Es la época de los premios de blogs, no solo de los bab.la. (Vótame, a todo esto),
… Sino que hay un nueva partida de Lovely Blog Award, el meme que me ha apetecido renombrar como Beso, atrevido, verdad, al ser una variante de más o menos el mismo juego. 11 preguntas, 11 respuestas, 11 invitados.
Muchas gracias por pensar en mí, Iris Permuy y Elena Nevado, como sois dos, me toca hacer 22 confesiones. A ver qué os parecen.
Creo que fue para mi suegra con un artículo de didáctica de las matemáticas que no podía entender bien. Lo hice en WordPerfect 5.1 para DOS, y creo que estaba en COU, porque recuerdo que era todavía en casa de mis padres (yo me fui a estudiar a Granada con 18 años, para ya no volver más que de visita). No sé si le cobré algo o me dio vergüenza.
El siguiente encargo comercial que recuerdo. Fue ya en mi primer verano como licenciada. Eran unas etiquetas de vino para un amigo, Javier Ajenjo, de Bodegas Conde. Acordamos que me pagaría 6 botellas de Neo del 2003, que me enviaría a casa cuando volviera de Grecia. Yo creo que ya no se acuerda, pero cuando veo cómo se han revalorizado (ahora cuestan 10 veces más que entonces) me imagino que si un día me las da (codazo, codazo, guiño, guiño), habrá sido una buena inversión.
Luego, hay un proyecto que está aún en marcha, que es la traducción de un libro que sirve igual para adultos que para niños, unos cuentos con finales bastante curiosos. Está ya terminado, a falta de la ilustración y un repaso final. Espero que se publique en los próximos años…
Creo que cuando te gusta tu trabajo, y trabajas con la gente de tus sueños, lo que estés haciendo es lo de menos. Así que cualquier encargo en el que me paguen por hacer lo que me gusta con la gente que más me interesa es el encargo de mis sueños. En ese sentido, tengo mucha suerte porque tener una agencia te da muchas posibilidades de elegir con quién trabajas y en qué, lo que compensa mucho por todas las horas de pelear con morosos, bancos y hojas de Excel que implica ser responsable de una agencia.
Para ser más concreta, cualquiera de las últimas tres interpretaciones que he hecho han sido el encargo de mis sueños. Lo cuento también en esta entrada.
Yo solo considero que hablo inglés y español, hasta el punto de que dependiendo del tema y la persona con la que esté hablando, a veces (lo siento) me resulta más fácil expresar cosas en inglés. Esto pasa porque, por ejemplo, esté a mitad de un libro en el que estoy inmersa en el vocabulario en inglés de algo. Si no, tengo que estar traduciendo mentalmente. Como soy muy exigente con mis traducciones, me distraigo. También hablo inglés a diario cuando Pablo y yo estamos comentando de un tema del que no queremos que se enteren los niños, pero como están aprendiendo también, vamos a tener que buscar otra estrategia.
Me gustaría dominar los que considero que no hablo, que son alemán y griego.
Mi objetivo con el alemán es recuperar el nivel al que llegué en su día (tengo el título de Mittelstufe, que es un B2) y seguir adelante hasta terminar el Oberstufe. Para los de fuera del gremio, eso quiere decir que hoy aún puedo leer libros como Momo, de Michael Ende, pero me cuesta mucho La Historia Interminable (con todo el vocabulario fantástico que no tengo). Para decir la verdad, no sé por qué me gusta el alemán, pero me gusta.
Mi nivel de griego da para hacer la compra, pedir en un restaurante, cantar algunas canciones, y mandar algún Whatsapp cariñoso que diga cosas «vamos a comer», «besitos»,«nos vemos», «te quiero». Curiosamente, me acuerdo de alguna frase subida de tono, pero no de los insultos. El año pasado estuve repasando con unos podcast en griego. Eran unos 100, pero a partir del 69 cuando estaban hablando del medio ambiente y esas cosas ya no me enteraba de nada. Mi objetivo con el griego es entender el curso entero.
Depende de para qué. En plantilla se entiende que trabajas con más gente, lo que te permite aprender de los demás, por no hablar de que te da más estabilidad económica. Como freelance eres más independiente (¡todo lo independiente que se puede ser!) pero eso también tiene una carga de soledad y aislamiento. Vistas las opciones que hay hoy, creo que asociarse con otros traductores, o estar en un coworking, puede ser una buena opción intermedia.
Uf, aunque sí tengo la lágrima fácil, soy como la canción de Sabina, La del pirata cojo:
No soy un fulano
con la lágrima fácil,
de esos que se quejan sólo por vicio.
Si la vida se deja yo le meto mano
y si no aún me excita mi oficio,
y como además sale gratis soñar
y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación
partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas,
a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel
de todos los hombres
que nunca seré:
La vida está llena de sorpresas.
Mi especialidad más especial es la interpretación, y supongo que la elegí porque me vuelve loca hacer que la gente se comprenda en tiempo real. Aunque también soy muy feliz en las actividades más solitarias (traducir, escribir, pintar), necesito el contacto con la gente en mi vida diaria.
Dentro de eso, me he especializado en aplicar la tecnología al mundo de la traducción (suena a humo, ¿eh?), y en traducir todo lo que tenga que ver con internet, páginas web, servidores, HTML, CSS… (clicking… double clicking).
Creo que por todo lo que he dicho antes, no es tarde para especializarme en nada aún. Ciertamente me gustaría traducir más libros, ya sea sobre empresa, tecnología, o de rollo más etepiano.
Creo que la traducción tiene muy poco de gremio, precisamente por ser la mayor parte autónomos en su casa. Pero sin duda es un colectivo en el que ambas situaciones se dan todos los días. Puedes estar compitiendo con alguien por un encargo, y luego que te pregunte una duda de un término y se la respondes sin ningún problema. Hay mucha comunicación entre traductores, cada vez más y más profunda. Hay muchas asociaciones haciendo un trabajo muy valioso, por todos, a cambio del placer de contribuir. Es una de las cosas que hace bonita esta profesión.
Uno de los lemas que tenía al empezar Matiz fue hacer más visible y respetada la figura del traductor. Creo que los traductores son cada vez más visibles y más apreciados. Cuanto más orgullo desarrolle la gente respecto a su profesión, más visibles seremos. Estamos mejorando, sin duda, pero también queda mucho trabajo por hacer. ¡Firmad vuestras traducciones!
Encuentra los cuellos de botella, y elimínalos. Me lo dijo @multimaniaco (blog) hace muchos años.
* También, a todo lo que le eches azúcar, échale un poco de sal.
¡Ahora, las de segunda ronda!
Como suele pasar, cuando no lo estaba haciendo, la temporada que trabajé como secre de alta dirección. Me contrataron como intérprete, pero con el tiempo fueron cambiando mis tareas, hasta que no se parecía mucho a lo que yo quería.
Es curioso, mucho peor de lo que ha sido luego. Es más fácil y acogedor de lo que me esperaba (en algunos ámbitos).
¿Que no tenga que ver con el trabajo, o que sí? Aparte de dar clase a mis alumnos de la Universidad, y de las últimas interpretaciones en general, tengo especial buen recuerdo de cuando interpreté a JR para el proyecto Los surcos de la ciudad en Cartagena. Fue una experiencia increíble pasar un día juntos hablando con los organizadores de cómo hacer una transformación así en Cartagena, que era además donde yo vivía entonces.
La peor, el choke, choke de intentar hablar alemán en Alemania y que no me salieran las palabras, o las veces que lloré en cabina de simultánea de alemán durante la carrera. Al final no me presenté al examen de Interpretación para las Instituciones de la Unión Europea, ni a ninguna asignatura de interpretación de alemán. Me preparé muchísimo (hasta me saltaron de curso en el Goethe Institut), pero no daba el nivel. Si volviera atrás, como dije en el otro post, me habría quedado más tiempo en Alemania.
En resumen, yo sé inglés porque mi padre estudió francés en el colegio.
Cuando él estaba escribiendo la tesis yo era muy pequeña, y él se fue una temporada a Harvard a entrevistar al filósofo sobre el que estaba haciendo su tesis, John Rawls. Hizo un curso acelerado de inglés. Él siempre cuenta la siguiente anécdota, una vez en Boston:
—So, are you having a good time?
¡Ajá! Esa me la sé, pensó mi padre:
—Half past five!
Lo pasó fatal. Así que a la vuelta, llegaron a casa las Kids Songs de Nancy Cassidy, el I’m big, big Muzzy, y los Astérix y Tintines en inglés (don’t ask). Por aquel entonces vivía en casa mi tío Juanjo, que había pasado dos años haciendo como que estudiaba Química y saliendo mucho de marcha como rockabilly. Sentó la cabeza cuando se metió a estudiar Filología Inglesa (quién lo iba a decir) y nos daba clases por las tardes a mi hermana y a mí.
Cuando supe pedir un vaso de agua (lo comprobó el padre de Zuli y Alondra) me dejaron ir a pasar el verano a Broadstairs, Thanet, Kent (Inglaterra), con un curso que había conseguido mi tío (currando) para una empresa que los hacía. Acababa de morirse Kurt Cobain, cosa que me recordaba sin parar la grunge de Collado Villalba con la que compartí habitación. Fue el verano en el que estuvo de moda Cuatro bodas y un funeral. I feel it in my fingers, I feel it in my toes…
Luego hicimos un par de intercambios en el instituto con Portsmouth High School for Girls (Wikipedia), en los que hice de «intérprete» en muchas ocasiones. Fue una de esas experiencias que te cambian la vida, de muchas maneras.
Y el resto, dice el tópico, es historia…
Ahora mismo tengo…
Para desconectar de verdad, irme de viaje, o a algún sitio sin cobertura o debajo del agua.
¡Pregunta repe! Véase el punto 6.
Cantar con público.
No.
Tuve perro de pequeña, en el campo, y me lo robaron dos veces. Nunca tendría un perro en un piso (el olor, los pelos), y no me atrae ver fotos de los perros de los demás.
Confesión: no me gustan nada los gatos (ahora va y se hunde internet). Me da mucho asco la gente que los besa. Me aburren los vídeos y fotos de gatitos. Los gatos son traicioneros, son como un tigre pequeñito. El único gato en el que he confiado es en el de mi amiga Benita, no sé por qué.
Si alguien más quiere jugar, que lo diga en los comentarios. Si respondes, puedes preguntar a 11 más.
Aquí la imagen de nuevo, enlazada a la versión grande:
Meme, ejercicio, ejercicio de memez, lo que queráis. El caso es que la nota de Multimaníaco (por cierto, este artículo es muy interesante) de tus quince autores favoritos (pensando poco) me ha hecho reflexionar sobre qué tipo de libros leo, y quizá me dé alguna pista sobre qué tipo de libros voy a escribir. Claro
http://rockernachete.blogspot.com/ Mirad y ved como este joven rockerillo de 15 años descubre el rock. Si le véis haciendo covers en YouTube con esa estilo Les Paul, se la regalamos mi hermana y yo la pasada Navidad. Desde que dejó el Guitar Hero cada día toca mejor (¡qué envidia!) y ahora además ¡escribe sin faltas! Soy
Esta entrada se publicó originalmente (hace unos segundos) como comentario a este artículo del blog de María Barrios. Si leyeras más en español, de repente, como me ha pasado a mí (vaya, esto va a sonar un poco peor de lo que pretende, pero espera) te darías cuenta de que la mayor parte no escribe
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