Hoy trascribo aquí la letra de esta canción de Los Planetas que podéis escuchar en LastFM, «Montañas de basura». Hacía mucho que no escuchaba este disco. Estas vacaciones hemos estado practicando canciones de mi carpeta antigua de acordes, estrenando la electroacústica de Pablo (una Fender muy bonita, no porque la comprara yo). Suena bastante bien. Y le tengo mucho cariño a la carpeta: es la que llevé a mi primera clase de inglés. Tiene una chuleta que pone: «pan: bread» «ella: she» y «él: hi»*.
* Lo sé, no aprendí mucho en la primera clase.
Escucho ahora la canción, y a pesar de que compré el disco hace diez años, me parece muy apropiada para esto de emprender, tener una empresa… Desde fuera la gente ve la libertad, pero no los miedos de esa libertad: tener que elegir, y que los errores sean tuyos. Pienso que es común a todas las cosas que merecen la pena: darlo todo y que luego salga mal. Cuando lo das todo, suele ser por algo. Algo por lo que crees que merece la pena el riesgo de estarte equivocando.
En montañas de basura,
en montañas de basura,
en montañas de basura,
en montañas de basura.Ningún beso de cordura,
ningún beso de cordura,
ningún beso de cordura,
ningún beso de …
Dios me tendrá que proteger.
¿Qué va a pasarme en esta vez?¿Qué va a pasar si me entrego y no funciona?
¿Qué va a pasar si me tiro al barro ahora y sale mal?
¿Qué va a pasar si no puedo soportarlo?
¿Qué va a pasar si decido dar el paso y sale mal?
¿Aguantaré?, ¿podré escapar?, ¿podré volver?
Mi vida… ¿va a ser mejor de lo que fue?
¿Qué va a pasar si no lo es?
Dios me tendrá que proteger.
¿Qué va a pasar si no lo es?
Dios me tendrá que proteger.
¿Qué va a pasar si no lo es?
El destacado es mío, claro. El resto es el típico rollo mesiánico de Los Planetas. No me imagino pidiendo uno de los nuevos créditos del ICO y cantándole lo de «Dios me tendrá que proteger» al director de un banco.
Estoy intentando liberarme de la presión de pensar «¿y si me estoy equivocando? ¿y si esto no funciona?» y concentrarme en hacer bien las cosas. Tomármelo con calma, como en un jardín zen. Conversación este mediodía (con Pablo, frente a un gran plato de sashimi):
―Cuando vayamos a Japón en abril estaría bien hacer algo zen.
―¿Zen? Yo no tengo paciencia para esas cosas.
Y en el siguiente capítulo… nos vamos a Japón del 6 al 20 de abril. Madrid-Helsinki-Osaka-Kobe-Kyoto-Tokyo-Osaka-Helsinki-Madrid.
Me refiero, principalmente, a dos cosas: una, montar una red cuando todo se pone en tu contra (finalmente, como siempre, Linux era la solución) y acabarme Las Benévolas, el premio Goncourt 2006 (ISBN: 9788489662520, aunque yo me he leído la edición del Círculo). Normalmente, si sigues voluntariamente haciendo algo que no es fácil, no es
Bueno, hoy es el día de ser optimistas. Salgo corriendo ahora mismo a comer y luego al acto de esta tarde en CROEM (organizado por AJE Murcia): En cambio, optimistas. A ver qué lleva puesto Roberto Verino (puesto que no se sabe qué va a decir) y qué dice Leopoldo Abadía. Yo hoy estoy lista
Aprovechando que Lucía duerme y P está jugando al Texas Hold’em con los matemáticos, cierro el Factusol, el correo y todo un ratito y os cuento algunas cosas… estoy muerta, así que este artículo tiene dos resultados garantizados (Simpsons: ¡Nosegarantizanresultados!): desconexión de la temática interna y probablemente (argh) alguna erratilla. Vayamos por partes. El jueves
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