And the bears say: this doesn’t look like winter to me, originalmente cargada por Bego*.
Ayer fue un día genial en el zoo. Hizo un sol espectacular, dimos de comer a los animales, nos hicieron caso, comieron de nuestra mano (los hervíboros: los demás, de lejos) y en general, fue de los mejores sábados de los últimos tiempos. ¡Hay que repetirlo! Yo sólo había estado por trabajo, pero ahora quizá incluso cojamos un abono de un año.
El otro día en Madrid me duché, me puse un vestido bonito, y en el sofá de un amigo con una mantita me dispuse a leer The Casual Vacancy, el nuevo libro de J. K. Rowling, que había salido ese día. Las últimas sesenta páginas me las acabé anoche.
Por fin he visto Nicaragua con mis propios ojos. No solo en fotos, no solo en las historias de mis padres, de mi tío Fernando, de Ángel, de Jesús. El primer día se me rompió la cámara de fotos. Sigue sin funcionar. La parte buena es que venía mi hermana, que no sólo tiene una
A lo que hay encima, que es lo más interesante: libros, libros, y más libros. Llevo un tiempo queriendo escribir sobre el caótico batiburrillo curioso conjunto libros junto a los que duermo, y a veces incluso, leo. Sin embargo, van cambiando a menudo y normalmente no me parece que sean material de blog, por decirlo
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