Aun así, mi mesilla ya contenía lo siguiente, mezcla de leídos y por leer:
Tengo empezados los de Dawkins (cortesía de Mr Carbonara), Crystal (desde hace milenios) y Twain (edición bilingüe sacada ¡oh sí! de la Biblioteca Regional). Ya os cuento de Palahniuk, Pratchett y Follett.
Como dije en twitter, voy a escribir un artículo para La Linterna del Traductor, sobre subtitulación y VisualSubSync. Me he traído bibliografía de la oficina: Teoría y práctica de la subtitulación Inglés-Español de Jorge Díaz Cintas, y Subtitling, de Jan Ivarson y Mary Carroll (que tecnológicamente está pasadísimo, pero todavía contiene cosas interesantes).
Como no me regaléis crack, o una suscripción al WoW o algo, esto no tiene pinta de parar. Me encanta mi vida.
Llevo varios días recitando esta canción por lo bajo. También pensando en qué escribir, cómo y cuándo, qué primero, qué después, y escribiendo poco. También durmiendo poco. Pensando en las cosas que quiero hacer, e intentando practicar una frase que me cuesta mucho pronunciar. Son dos palabras difícilísimas. Las mías son…
Llevo unos días queriendo escribir un post diciendo que no me recortarán las ganas de reír, pero paradójicamente, no estaba de humor.
Creo que mentalmente me resisto a la idea de dejarme llevar por la corriente general de ¡es el Apocalipsis, el fin del mundo, los mayas tenían razón! Hoy os explico qué pasa por mi mente.
Mi chico me manda esta cita de un reportaje de El País Semanal sobre deportes minoritarios: En las últimas páginas de su libro Correr o morir (Now Books), el imbatible sky runner Kilian Jornet esboza una justificación a su búsqueda quimérica, extenuante e irreversible. «Quizá corro porque necesito sentirme creador; necesito saber lo que hay
Comentarios