conozca más gente, parece ser, que estuvo en Managua en 1981 (la primera y última vez que estuve yo). 🙂

    Seguiremos informando.

  • Todavía te queda plazo si quieres ser jurado…

    Luz en el Panteón de Adriano,  Roma

    Si quieres ser traductor jurado, me refiero. Oficialmente, intérprete jurado del Ministerio de Exteriores. El lunes pasado no, el anterior, salió en el BOE la convocatoria para este año de las pruebas del Ministerio para aquellas personas que quieran serlo y reúnan los requisitos exigidos, a saber, que

    1. [Sean] mayores de edad.
    2. [Posean] el título español de Diplomado Universitario, Ingeniero Técnico, Arquitecto Técnico u otro título español equivalente a diplomatura o licenciatura, o un título extranjero que haya sido homologado a alguno de los antes indicados o al grado académico de diplomado o de licenciado por el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte de España.
    3. [Posean] la nacionalidad española o la de cualquier otro Estado miembro del Espacio Económico Europeo.

    Por supuesto, hay que saber alguna lengua oficial de las reconocidas por las Naciones Unidas. Ellos dicen también extranjera, pero incluyen al gallego, catalán y euskera… curioso en un texto gubernamental. Pero no me voy a meter más con ellos en un mes (por ejemplo).

    Si encuentran a alguien para ser tu tribunal, te harán el examen. Como siempre, es un problema de ver quién le pone el cascabel al gato. Y como os podéis imaginar, en absoluto hay traductores jurados de todos los idiomas, porque como ya he dicho, lo de todos los idiomas es sólo una forma de hablar. (Que por cierto, tengo un cabreo que ya os contaré…) A seis de mayo de 2008, hay intérpretes jurados de alemán, árabe, bielorruso, búlgaro, catalán, checo, chino, croata, danés, esloveno, finés, francés, gallego, griego, hebreo, húngaro, inglés, italiano, japonés, latín, macedonio, neerlandés, noruego, persa, polaco, portugués, rumano, ruso, serbio, sueco y ucraniano.

    Hay 20 días naturales desde el día siguiente a la publicación, así que todavía hay tiempo. Las tasas no son gran cosa (36,06€ por idioma) y no hay que presentar mucha documentación. ¡Animaos! Os cuento cómo va el examen.

    El primer grupo de pruebas es un examen escrito de dos horas y otro de noventa minutos.

    1. La primera prueba consistirá en la traducción al castellano, sin diccionario, de un texto de carácter periodístico o literario.
    2. La segunda prueba consistirá en una traducción del castellano a la lengua extranjera, sin diccionario, de un texto de carácter periodístico o literario.
    3. La tercera prueba con una duración de noventa minutos, consistirá en una traducción al castellano, con diccionario, de un texto de carácter jurídico o económico.

    Esta parte es eliminatoria, por orden de las pruebas. Si las pasas, te admiten a la siguiente:

    • En la cuarta prueba el candidato deberá acreditar a satisfacción del Tribunal su capacidad de comprensión y expresión oral en la lengua de que se trate. Al efecto, el candidato deberá resumir oralmente un texto escrito que le será entregado por el Tribunal y comentarlo respondiendo a las preguntas que sobre el mismo le sean formuladas.

    Si eres de los que necesitan apoyo grupal, por TRAD me he enterado hoy de la existencia de un grupo de Yahoo! de otros traductores (aunque no necesariamente porque no lo exige ningún requisito, atención) que quieren presentarse al examen. Y eso es todo.

    Voy a acabar titulando mi blog «conversaciones con María», pero en fin. Conversación con María mientras escribía este mensaje:

    —¿Has hecho el presupuesto de esta mañana, o lo hago yo?

    —Nada, acabo con esto y me pongo. A ver si se presenta más gente a lo de traductor jurado…

    —¡Y así no te tienes que presentar tú! No, en serio, ¿por qué no te presentas?

    Hmm… es una buena pregunta. Creo que tengo una respuesta, y es una razón diferente a la que tenía cuando no hice los créditos que debería haber hecho en la facultad para que me lo dieran automáticamente (por cierto: error. Debería haberlos hecho). Creo que ya estoy dedicando y planeando dedicar demasiado tiempo a cuestiones prácticas como para plantearme algunas más que no sean imprescindibles.

    Lo próximo que haga debe ser completamente (o casi) inútil para mí. Me refiero a cosas como estudiar Bellas Artes o diseño, aprender a cantar (jazz, por pedir), seguir bailando tango o aprender maquillaje profesional.

    A medio camino entre lo bonito y lo útil podría hacer el posgrado de Traducción Audiovisual de la Autónoma o estudiar y sacarme por fin el Zentrale Oberstufenprüfung del Instituto Goethe (el alemán es como ese viejo amigo al que siempre estás a punto de llamar: y de verdad quiero hacerlo).

    Si supiera lo que me conviene de verdad, haría un buen MBA.

    Pero mientras, lo digo en serio, presentaos al examen de intérprete jurado. Que nunca viene mal.

  • Prácticas de intimidad

    Prácticas de intimidad, originalmente cargada por Bego*.

    Estoy lesionada, y considerando comprar el Dragon Naturally Speaking, un programa de reconocimiento de voz. En la página de compra, encuentro esta traducción divertida de «Privacy policy». ¿Qué prácticas serán? ¿Con qué nivel de intimidad?

    «Intimacy practices» is quite a nice translation for «Privacy policy», don’t you think? Sounds… interesting.

  • Ha sido largo y doloroso, pero hemos aprendido mucho

    Edición de Círculo de LectoresMe refiero, principalmente, a dos cosas: una, montar una red cuando todo se pone en tu contra (finalmente, como siempre, Linux era la solución) y acabarme Las Benévolas, el premio Goncourt 2006 (ISBN: 9788489662520, aunque yo me he leído la edición del Círculo). Normalmente, si sigues voluntariamente haciendo algo que no es fácil, no es placentero y sobre todo, no es muy muy rápido, es por algo. En este caso, porque realmente me interesaba poder compartir operativamente archivos y datos de aplicaciones de gestión, y porque quería saber más historia, y cómo un chaval, aparentemente como cualquier otro, acaba en las bajezas/altas esferas de las SS en durante la caída del Reich.

    Estoy contenta de haber acabado ambas cosas. No ha sido fácil, no exactamente placentero y sobre todo, en absoluto rápido. El otro día en un momento aleatorio leí en un blog de una periodista de belleza la felicidad que sentía al acabar un tarro de crema. Para ella significaba que había encontrado algo útil, algo que funcionaba y merecía la pena seguir usando, llevarlo hasta el final. Salvando las distancias, comprendo la sensación de felicidad al conseguir, por fin, acabar algo, y no sólo empezarlo. Y que cuando por fin está terminado, sirve.

    He aprendido muchas cosas de redes y de historia estas últimas semanas. El horror no tiene límites: la necedad y la maldad, tampoco; no hay que dar órdenes sin dar medios; un ordenador sólo puede tener una puerta de enlace; y, al final, hazlo con Linux.

    §§§

    Añade el fotógrafo ocioso:

    —Cuánta felicidad proporciona el señor Linux, parece un amante…
    —Añadiré que es poco celoso, y no me quiere cobrar.
    —No se puede pedir más… Bueno , que no tenga virus, y que no te deje tirado.
    —Pues eso me lo da mi amante Linux.

    Mientras, sigo a la fuerza con Windows XP, que es lo que me obliga mi entorno a tener (pero del que también me costaría mucho cambiar). Ah, cuando por fin tengamos libertad. Será largo y doloroso, pero aprenderemos mucho.