There is fire on the mountain and nobody seems to be on the run.
Oh there is fire on the mountain top, and no one is a’ running. […]
So you say you have a lover and you love her like no other
So you buy her a diamond that someone has died on
don’t you think there’s something wrong with this?Tell me, who’s responsible for what we teach our children?
Is it the Internet or the stars on television?
La gente me pregunta qué cómo aguanto el ritmo, y mi respuesta suele ser: no lo aguanto. Pero cuando reviento, paso unas horas/días malos y sigo adelante.
No es broma.
Tengo que aprender a dosificarme, y es una habilidad difícil de adquirir.
Más habiendo tantas cosas interesantes por hacer en el mundo, o tantas cosas que hay que hacer.
Sin embargo, cuanta más imaginación tienes, menos triste deberías ponerte por todo lo que se te ocurre pero no existe (aún, o no existirá). Si no, tu imaginación te estaría saboteando la vida.
Una parte importante de la productividad es parar de hacer cosas, decir que no, decidir no hacer nada. Es un fallo mío que he descubierto hace poco: me cuesta ver algo que está mal y dejarlo pasar (but honey, there’s someone wrong on the Internet!)
Hay veces que las cosas van bien, y entonces tengo esta sensación de que yo me muevo y el mundo a mi alrededor sigue extrañamente inmóvil. Suceden cosas y la gente no reacciona. Mandas cosas a hacer y… no se hacen. Pero realmente no puedo ocuparme de todo, así que algunas cosas van mejorando, y otras no. Voy a intentar mejorar la manera en la que elijo lo que se hace y lo que no, eso sí.
A Jailer la llamo el «topping from the bottom hymn«. Por alguna razón, han puesto el Fire on the mountain al final de Jailer.
I heard my baby say
«I wanna be president.
I want your money
for my government».
Los cambios vitales tristemente no son momentos llenos de música dramática de fondo y efectos de luz, sino pequeñas acciones aparentemente intrascendentes, que se convierten en manías, costumbres, y finalmente en tu nueva vida, no 2.0, sino 1.000001 (beta). Son cosas pequeñas que van acumulando valor, como una huchita. Y los pequeños cambios vitales que
De pequeña conocí a dos niñas inglesas increíbles. Eran hijas de un poeta y una pintora. ¿Quién no querría aprender su idioma? ¿De dónde habían salido? Salen en las fotos de mis cumpleaños… Publicaría las fotos, ochenteras y borrosas, pero también salgo yo, con aquellas gafas y aquellos pelos. No sería justo. Hoy he llegado
Mi chico me manda esta cita de un reportaje de El País Semanal sobre deportes minoritarios: En las últimas páginas de su libro Correr o morir (Now Books), el imbatible sky runner Kilian Jornet esboza una justificación a su búsqueda quimérica, extenuante e irreversible. «Quizá corro porque necesito sentirme creador; necesito saber lo que hay
Comentarios