Hace unos días dije que mi lema para el 2013 era «termina lo que empiezas» y mi trabajo en Matiz ha terminado. He vendido mis acciones a mi socia María José, y le he comprado las suyas de Júramelo.es.
Fue el martes pasado.
Sí, ya sé que hoy es martes otra vez. Todavía me estoy acostumbrando a la idea.
El primer post de este blog es ya sobre Matiz, hace más de 7 años: mi primer día de formación en temas de empresa de mi vida, allá por el 16 de marzo del 2006. El segundo es más interesante. Y esa ha sido en general la tónica. Este blog está lleno de recuerdos.
No debería estar tan sorprendida yo, pero lo estoy, así que es normal que los demás también se sorprendan: aunque es un cambio que empezó hace bastante. Desde el premio que ganamos para poner en marcha Júramelo. La constitución de Júramelo como empresa aparte. A veces, ganamos. A veces, perdemos. Hay días malos. Hay días buenos. Pero siempre, aunque sea largo y doloroso, aprendemos mucho.
El mapa no es el territorio, y este blog aún no expresa todo lo que siento, quizá porque yo todavía no lo sé.
Que sí, aquello de
—¿Qué tomas para ser feliz?
Espero que esta decisión me ayude a ser más feliz.
En Matiz hemos hecho cosas fantásticas: desde traducciones de bodegas que nos invitan a pasar un domingo en El Carche, hasta interpretar a David Lloyd (sí, el de V de Vendetta). O en el IV Foro de Democracia y Cooperación. Yo misma, a Horacio Elizondo.
Ese fue el día en el que Matiz valió la pena, para mí. Lo sé porque lo apunté aquí. Cuando interpreté a JR, sí, ese JR, el del premio TED, para que hiciera esto en Cartagena (aquí el vídeo en YouTube):
Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que los mejores momentos que recuerdo son siempre con las interpretaciones, las veces en que pude traducir y corregir yo misma, cuando pude trabajar con gente a la que admiro y además me cae bien, haciendo cosas innovadoras con Júramelo.es.
Así que a eso es a lo que me quiero dedicar de ahora en adelante.
Ya sabéis, esa novela no va a escribirse sola. Y este blog tampoco.
Entre hoy y mañana muchos padres descubrirán las cuatro maldiciones que puede tener un juguete, a saber: voluminoso, ruidoso, pringoso y múltiples piezas. Es algo que abuelos, tíos y demás familia negarán conocer. Si tienes niños a tu cargo y alguna vez has maldecido un juguete, probablemente sea por una de las siguientes razones: Voluminoso.
A continuación os pongo la traducción de este artículo de Seth Godin que me ha gustado, Por qué trabajar (Reasons to work). Estoy muy de acuerdo con lo que dice, aunque probablemente falten razones en la lista. ¿Cuál es tu caso? Actualización: comentario y puntualizaciones al final del artículo. Actualización 2: más razones aportadas en
Retratos animales: el lobo, originalmente cargada por Bego*. Dicho así, suena comestible. Será que ya tengo hambre.
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