Me llaman del banco a las ocho y media de la noche de un martes después de puente, con la esperanza de que les compre unos fondos estructurados ligados a Telefónica, Vodafone, Hyundai e Inditex. Por supuesto me llama una chavala majísima de sensual voz. Para más datos, para los que gusten de estas cosas, con un cierto acento gallego.
Es el equivalente bancario de la llamada borracha del sábado a las dos de la mañana.
Mi primera reacción después de colgar es, joder, vas a llevarme al huerto ¿y no me invitas ni a una copa primero?
No, no gracias. Hace seis meses necesitaba mi línea de crédito de la empresa y me la quitasteis de debajo de los pies. Ahora no me vengais con historias de eres muy importante para mí, vamos a darnos otra oportunidad.
La frase que más me ha dolido ha sido por supuesto, en ningún momento perdería usted su dinero. Argh. Esto equivaldría a lo de no haremos nada que tú no quieras.
Claro que no.
País…
Hay 10 errores que pueden hacer que no consigas financiación, o peor, que pierdas dinero (que además tienes que devolver).
A continuación os pongo la traducción de este artículo de Seth Godin que me ha gustado, Por qué trabajar (Reasons to work). Estoy muy de acuerdo con lo que dice, aunque probablemente falten razones en la lista. ¿Cuál es tu caso? Actualización: comentario y puntualizaciones al final del artículo. Actualización 2: más razones aportadas en
El otro día sentí que ganaba con un sexto puesto y que perdía con un quinto puesto. Pero ambas cosas en cierto sentido son ganar, porque sólo pierdes del todo cuando no aprendes. Cuando te pierdes.
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