
¿Sabíais que… amígdalas es hoy en día la palabra griega para almendras?
Pues esta mañana me he levantado con amigdalitis, esto es, con las almendras hinchadas, y siento como si tuviera uvas atascadas en el cuello, y me molestan los oídos como si llevara ya 10 horas en un avión. Esta tarde, gracias a nuestro amigo el ibuprofeno efervescente genérico y los antibióticos de amplio espectro, estoy siendo capaz de escribir este mensaje.
Yo a este viaje voy aunque me tenga extirpar las amígdalas a mano en los lavabos del aeropuerto de Helsinki.
Quizá exagero.
Quizá los superpoderes de los emprendedores y autónomos se desvanecen cuando dices la fatídica palabra… vacaciones. Me he estado resistiendo cuanto he podido, he puesto el autorrespondedor, contestaré los correos electrónicos, le he dejado mil instrucciones a María José, mi asistente… y aún así, me cuesta. Llamadlo superstición si queréis, pero desde que se abrieron las puertas de Matiz hace ya dos años y tres meses, no me he atrevido a decirla con la misma alegría.
Lo mejor de todo: se acerca Quique desde Beijing.