Etiqueta: escribir

  • 10 crudas realidades para los blogs de traducción

    10 crudas realidades para los blogs de traducción

    Toy Story (c) Pixar

    -La palabra que estás buscando es guardián espacial.

    -La palabra que estoy buscando no la voy a decir porque hay juguetes preescolares delante.

    Muchos traductores escribimos blogs profesionales, pero ¿qué escribimos en el blog? ¿Hasta qué punto nos pringamos con lo que pensamos? ¿Decimos la palabra que estamos buscando, o ponemos una versión para juguetes preescolares?

    Llevo años dándole vueltas a todo esto. El otro día me colé en un máster, en una clase de dirección de proyectos digitales (gracias al conferenciante y al organizador por colarme; por cierto ¿puedo decir cuál era?) y esa fue una de mis preguntas:

    ¿Qué pasa si lo que queremos contar, no podemos contarlo, y lo que sí podemos contar es un rollo? 

    En resumen: que hay que currárselo.

    Pues nos citaron este artículo de Smashing Magazine, sobre la cruda realidad de los blogs de empresa. Creo que se aplica a los traductores y aguanta bien el paso del tiempo. Lo mismo vale para Twitter, cuentas de Facebook oficiales y demás.

    Os lo resumo:

    1. Un blog no te da tráfico porque sí. Hay que currárselo. Lo que sí te da es algo de posicionamiento (como objetivo secundario) y una comunidad de lectores que (si lo haces bien) puede acabar teniendo una relación con tu marca.
    2. Un blog bueno implica pringarse a largo plazo. Hay que escribir a menudo para que la gente cuente con tu blog como fuente de información interesante y fiable.
    3. Un feed capado es una oportunidad perdida. No fastidies a la gente poniendo un RSS parcial (y tienes que tener RSS). El blog está para conectar con la gente. No hace falta que la gente esté en tu web para que haga efecto.
    4. No estás conectando con nadie. Un blog es un diálogo. Si no haces más que intentar vender tu producto, sin pedir opiniones ni hacer preguntas, lo estás haciendo mal.
    5. Pasa de las notas de prensa. Y de las cosas que suenan como si lo fueran. Como su nombre indica, son para los periodistas. Un blog debe ser mucho más personal.
    6. Suenas como una máquina. La gente quiere interactuar con personas, no con máquinas ni con empresas. Cuenta la historia de tu gente, que cada uno muestre su personalidad y su papel dentro de lo que hacéis.
    7. Tienes que mostrar los trapos sucios también.  Un blog no es solo para echarse flores. Hablar también de los errores ayuda a quitarle hierro a situaciones complicadas y le da credibilidad al resto.
    8. Los de marketing suelen ser malos blogueros. Personal, transparente, mostrando fallos, informal… uf, es que les cuesta. A veces son mejores revisores o entrevistadores que autores de contenido.
    9. Le pides demasiado a tus lectores. Demasiado texto y pocas fotos o vídeos. Sin resúmenes, controversia, o cosas que llamen la atención, los únicos que se lo leerán serán… los de la competencia.
    10. La competencia lee tu blog. Supéralo. Pues sí, se lo leen todito todo… Pero lo que solo sabe uno, no lo sabe nadie, con lo que si somos expertos en algo, pero no lo demostramos ¿de qué nos sirve?
    ¿Cuesta, verdad? Por eso lo llaman trabajar. Y vosotros ¿qué consejos le dais a los blogs de vuestra competencia?
  • Con estos versos no harás la revolución

    Con estos versos no harás la revolución

    Llevo varios días recitando esta canción por lo bajo. También pensando en qué escribir, cómo y cuándo, qué primero, qué después, y escribiendo poco. También durmiendo poco. Pensando en las cosas que quiero hacer, e intentando practicar una frase que me cuesta mucho pronunciar. Son dos palabras difícilísimas. Probablemente tengáis las vuestras. Las mías son «necesito ayuda». En un montón de cosas profesionales, para empezar: ya pondré una lista. Esta semana además ha empezado el peque la guardería, precisamente, porque necesito ayuda con todo.

    Pero como hoy es sábado, voy con los versos con los que no haré la revolución…

    Se sienta a la mesa y escribe.

    «Con este poema no tomarás el poder», dice.
    «Con estos versos, no harás la revolución», dice.
    «Ni con miles de versos harás la Revolución», dice.

    Y más: esos versos no han de servirle para
    que peones, maestros, hacheros, vivan mejor,
    coman mejor, o él mismo, coma, viva mejor.
    Ni para enamorar a una le servirán…

    No ganará plata con ellos,
    no entrará al cine gratis con ellos,
    no le darán ropa por ellos,

    no conseguirá tabaco, o vino, por ellos,

    ni papagayos ni bufandas ni barcos
    ni toros ni paraguas conseguirá por ellos.
    Si por ellos fuera la lluvia lo mojará.
    No alcanzará perdón o gracia por ellos.

    «Con este poema no tomarás el poder», dice.
    «Con estos versos no harás la Revolución», dice.
    «Ni con miles de versos harás la Revolución», dice.
    Se sienta a la mesa, y escribe.

    Confianzas, de Gotan Project (escúchala aquí por ejemplo, o pulsa play abajo).

    
    
  • 2011

    2011

    Hice hace poco una lista de resoluciones a posteriori para 2010. Sé que es trampa, pero es mucho más gratificante.

    La verdad es que 2010 ha traído más de lo que me habría atrevido a soñar a estas alturas del año pasado: una nueva socia, cambiar la forma jurídica de Matiz, tener un hijo, perder peso (atentos a estas DOS cosas anteriores, simultáneamente), tomarme unos meses de descanso de la dirección de la empresa, echar a rodar Júramelo (que antes no tenía nombre), cambiarme al Mac, hacer deporte sistemáticamente, aprender a hacer sushi, volver a estudiar música (¡clases de canto!), escribir casi media novela, escribir con regularidad en el blog, volver a leer por placer en grandes cantidades.

    Visto todo en conjunto, y sabiendo que ha ocurrido ya, apenas me lo puedo creer. Parte de la felicidad que me embarga últimamente (porque últimamente soy muy, muy feliz) se debe a que ya no me siento tan atascada otras cosas, que consigo las cosas que me propongo. Por fin tengo sueños nuevos y no me angustia no tener un plan B. No sé si es que ya no me angustia no tenerlo o que en el fondo ya lo tengo, pero ahí está, y feliz estoy.

    2010 parece además el año karma necesario para hacer media con 2008, un año que tuvo momentos buenos y rachas horrorosas y terroríficas. Finalmente las cosas a las que uno tiene miedo (abandono, fracaso, frustración) no son tan malas cuendo se te vienen encima como cuando tú te autoflagelas anticipándote a ellas. En cierto modo cuando algo ha salido mal es un alivio que haya salido mal ya, y poder por fin pensar en otra cosa. Y cuando por fin puedes pensar en otras cosas, puedes hacer otras cosas.

    Me está gustando mucho esto de escribir.

    Sé que suena a obviedad viniendo de una traductora, pero no me había puesto a buscar placer en algo que claramente se me da bien. Siempre he dedicado mi tiempo a aprender a hacer otra cosa (tango, cantar, dibujo), quizá porque me encanta la sensación de aprender algo nuevo que no se me da bien, a veces más que el hacer algo que ya sé que se me da bien hacer.

    En ese sentido, es igual que la ludopatía y la empresa. Siempre he dicho que la sensación de tener una empresa (de emprender) es parecida a la sensación de estar cayendo en la ludopatía. Para disfrutar ambas cosas te tiene que gustar perder. Mi sensación es que si a la gente le gusta el juego es porque les gusta perder. Cuando juegas, lo que ocurre más a menudo es que pierdes. Obviamente juegas para ganar, pero en porcentaje, sobre todo al principio, sobre todo cuando tiene algún interés, pierdes. A mí no me gusta el juego, intuyo, porque no me gusta perder. En el mismo sentido, para emprender tienes que soportar muy bien perder, porque la mayor parte del tiempo, sobre todo al principio, sobre todo cuando tiene algún interés, en cierto sentido estás perdiendo. Incluso las cosas que salen bien podrían haberse hecho antes, podrían haberse hecho mejor, podrían…

    Quizá no podrían, es cierto, pero la sensación desde dentro se le parece.

    Como mi primer árbol lo planté a los seis años, y en 2010 (y en 2006, claro) he tenido un bebé, supongo que ahora toca el libro (uno de ficción, el plan de empresa no cuenta). 2011 puede muy bien ser el año en el que escriba mi primera novela (o mis primeros 12 cuentos cortos completos). En el que ilustre alguna cosilla.

    Espero merecer otro año como ha sido el 2010. Y os deseo a todos un 2011 tan bueno, al menos, como ha sido 2010 para mí.

  • Conectados con la libertad

    Mientras tenga una conexión con la libertad, no pertenezco del todo a la prisión. Porque parte de mí vive allí, y sólo una parte de mí sigue encarcelada aquí.

    (Igor Sutyagin en el vídeo Las palabras cambian vidas, que podéis ver un poco más abajo)

    Como dije a principio de noviembre, me he kicked myself in the ass / dado una patada motivado a mí misma para hacer las cosas que quiero hacer. En lenguaje de autoayuda/emprendedurismo (mismo da que da lo mismo), he puesto a mi alcance las herramientas necesarias para llevar a cabo los objetivos que he priorizado y para las que me he preparado.

    Uno de esos objetivos es escribir: escribir más, mejor y sobre lo que me importa. He descubierto que todos esos factores me hacen feliz, no sólo cuando lo hago, sino durante el resto del tiempo (saber que he escrito; saber que escribiré; cómo funciona mi mente mientras tanto).

    Pero hoy no he venido para hablar de mi libro, sino de la maratón de cartas de Amnistía Internacional que empezó el día 4 y dura hasta el próximo día 14. Viene a cuento porque este viernes 10 de diciembre es el día mundial de los derechos humanos. Eligieron mal día porque en España es siempre después o durante un puente, y es difícil organizar cosas cuando todo el mundo está de viaje. Pero estando de viaje, señores, es un buen momento también para escribir una carta ¿no es cierto?

    ¿Y para qué sirve mandar una carta?

    Pues es muy buena pregunta, y las personas salvadas o animadas por estas cartas son las que mejor pueden hablar de ello. En resumen, llaman la atención sobre un tema o una persona, y se hace saber que no puede ser ignorado. De poco sirven los WikiLeaks (como si no supiéramos lo que sucede; como si no supiéramos cosas peores) si dejamos que la información nos entre por un oído y nos salga por el otro sin hacer nada, sin que sirva para cambiar vidas. Por cierto: vean en el blog de María Barrios las cartas (en español y traducidas al inglés, francés, alemán) a los periódicos que recibieron la documentación de WikiLeaks, que deberían apoyar a su fuente, por ética periodística.

    Hablemos del sistema otro día; hablemos ahora de las vidas concretas:

    Según mi experiencia, la atención y la presión de la sociedad internacional pueden ayudar a mejorar las condiciones de las personas encarceladas. La Maratón de Envío de Cartas es una buena idea.
    Bu Dongwei, liberado de un campo de “reeducación por el trabajo” de China en julio de 2008.


    De este vídeo de Bu Dongwei:

    Aunque no recibí ni una sola de esas cartas, sí noté el cambio de actitud de los guardias. Si saben que el mundo exterior se está movilizando  y se preocupa por cierta persona, mejorarán la situación de esa persona.

    De este vídeo de Igor Sutyagin:

    Lo último que quiere la administración de prisión es ser el foco de la atención.

    En resumen es el problema que tienen ahora mismo los gobiernos del mundo con Julian Assange: no pueden hacerle desaparecer sin que muchas personas se preocupen por él. Pueden intentar cambiar el tema, intentar que la gente a su alrededor reaccione como si ya estuviera juzgado, condenado y hubieran tirado la llave, como si tuviera la peste (véase: Amazon, PayPal, Visa, MasterCard). Tiene narices que sean los bancos suizos los que vayan a salvar la situación. ¡Los bancos suizos!


    Los peores enemigos de los derechos humanos son la indiferencia y el olvido.

    ¿Tienes un boli? Pues puedes firmar estas cartas ya escritas (.doc), leer un resumen de la campaña o escribir tu propia carta con la información de estas fichas:

    1. Familias desalojadas en Romanía (con carta de ejemplo en rumano)
    2. Femi Peters – Gambia (posesión y utilización de megáfono)
    3. Khady Bassene – Senegal (busca a su marido desaparecido; ha recibido un certificado de defunción con fecha de 4 meses antes de la desaparición)
    4. Mao Hengfeg – China (perturbadora del orden social Chino)
    5. Norma Cruz – Guatemala (no se investigan las amenazas de muerte que recibe por su trabajo documentando violencia contra las mujeres)
    6. Padre Alejandro Solalinde – México (intimidado por el gobierno por mantener un refugio para migrantes)
    7. Saber Ragoubi – Túnez (juzgado injustamente, torturado, condenado a muerte y en aislamiento)
    8. Su Su Nway – Myanmar (activista en la cárcel, en aislamiento y a la que se le niega atención médica)
    9. Walid Yunis Ahmad – Irak (traductor entre otras cosas, 10 años recluido sin cargos ni juicio)
    10. Zelimkhan Murdalov – Federación Rusa (estudiante al que no se ha visto desde 2001, la última vez había sido torturado y lo sacaban en coche de una comisaría Chechena).


  • Sobre escribir

    Stephen King On Writing
    Stephen King, On Writing («Mientras escribo» se llama en español)

    Hay algo bonito en tener algunos libros en papel, dice la que pronto tendrá un Kindle. 🙂 Sobre todo lo que tengo es poco sitio, porque parto con la desventaja de tener cinco mil cómics en casa, una herencia que recibió Pablo y a mí me toca en gananciales… de reparto de espacio (porque las herencias no son gananciales, chicos y chicas, pero el espacio que ocupan sí). Partimos con veinticinco años de handicap friki. Hay adiciones, de todas maneras, que son muy bienvenidas, como este de Stephen King que ha llegado hoy. Por alguna razón salió antes de Amazon y ha llegado después, es una de estas cosas que no tienen una explicación muy clara.

    Me ha encantado esta parte de la segunda introducción (¡se me acumula el trabajo!):

    This is a short book because most books about writing are full with bullshit. Fiction writers, present company included, don’t understand very much about what they do – not why it works when it’s good, not why it doesn’t when it’s bad. I figured the shorter the book, the less the bullshit. (Stephen King, On Writing, second foreword, page xiii)

    Este libro es corto porque la mayor parte de los libros sobre escritura están llenos de gilipolleces. Los escritores de ficción, servidor incluido, no entienden muy bien lo que hacen: ni por qué funciona cuando es bueno, ni por qué no, cuando es malo. Pensé que cuanto más corto fuera el libro, menos gilipolleces tendría. (La traducción es mía).

    Hoy además ha llegado un email de ánimo del programa NaNoWriMo, en concreto de Holly Black, que dice entre otras cosas:

    5) Write for your reader self, not your writer self. You are the best audience for your own work. If you would absolutely love a character like the one you are writing about, if you adore books like the one you are working on, then you are going to know how to make the book appealing—write it like you were the person who was going to read it. Remember the fun bits, the juicy bits, the stuff you linger over in other books—the good stuff.

    5) Escribe para tu yo lector, no para tu yo escritor. Eres el mejor público de tu propio trabajo. Si de verdad te encantaría un personaje justo como el que estás escribiendo, si adoras los libros como el que estás escribiendo, entonces sabrás cómo hacer atractivo tu libro: cómo escribirlo como si fueras la persona que va a leerlo. Recuerda las partes divertidas, jugosas, las partes que atesoras en otros libros; las cosas buenas.

    La verdad es que estoy pasando un poco de miedo con mi propio libro… porque cuando termine las dos escenas que me quedan planeadas no sé por dónde voy a seguir, y me quedan aún 34933 palabras por escribir. En fin, menos quejarse, menos documentarse y más al tajo. Si hubiera dedicado este rato a la novela, me quedarían 34440.

  • Memercicio

    Meme, ejercicio, ejercicio de memez, lo que queráis.

    El caso es que la nota de Multimaníaco (por cierto, este artículo es muy interesante) de tus quince autores favoritos (pensando poco) me ha hecho reflexionar sobre qué tipo de libros leo, y quizá me dé alguna pista sobre qué tipo de libros voy a escribir. Claro que si intentáis sacar la media esto va a ser un poco raro. Está claro que no me molesta, ya que son los que más me gustan, pero es curioso pensar en ello.

    1.    Tolkien
    2.    Neil Gaiman
    3.    Stephen King
    4.    Terry Pratchett
    5.    Susanna Clarke
    6.    Louis de Bernières
    7.    Chuck Palahniuk
    8.    Michael Ende
    9.    J. K. Rowling
    10.   Edgar Allan Poe
    11.    Roald Dahl
    12.    Irvine Welsh
    13.    Marjane Satrapi
    14.    Ralf König
    15.    Bill Waterson

    Ua-la, ahí arriba he puesto qué tipo de libros voy a escribir.

    Qué miedo me doy a veces 🙂

    Actualización: Argh, Quino, me falta Quino. Lo cito y no lo pongo.