El orgullo y la libertad de ser uno mismo

Madrid 2009

Hoy es un gran día para salir del armario, pero en la vida, como el Google+, hay muchos círculos y muchos armarios diferentes.

Leía hace poco un consejo para escribir una novela que decía escribe sobre aquello que no puedas comentar en la cena. Sin embargo, hay tres temas en los que este blog es claramente pobre, cuando en persona no tengo problemas para hablarlos, ni siquiera a la hora de la cena.

Siempre he visto este blog como una obra sobre mi exploración profesional, con algunos toques personales (¡y reivindicativos!). Quizá por mi percepción de que internet está lleno de trolls a los que no les interesa tu opinión tanto como gritar la suya, nunca escribo aquí sobre estos tres temas:

  • Religión. No escribo sobre lo que yo creo, sobre lo que pienso que otros creen, ni sobre lo que pienso que otros deberían creer.
  • Política como partidos políticos.  No escribo sobre lo que yo voto, ni sobre lo que opino de lo que votan los demás, ni sobre lo que creo que otros deberían votar.
  • Sexo. No escribo sobre lo que yo hago, ni sobre lo que creo que hacen los demás, ni sobre lo que creo que otros deberían hacer.

Claramente es una gran mezcla para mi novela. Supongo que basta que me dijeran que no puedo, para que me pusiera a escribir sobre ello. Y sin duda como activista LGBT, ese nunca es un nunca flojo, porque los tres temas existen de fondo en algunos artículos de este blog, especiamente en aquellos en los que intento que el lector haga algo concreto.

Por cierto que estoy preparando un artículo sobre la T de LGBT, porque una de las cosas que para mí ha marcado este año es la transición de mi amiga Marta.

Pero lo que me fastidia es que, como no hablo sobre estos temas, parece que la configuración por defecto es que soy una señora de derechas apoltronada en un matrimonio monógamo hetero católico. Y no.

Quizá este blog sea más interesante sin espoilers.

It’s just that I think that to explain it would diminish it. David Chase (sobre el final de Los Soprano)

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Comentarios

Marta
28 junio, 2012

Desde luego… Y yo que leía este blog porque pensaba que era de una señora de derechas apoltronada en un matrimonio hetero católico…

Si es que ya no te puedes fiar de nadie… 🙂

Un beso enorme :*

María
4 julio, 2012

Jajajaj, desde luego, nos has dejado con la intriga. Pero es cierto que para mantener la «diplomacia» en internet y en la vida real esos tres temas no deben tocarse más que en situaciones de gran confianza. ¿Cuántas amistades se han roto por diferencias políticas o de credo? ¿O por criticar algún aspecto íntimo/sexual de la otra persona?.

Todo ello depende de lo revolucionario que uno quiera ser, pero si da para escribir un buen libro bueno será 🙂

Bego
7 julio, 2012

Me gustaría que, si llega la ocasión, se juzgue lo que digo por la solidez de mis argumentos y no por quién yo soy o digo ser.

Esencialmente a menos que no sea para animar o desanimar una acción concreta, es inútil enemistarse a priori con la gente. Ahora, callarse en ciertas ocasiones sería ser cómplice de los malos: es un equilibrio difícil.

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