El otro día en Madrid me duché, me puse un vestido bonito, y en el sofá de un amigo con una mantita me dispuse a leer The Casual Vacancy, el nuevo libro de J. K. Rowling, que había salido ese día. Las últimas sesenta páginas me las acabé anoche.
Es un libro muy bueno, con partes más graciosas y más trágicas. Aunque yo acabé llorando anoche igual que con Harry Potter and the Deathly Hallows, y conocía a estos personajes desde hacía mucho menos tiempo. Noto que está muy bien escrito en que anoche no podía pensar en esos personajes sino en esas personas.
Ahora estoy deseando que os lo leáis todos, porque si no ¿con quién lo voy a comentar? ¿De qué hablo sin hacer espoiler de nada? ¿De que va de un lugar muy parecido a donde yo crecí, pero en Inglaterra? ¿De que, imagínate un tema importante en la sociedad actual del primer mundo… pues sale?
Ayy. Así que hala, a leer. ¡Estáis tardando mucho!
A lo que hay encima, que es lo más interesante: libros, libros, y más libros. Llevo un tiempo queriendo escribir sobre el caótico batiburrillo curioso conjunto libros junto a los que duermo, y a veces incluso, leo. Sin embargo, van cambiando a menudo y normalmente no me parece que sean material de blog, por decirlo
… nunca mejor dicho. He puesto el disco de Alondra Bentley, y me pregunta «¿Esta es la niña que está tocando la guitarra en el campo?» Es increíble el poder de observación que tienen los niños, el disco se lo enseñé esta mañana 🙂 Ahora anda echándole Axe al sofá y diciendo «mmm qué bien
El día de la nevada del 83 fue el que me mudé a Murcia por primera vez. Mi padre había conseguido trabajo (en Maristas, enseñando filosofía) y yo aún era hija única. Fue el día siguiente a su cumpleaños. Dos chavales de 25 años con una niña pequeña veían sus cuatro muebles llenarse de nieve
Comentarios