Me llaman del banco a las ocho y media de la noche de un martes después de puente, con la esperanza de que les compre unos fondos estructurados ligados a Telefónica, Vodafone, Hyundai e Inditex. Por supuesto me llama una chavala majísima de sensual voz. Para más datos, para los que gusten de estas cosas, con un cierto acento gallego.
Es el equivalente bancario de la llamada borracha del sábado a las dos de la mañana.
Mi primera reacción después de colgar es, joder, vas a llevarme al huerto ¿y no me invitas ni a una copa primero?
No, no gracias. Hace seis meses necesitaba mi línea de crédito de la empresa y me la quitasteis de debajo de los pies. Ahora no me vengais con historias de eres muy importante para mí, vamos a darnos otra oportunidad.
La frase que más me ha dolido ha sido por supuesto, en ningún momento perdería usted su dinero. Argh. Esto equivaldría a lo de no haremos nada que tú no quieras.
Claro que no.
País…
Llevo ya un día entero pensándolo, y en realidad yo podría, siguiendo la letra, presentarme a la subvención como familia monomarental. De hecho, cualquier pareja heterosexual con hijos podría considerarse una familia monomarental, ya lo dice el dicho (y repetí yo ayer) madre no hay más que una. En propiedad, hay dos excepciones: el caso
Mi regalo para estas fiestas: os he traducido y anotado este este artículo de Seth Godin, ¿Es demasiado tarde para ponerse al día?, el que más me ha gustado este año y el que he aplicado en mi empresa. Espero que lo disfrutéis. Recordad: suerte = preparación + oportunidad. (This is an annotated, Spanish version
Como Murcia es muy pequeña, ya me han mandado por varios sitios que el próximo día 27 de febrero, miércoles, estaré en los Encuentros La Verdad Emprendedores. Es un encuentro para emprendedores (o empresarios) con un formato bastante interesante: tres conversaciones entre dos personas, un empresario con más experiencia, y uno de los noveles como yo (novel que no nobel).
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