Entre hoy y mañana muchos padres descubrirán las cuatro maldiciones que puede tener un juguete, a saber: voluminoso, ruidoso, pringoso y múltiples piezas. Es algo que abuelos, tíos y demás familia negarán conocer. Si tienes niños a tu cargo y alguna vez has maldecido un juguete, probablemente sea por una de las siguientes razones:
Todo esto sin entrar a trapo en el valor educativo, a veces nulo, a veces claramente negativo, que es materia para otro artículo.
Veamos un ejemplo de juguete salido de las profundidades del infierno: busto rubio con juego completo de maquillaje y peluquería a tamaño real. Es voluminoso, es pringoso, tiene múltiples piezas, y además el secador hace ruido: vamos, el pack completo.
Como padre que regala juguetes, uno querría minimizar el número de maldiciones por juguete. Por otro lado, los niños probablemente piensan que si no es enorme, no suena, no pringa y no lo puedes esparcir por toda la casa marcando tu territorio, es un rollo total. A unos y a otros, ¡felices Reyes!
Lo que me gusta de esta canción es que parece estar protestando, pero está sucumbiendo él mismo mientras canta. Se queja, pero ha caído. Ha hecho una canción bonita, de las que te deja llorando cuando encienden la luz. Nos ha robado. Él es la golfa. Y nosotros. Y nos la hemos tragado toda. Tengo casi
Esta mañana hablaba con un grupo de matemáticos en el desayuno (en mi vida esto es algo común) y comentábamos el descenso de la inversión en I+D de las empresas en los últimos tiempos. Yo decía: —Tenéis que entender que una empresa tiene el deber de proteger su existencia. Sólo si sigue existiendo podrá un
¿Qué plan tenéis? A ver qué os parece el siguiente plan para esta noche: primero una introducción a un tema de interés dentro de los derechos humanos por parte de un voluntario de Amnistía Internacional, y después un documental en versión original francesa subtitulada en español sobre ese mismo tema. Pues es esta noche, y
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