… nunca mejor dicho.
He puesto el disco de Alondra Bentley, y me pregunta «¿Esta es la niña que está tocando la guitarra en el campo?» Es increíble el poder de observación que tienen los niños, el disco se lo enseñé esta mañana 🙂
Ahora anda echándole Axe al sofá y diciendo «mmm qué bien huele ahora».
Parece que las dos echamos de menos a su padre.
Está en un Kloster cerca de Munich bebiendo cerveza y haciendo matemáticas. Volverá pronto, pero todo se hace largo. Mientras, hago cosas de baja intensidad, como hacer listas de tareas y pasar las fotos al ordenador (esta es de mayo). Y escribir esto.
Los cambios vitales tristemente no son momentos llenos de música dramática de fondo y efectos de luz, sino pequeñas acciones aparentemente intrascendentes, que se convierten en manías, costumbres, y finalmente en tu nueva vida, no 2.0, sino 1.000001 (beta). Son cosas pequeñas que van acumulando valor, como una huchita. Y los pequeños cambios vitales que
Entre hoy y mañana muchos padres descubrirán las cuatro maldiciones que puede tener un juguete, a saber: voluminoso, ruidoso, pringoso y múltiples piezas. Es algo que abuelos, tíos y demás familia negarán conocer. Si tienes niños a tu cargo y alguna vez has maldecido un juguete, probablemente sea por una de las siguientes razones: Voluminoso.
—[Doscifras] años llevamos ya. —¡Vaya! Eso son muchos años. ¿Qué se siente al ser pareja de alguien durante tanto tiempo? —Es difícil responder a eso… Mi mente barrunta. Hay cosas tan buenas que no las puedo contar y cosas tan malas que no las puedo contar. Otras son demasiado largas como para que al final quede
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