Retratos animales, originalmente cargada por Bego*.
Los oseznos jugaban sin parar. Era muy divertido verlos, y daban ganas de ir y jugar también (hasta que te fijabas en las zarpas).
Tenía tiempo y era menor de edad, me dije: iré con mi primer sueldo. Fui mayor de edad y no tenía dinero para ir. Conseguí un trabajo y no tenía vacaciones. Ahora soy madre, autónoma y no tengo tiempo ni dinero, pero voy a ir. ¿Quién se viene conmigo?
Decíamos ayer, que nosotras no comprendíamos qué fascinaba tanto a Roberto Sáinz la casa en la que creció, hasta que la vimos. Le habían puesto el nombre del gran héroe nacional: Rubén Darío, el padre del modernismo (este poema, Divagación, gustará a los traductores del público). Para el resto: Lo fatal Dichoso el árbol, que
Madre mía, está siendo difícil encontrar el tiempo para contarlo, sobre todo por algo que sucedió durante el viaje, pero en Murcia.
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