No compares tu entrenamiento con las mejores jugadas de otros

No compares tu interior con el exterior de otros.

Ignore everybody (Hugh McLeod)

Ignore everybody (Hugh McLeod)

No compares tu entrenamiento con la selección de mejores jugadas de otros.

Como escarpias con este vídeo de Jordan:

Quizá sea culpa mía. Tal vez os hice creer que era fácil cuando no lo era. Quizá os hice pensar que mis jugadas empezaban desde la línea de tiros libres y no desde el gimnasio. Quizá os hice pensar que todos los tiros que lancé ganaban un partido. Que mi juego estaba hecho con flashes y no a fuego. Quizá fue culpa mía que no viérais que el fracaso me daba fuerza. Que mi dolor era mi motivación. Quizá os hice creer que el baloncesto era un regalo de Dios y no algo por lo que trabajé todos los días de mi vida. Quizá destruí el juego… o quizá sólo estéis poniendo excusas.
– Michael Jordan
Maybe it’s my fault. Maybe I led you to believe it was easy when it wasn’t. Maybe I made you think my highlights started at the free throw line… and not in the gym. Maybe I made you think that every shot I took, was a game winner. That my game was built on flash, and not fire. Maybe it’s my fault that you didn’t see that failure gave me strength. That my pain, was my motivation. Maybe I led you to believe that basketball was a God-given gift, and not something I worked for … every single day of my life. Maybe I destroyed the game, or maybe… you’re just making excuses.
– Michael Jordan

El vídeo de arriba lo vi en el ahora muy bien llevado (¡hola, Nuño!) Facebook de La Calle es Tuya.

En mi caso mi highlight reel, mi montaje de mejores jugadas, es este blog.

Me he dado cuenta sobre todo con la entrada sobre la independencia de Júramelo. No sabía qué decir. Desde que empezamos han pasado tantas cosas, y en mi lista hay tantas cosas por hacer (importantes, urgentes, con presupuesto, sin presupuesto) que es un poco extraño celebrar que estás gastando dinero en firmar un papel. Pero es un paso necesario para seguir avanzando, es un momento simbólico (en una persona, sería un rito de paso) y si algo he aprendido estos últimos años es que hay que celebrar lo que se pueda, que ya llegarán momentos que no-celebrar. O lamentar.

Y sin embargo, la gente que lee el blog y me conoce en persona, me para y me dice: hey, qué bien, veo por tu blog que te va genial. Mi sensación al respecto es mixta, porque de verdad que intento transmitir una actitud positiva con las cosas que publico, y transformar las tristezas, las quejas y los fracasos en arte positivo. La parte mala es esa imagen de superwoman. Pongo el foco en lo positivo y dejo el entrenamiento y lo negativo entre bambalinas. Así que aparentemente, todo va estupendo, no necesito ayuda de nadie para nada, mi vida es todo glamour y jolgorio, y no. No es así.

Verbigracia.

Todo empezó cuando cerraron misteriosamente la piscina la que iba. Bah, no pasa nada, queda poco para las vacaciones, están todos los cursos de verano empezados, no me vienen bien los horarios… Un arreón y hasta las vacaciones así, que el tiempo extra no viene mal.

Sí, error.

Empiezo a coger peso y tengo bajones de energía. En el trabajo algunas cosas ya me superan. Justo antes de vacaciones me volvió a tirar la contractura de los hombros, la que me deja hecha un siete. Esencialmente me da cuando paso más de un cierto número de horas al ordenador al día y además me estreso mucho por algo. El estrés ya se sabe que es el mecanismo humano necesario para el reflejo luchar o huir (fight or flee). Pero cuando no puedes hacer ninguna de las dos cosas, tu cuerpo te pasa factura.

El último día tuve que cancelar dos reuniones importantes (que me ha salido muy caro no haber tenido) para ir en taxi a la fisioterapeuta a que me arreglen. La fisio sufre con mi espalda lo siento muchísimo, pero no puedo hacer mucho más por ti. Mejoro pero poco. Pasa agosto y cojo peso extra. Hago ejercicio pero no paso de tres días a la semana. Llegan decisiones duras en el trabajo…

Necesitaba trabajar más y mejor.

Solución: lucha o huye.

Así que me he puesto a entrenar, a hacer deporte todos los días. Quizá haya a quien le extrañe que para conseguir tiempo tengas que gastarlo en cosas que no tienen nada que ver, pero es cierto que para rendir al máximo mentalmente tienes que estar bien físicamente:

He conseguido hacer un hueco reorganizando el día alrededor de poder hacer deporte, y llevo ya 12 días seguidos. Lo he llamado proyecto #sport4ukelele porque por cada día que haga deporte va un euro a la hucha de comprar un ukelele como el de Amanda Palmer.

Ukulele Anthem

Ukulele Anthem: puedes escucharlo gratis pulsando la imagen

En negrita las cosas que he tenido que recolocar por sistema para encajar el deporte:

A day in the life

  • 7:00 ¡Arriba! Buen día: lo consigo, y escribo o arreglo cosas de la casa y los peques. Mal día: segunda convocatoria a las 8:00.
  • 8:00 Despertar a los niños, desayuno, mochilas, almuerzos, llevarlos al cole.
  • 9:00 Cole 1, o bien repartimos tareas y voy directamente a…
  • 9:30 Cole 2
  • 9:50 Matiz / Júramelo
  • 12:00 Almuerzo. Hora del tupperware con alto contenido proteico, ergo, packed lunch rollo británico
  • 2:00 Salir… o se intenta.
  • 2:30-2:45 Gimnasio / piscina
  • 3:45 Cole 2
  • 4:15 Comer
  • 5:00 Niños, reuniones, compromisos, compra, casa, tareas sueltas, blog… todo el resto
  • 8:30-9 Cena
  • 11:00 ¿Hemos conseguido acostar a los peques yaaaa? Leer y dormir.
¿Os parece que falta algo? Cosas que antes hacía y he dejado:
  1. Ver la tele (no la echo de menos)
  2. Leer el periódico (tampoco: lo siento pero me deprime y no me lo puedo permitir)
  3. Ir al cine (quiero volver)
  4. Mirar Facebook o Twitter al despertarme

Y a vosotros ¿cómo os va por dentro?


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Comentarios

Val
12 octubre, 2012

Modo superwoman: on!
Voy a tratar de darte mi versión de mi vida por ‘dentro’ y ‘fuera’ pronto… bear with me, lo haré en un post.

…ánimo :*

Bego
12 octubre, 2012

¡Muchas gracias Val! Espero tu post pronto ¿me mandarás el enlace cuando lo tengas? ¡Un abrazo!

Imperator
12 octubre, 2012

Como tú, yo he tenido que mover cosas arriba y abajo para hacer deporte, pero en realidad no lo veo tanto como un sacrificio. Y dado que yo entreno en sesiones cortas, que rara vez llegan a la hora, y lo hago en casa con mis pesas rusas y mi propio peso, la verdad es que no me cuesta.

Lo que me cuesta es parar. No trabajar en festivos, en fines de semana. El hecho de que me puedo pasar el lunes jugando a la PS3 hace que todos los días sean intercambiables. Pero no lo son, porque la gente con la que convivo y hago planes sí tiene fines de semana y festivos.

Para mi mi prioridad es esa. Mi objetivo para el 2012-2013 es optimizar el trabajo de forma que nunca exceda las 30 horas por semana, y nunca pase del viernes a mediodía trabajando (salvo algunas ocasiones excepcionales por los masters en los que imparto).

No sé si esto responde a la pregunta.

Bego
12 octubre, 2012

@Imperator: No lo veo en absoluto como un sacrificio. Es casi un premio si miras el horario… un rato que tengo para estar yo sola conmigo haciendo algo para mí. Estoy yendo al gimnasio para nadar porque no tengo piscina propia 😉 y porque me sale a cuenta salir de casa (como te comenté, toda ocasión de cambiar de aires es buena). Pero cuando no puedo ir, toca ejercicio con el propio peso (como sabes). Lo de las pesas rusas… no me siento preparada si no me enseñan primero, me da miedo con las que he visto hacerlo mal y quedarme peor.
En cuanto a parar, en eso sí que llevo unos años de entrenamiento, y un niño gritando y tirándote del brazo siempre funciona bien para dejar el curro a un lado.

Angela
12 octubre, 2012

Yo creo que soy capaz de llegar a todo lo que hago porque (casi) todas las mañanas estoy a las 5:30 en pie para hacer yoga y por las tardes dedico media hora a hacer ejercicio, darme masaje o meditar y al menos una vez al mes paso el día en la naturaleza.

Eso sí: no leo noticias, no tengo TV, veo como mucho dos episodios de series a la semana (casi siempre con otra persona), no voy al cine, elijo muy bien con quién salgo por ahí, preparo la comida con antelación para asegurarme de que recibo lo que necesito, y procuro que mi media de horas de sueño no esté por debajo de 6-7.

(En mi opinión, haces bien en tener respeto a las kettlebells… Muy poca gente tiene la coordinación necesaria para manejarlas de manera segura).

Bego
12 octubre, 2012

¡Hola Angela! Estoy completamente de acuerdo contigo en que el yoga ayuda mucho. Es una manera de limpiar la mente de todo lo que estorba. A mí en concreto me ayuda a mirar las cosas de manera más positiva, a tener más paciencia, y es algo que necesito siempre (que nunca sobra tener más).

Imperator
12 octubre, 2012

Tenerle respeto a cualquier trozo pesado de metal es buena idea, sobre todo si lo vas a levantar por encima de tu cabeza 🙂

Dicho esto: llevo casi 1 año de feliz uso de las pesas, aprendí con libros y DVDs, y los movimientos básicos (swing, levantada turca, clean-press y snatch) no requieren especial coordinación.

En serio. os animo a que lo probéis. Intimida un poco pero es genial 🙂 Y perdón por el off-topic.

Angela
12 octubre, 2012

No digo que sea imposible aprender a manejar las kettlebells solo. Pero sí pienso que la coordinación y postura de la mayoría de la gente deja bastante que desear. La prueba es que muy pocas personas puede hacer bien una flexión.

Antes que entrenar kettlebells recomendaría hacer ejercicio de movilidad y/o patrones de movimiento primitivos, y mientras tanto aprender a manejar el propio peso corporal con ejercicios de cadena cerrada. Cuando el movimiento es decente puedes añadir carga, mientras tanto es fortalecer una disfunción y eso a la larga creará patología.

Siento el tochazo, soy una friki de la rehabilitación y de la anatomía que se rehabilita a sí misma (con mucho éxito) y en su tiempo libre ayuda a los demás. Yo ahora mismo estoy encantada con las clubbells, pero de pensar en recomendarlas a la mayoría de personas que conozco me entran sudores nocturnos…

Raúl
12 octubre, 2012

Quién ha dicho que ser una superwoman no implique lucha, frustraciones, victorias/derrotas, renuncias? Es el seguir adelante.

Un abrazo muy fuerte, y otro para que lo guardes para un momento de esos en los que parece que te falta algo.

Bego
12 octubre, 2012

Raúl, pues efectivamente, pero yo no afirmo que ser una superwoman (o parecerlo) sea algo bueno, sino lo contrario. No tengo madera de héroe o de mártir, el mundo si quiere salvarse también tiene que poner de su parte. Lo que sí quiero es seguir adelante con salud y felicidad, y para ello hacen falta esos abrazos que dices… Muchas gracias y a ver si me toca uno en persona pronto.

Miguel Vagalume
12 octubre, 2012

Uf, mejor no cuento la parte mala, pero hay muchas.
Lo mejor, que cuento con una coach maravillosa a quien adoro a mi lado, de quien sólo se me pegan cosas buenas y algunas personas a quien quiero mucho porque son una gran ayuda en mi vida, en medio de este «no sé que pasará mañana». Tú entre ellas. Gracias 🙂

Pablo Bouvier
13 octubre, 2012

Hola, Begoña: hace un año leí un libro muy interesante que se titulaba «La enfermedad como camino». En este, un médico y un fisioterapeuta alemanes explican, con claridad, que las enfermedades son manifestaciones externas de un conflicto interno.

Y, precisamente, las contracturas de hombros o de espaldas (las he sufrido durante 7 años) son sintomáticas de que se está cargando con algo que nos es excesivo o con lo que subconscientemente no deseamos cargar.

Es cierto que el deporte contribuye a nuestra salud (mens sana in corpore sano), pero creo que lo que más contribuye a nuestra salud, no es tanto nuestro estado físico, sino nuestra actitud mental.

El mismo Michael Jordan lo dijo así:
He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fallado una y otra, y otra vez en mi vida. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida.

¿Cuántos tiros fallidos somos capaces de aguantar nosotros los traductores…? ¿9000…? ¿10000…? 🙂

Bego
16 octubre, 2012

Hola Pablo. Dices «pero creo que lo que más contribuye a nuestra salud, no es tanto nuestro estado físico, sino nuestra actitud mental». Pues yo te propongo justo lo contrario: para ser capaces de influir en nuestra actitud mental, tenemos que controlar nuestro estado físico. Desde un estado físico deplorable, difícilmente se puede llegar a un buen estado mental. A través de un buen estado físico, sí que se puede llegar a un buen estado mental.

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