A veces, una dedicatoria se te va de las manos.
Humor absurdo para el amor de mi vida.
Es absurdo todo lo que te quiero
con una locura que atesoro
de la que elijo no curarme nunca.
Si amanece agosto eres mi brisa fresca.
Si atardece octubre eres mi olor a castañas.
El sana-sana de mis heridas.
La almohada de olvidar las pesadillas.
Tus brazos me estrujan de vuelta a la vida.
Por hacerte feliz cruzaría las minas de Moria.
Por hacerte reír haría cosquillas a Yoda.
Por ti iría al Monte del Destino a la pata coja.
Por ti llamaría a Voldemort sangre sucia.
Pero por favor no me pidas que saque la basura,
que te toca.
Te quiero: feliz cumpleaños mi amor,
tu Bego, tu loca.
En mi defensa diré que en el sobre iban también unas entradas para ver Gomaespuma.
Pobreza en cualquier parte es pobreza en todas partes.* ¿Por qué? ¿Por qué son los problemas de otros mis problemas? ¿Estamos juntos en esto? ¿Cómo podemos estar juntos en esto si no sé quiénes son, por qué estamos aquí? No puedo sentirles como siento mi cuerpo. ¿Saben mis uñas de los pies sobre mi pelo?
¿Se puede tener más paciencia? ¿Cuánta? ¿Para qué? Hubo una época en la que sentía una presencia en el universo, y le hablaba. Le decía: dame paciencia. Porque no tengo. Solo mucho más tarde escuché el famoso chiste: Señor, dame paciencia… dame paciencia, porque si me das fuerza ¡lo mato!
Gestionar es una palabra curiosa. Últimamente la estoy oyendo mucho. Una de las últimas veces, en la conferencia de Luis Huete en su conferencia en el Día del Emprendedor del Instituto de Fomento. Estuvo hablando de su nuevo libro, Construye tu sueño (aquí se puede leer el primer capítulo). Je, ha sido gracioso, porque al
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