Por ahí
se quiere a los que te quieren
y jamás a los que te han olvidado.
Se quiere a los constantes
se quiere con trabajo
no se quiere sin querer
no se quiere por descuido
no se quiere porque sí
no se quiere por accidente
no se quiere por costumbre
no se quiere a ratos
no se quiere cuando te acuerdas
no se quiere los días impares
no se quiere fines de semana alternos
no se quiere medias vacaciones
no se quiere escribiendo de-emes postales
no se quiere con un amor pequeño
no se quiere un amor manejable
no se quiere un amor tranquilo
no quiere el que no se quiere
no se quiere, en general:
no se quiere.
No se quiere a los constantes,
no se quiere si cuesta trabajo.
Y es una pena.
El día de la nevada del 83 fue el que me mudé a Murcia por primera vez. Mi padre había conseguido trabajo (en Maristas, enseñando filosofía) y yo aún era hija única. Fue el día siguiente a su cumpleaños. Dos chavales de 25 años con una niña pequeña veían sus cuatro muebles llenarse de nieve
Es duro no poder ver lo que pinta tu pareja, más aún cuando a tu alrededor no paran de llamarlo para que muestre los cuadros, dé conferencias, o envíe fotografías. Hubo un tiempo en el que quise operarme, pero me dijeron que tendría que dejarlo todo durante diez años. Que iría de quirófano en quirófano,
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