Sigo contando el viaje a Nicaragua. Me decía a mí misma: Es la primera vez que vengo, pero no es la primera vez que estoy.
Decíamos ayer, que nosotras no comprendíamos qué fascinaba tanto a Roberto Sáinz la casa en la que creció, hasta que la vimos. Le habían puesto el nombre del gran héroe nacional: Rubén Darío, el padre del modernismo (este poema, Divagación, gustará a los traductores del público). Para el resto: Lo fatal Dichoso el árbol, que
Madre mía, está siendo difícil encontrar el tiempo para contarlo, sobre todo por algo que sucedió durante el viaje, pero en Murcia.
Tenía tiempo y era menor de edad, me dije: iré con mi primer sueldo. Fui mayor de edad y no tenía dinero para ir. Conseguí un trabajo y no tenía vacaciones. Ahora soy madre, autónoma y no tengo tiempo ni dinero, pero voy a ir. ¿Quién se viene conmigo?
Como Murcia es muy pequeña, ya me han mandado por varios sitios que el próximo día 27 de febrero, miércoles, estaré en los Encuentros La Verdad Emprendedores. Es un encuentro para emprendedores (o empresarios) con un formato bastante interesante: tres conversaciones entre dos personas, un empresario con más experiencia, y uno de los noveles como yo (novel que no nobel).
Barcelona huele a pan. A pan recién hecho. No a pan de payés (pa de pagès), sino a cruasanes de mantequilla crujientes. Tenía esa frase escrita desde hace días. Después de una hora dándole el follón a Lucía para que escriba su diario, me doy cuenta de que todo lo que le digo a ella
22 preguntas y 22 respuestas honestas, como por ejemplo, que odio a los gatos. Hala, está dicho.
Por fin he visto Nicaragua con mis propios ojos. No solo en fotos, no solo en las historias de mis padres, de mi tío Fernando, de Ángel, de Jesús. El primer día se me rompió la cámara de fotos. Sigue sin funcionar. La parte buena es que venía mi hermana, que no sólo tiene una
Hoy se ha publicado en el periódico La Verdad el artículo «Es la hora de los emprendedores», anunciando el encuentro LV Emprendedores (segunda edición) que tendrá lugar mañana en el Hotel Nelva a las nueve de la mañana. Las plazas están ya agotadas y se podrá seguir por Twitter con el hashtag #encuentroslv. En el
Hay una niña de once años. Es la niña del libro. Es una chica con gafotas heredadas, en plan Toro Sentado, con una falda azul hasta los tobillos y un libro donde se cruzan las piernas. Lleva una coleta negra y me mira.