Etiqueta: trabajo

  • La interpretación simultánea parece magia

    La interpretación simultánea parece magia

    La interpretación simultánea parece magia, y como todo lo que parece magia, lleva mucha preparación.

    A primera hora con las autoridades y la prensa
    A primera hora con las autoridades y la prensa.

    Pedir los materiales con antelación (cuando están), investigar a los ponentes e intentar anticipar qué van a decir (cuando no)… Coordinar al equipo, convencer al cliente de que de que tu manera de organizar las cosas tiene sentido…

    Hay días que son buenísimos y hay que decirlo. Hoy ha sido un día genial.

    Llega el día y hay buen rollo y buen trabajo en cabina. Nos felicitan los clientes. La presidenta de la mesa pide aplauso para las intérpretes. Risas con las compañeras al salir…

    Más no se le puede pedir a un día de trabajo.

    Ha sido además una sesión con contenidos muy interesantes, sobre la relación entre aprovechamiento del agua y energía empleada para ello. Si pensábais que en Murcia el agua era un problema, imaginaos lo que nos contaban sobre Palestina, Argelia, Túnez o Egipto (no ha faltado la mención a la primavera árabe).

    Pues resulta que en Murcia somos expertos en aprovechamiento del agua. ¡A la fuerza ahorcan! Pero Murcia es la Arrakis de este universo, y al parecer fuente de buenas prácticas en el aprovechamiento de agua (y todo norteño al que un murciano le haya cerrado el grifo al fregar se imagina de lo que hablo, aplicado a gran escala).

    Los organizadores repetían al contratarnos a nosotras. Nos han dicho que nos han elegido otra vez «porque nunca sale nada mal, pero con vosotras fue todo rodado. Se notó la diferencia, la gente comentaba que había sido todo más fluido».

    Además, se han acordado de darnos agua, comida y descansos.

    Con Irene Carratalá, de la cabina de francés
    Irene Carratalá (cabina de francés) y Begoña Martínez, servidora de ustedes (cabina de inglés)

    Y además han tenido la cortesía de extender la invitación a la chica que cuidaba de la bebé de Xaqueline, mi compañera de cabina (un gran descubrimiento por cierto).

    Valentina (cabina de francés), Vanessa (equipo de apoyo a la conciliación), peque de Xaqueline y Xaqueline (cabina de inglés)
    Valentina (cabina de francés), Vanessa (equipo de apoyo a la conciliación), peque de Xaqueline y Xaqueline (cabina de inglés)

    ¿He dicho ya lo de los mini-cruasanes recién hechos y calentitos para desayunar? Pecado mortal.

    El El archiconocido pupitre de interpretación Philips. Otro día os cuento para qué es cada cosa.
    El archiconocido pupitre de interpretación Philips. Otro día os cuento para qué es cada cosa.
    Hacia el final de la jornada, backstage de la magia de la interpretación: postits, agua, glosarios, el ordenador listo para acudir al rescate, libreta para soplar a la compañera cifras, términos, etc.
    Hacia el final de la jornada, backstage de la magia de la interpretación: postits, agua, glosarios, el ordenador listo para acudir al rescate, libreta para soplar a la compañera cifras, términos, etc.

     

    No quepo por las puertas, estoy muy feliz.

    ¡Me encanta cuando los planes salen bien!

  • Día Internacional de la Mujer (¿trabajadora? ¿como yo?)

    Día Internacional de la Mujer
    Matiz y el Día Internacional de la Mujer

    Para mí el 8 de marzo es desde tiempo inmemorial el día del cumple de mi mejor amiga del colegio. Con el tiempo fue cobrando relevancia lo del día de la mujer, y son dos fechas que me recuerdan la una a la otra.

    Cada año que pasa lo veo de una manera distinta, quizá porque soy aún más consciente de todas las cosas que se supone te hacen ser mujer, mujer trabajadora, y esas historias que casi nadie cuenta en primera persona.

    De pequeña piensas que tendrá que ver contigo algún día, quizá. Yo pensaba en la tarta de chocolate con galletas de la madre de mi amiga, y rezaba para que no le echase coco rallado, aunque siempre estaba buenísima.

    Este blog hará pronto tres años, y no guarda por tanto el recuerdo del primer día que fui mujer, trabajadora y además madre: faltaban aún 8 días.

    Hoy faltan 8 días para el tercer aniversario, y aún no sé qué se supone que tengo que sentir hoy, o si el hecho de que haya un día en el que la gente piense en casos como el mío me ayuda en algo los otros 364.

    Este año la fecha va acompañada de una buena noticia: en Matiz, la agencia de traducción e interpretación que fundé, nos han concedido una una subvención que pedimos hace ya tiempo, parecida a la de la monomarentalidad. Nos habían denegado todas las de Institutos de la Mujer los dos años anteriores, pero este año ha sido que sí.

    La gente me da la enhorabuena, y me dice que es más fácil emprender siendo mujer porque te dan más ayudas. Entonces yo me río, y digo, claro que sí, ya verás, te voy a dar el perfil de la persona a la que le darían todas las ayudas, según baremo:

    Es alguien que tiene una idea, quiere montar su propia empresa y es una mujer inmigrante, en paro, mayor de 45 años, que ha sufrido maltrato, soltera o sin pareja, con niños menores y ascendientes mayores a su cargo, con una minusvalía, en un sector en el que la mujer está poco representada y con una idea innovadora y tecnológica (a ser posible de I+D) y que va a aguantar con la empresa, funcione o no, durante al menos dos años.

    Esa mujer no se merece una subvención. Se merece un monumento.

    Una subvención es un gesto simbólico que se agradece y ayuda, porque toda ayuda es poca. Pero esa persona va a tener que enfrentarse a problemas mucho mayores de los que una aportación económica puede paliar.

    Y si no tienes tantos problemas, también. ¿Cómo compensas que los otros empresarios miren a tu alrededor buscando a tu jefe? ¿Cómo compensas que en ciertos sectores los acuerdos y las alianzas se cierren en sitios en los que no eres bienvenida como cliente? ¿Cómo compensas que te estás metiendo en un club de chicos, hasta ahora?

    Trabajando, y muchas horas. Demostrando lo que vales. ¿Cómo? Con resultados. Y perdiendo oportunidades de estar en tu casa tranquila, de asegurarte un sueldo, unas bajas y unas vacaciones, de tomarte las cosas con más calma, de intentar compensar la papitis de tu hija, y en general de no enfrentarte en persona con uno de los problemas clásicos de la humanidad.

    Es cierto que aceptar las cosas tal como son no va conmigo, y que estoy disfrutando mucho de ver cómo poco a poco las cosas avanzan, y los frutos apuntan. Soy un poco hobbit en eso, me gusta ver las cosas crecer.

    Me alegra que existan las ayudas y los días de la mujer, que se concedan y que se celebren. Pero que aún existan es un recordatorio de que aún no pueden desaparecer.