Esta frase es simple, pero me ha costado años aprender a pronunciarla:
Necesito ayuda.
Dos palabras.
Ni siquiera conseguí publicar la entrada del blog con esas palabras. ¿Queréis ejemplos? Os cuento (de lo que se puede publicar):
No se le pueden pedir más horas al día. Las horas son las que son y punto. Priorizas qué cosas se quedarán atrás, y si son importantes se las asignas a otro (véase) y si no son tan importantes, se quedan sin hacer.
Otra palabra difícil y necesaria:
No.
Cuánto cuestan las cosas sencillas. Hasta que están hechas.
Desde el día que puse en marcha mi página web, he recibido una gran cantidad de mensajes de estudiantes y futuros estudiantes de traducción. A menudo preguntan datos concretos sobre cursos, universidades, etc. Pero una gran parte de ellos buscan información más general sobre cómo es realmente la profesión de traductor. Ojalá hubiera tenido antes
Un relato 100% real. Por Halloween y All Hallows Read y Todos los santos. Puesto que el relato anterior dio miedo, esta vez aviso. Quién sabe, quizá este os dé risa.
—A mi abuela, Mariana Casanova. Y a Marta Serrano. Felices 33, Marta.
Comentarios