… nunca mejor dicho.
He puesto el disco de Alondra Bentley, y me pregunta «¿Esta es la niña que está tocando la guitarra en el campo?» Es increíble el poder de observación que tienen los niños, el disco se lo enseñé esta mañana 🙂
Ahora anda echándole Axe al sofá y diciendo «mmm qué bien huele ahora».
Parece que las dos echamos de menos a su padre.
Está en un Kloster cerca de Munich bebiendo cerveza y haciendo matemáticas. Volverá pronto, pero todo se hace largo. Mientras, hago cosas de baja intensidad, como hacer listas de tareas y pasar las fotos al ordenador (esta es de mayo). Y escribir esto.
El otro día en Madrid me duché, me puse un vestido bonito, y en el sofá de un amigo con una mantita me dispuse a leer The Casual Vacancy, el nuevo libro de J. K. Rowling, que había salido ese día. Las últimas sesenta páginas me las acabé anoche.
Aquí estoy en Cáceres, de parte de Matiz, interpretando y coordinando intérpretes en el IV Foro Democracia y Cooperación, organizado por IEPALA y Aupex. Estoy convencida de que va a ser (ya está siendo) más que interesante, tanto por el prometedor equipo de intérpretes como por la gran variedad de ponentes y organizaciones, procedentes de
El día de la nevada del 83 fue el que me mudé a Murcia por primera vez. Mi padre había conseguido trabajo (en Maristas, enseñando filosofía) y yo aún era hija única. Fue el día siguiente a su cumpleaños. Dos chavales de 25 años con una niña pequeña veían sus cuatro muebles llenarse de nieve
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