Mes: febrero 2012

  • 10 crudas realidades para los blogs de traducción

    10 crudas realidades para los blogs de traducción

    Toy Story (c) Pixar

    -La palabra que estás buscando es guardián espacial.

    -La palabra que estoy buscando no la voy a decir porque hay juguetes preescolares delante.

    Muchos traductores escribimos blogs profesionales, pero ¿qué escribimos en el blog? ¿Hasta qué punto nos pringamos con lo que pensamos? ¿Decimos la palabra que estamos buscando, o ponemos una versión para juguetes preescolares?

    Llevo años dándole vueltas a todo esto. El otro día me colé en un máster, en una clase de dirección de proyectos digitales (gracias al conferenciante y al organizador por colarme; por cierto ¿puedo decir cuál era?) y esa fue una de mis preguntas:

    ¿Qué pasa si lo que queremos contar, no podemos contarlo, y lo que sí podemos contar es un rollo? 

    En resumen: que hay que currárselo.

    Pues nos citaron este artículo de Smashing Magazine, sobre la cruda realidad de los blogs de empresa. Creo que se aplica a los traductores y aguanta bien el paso del tiempo. Lo mismo vale para Twitter, cuentas de Facebook oficiales y demás.

    Os lo resumo:

    1. Un blog no te da tráfico porque sí. Hay que currárselo. Lo que sí te da es algo de posicionamiento (como objetivo secundario) y una comunidad de lectores que (si lo haces bien) puede acabar teniendo una relación con tu marca.
    2. Un blog bueno implica pringarse a largo plazo. Hay que escribir a menudo para que la gente cuente con tu blog como fuente de información interesante y fiable.
    3. Un feed capado es una oportunidad perdida. No fastidies a la gente poniendo un RSS parcial (y tienes que tener RSS). El blog está para conectar con la gente. No hace falta que la gente esté en tu web para que haga efecto.
    4. No estás conectando con nadie. Un blog es un diálogo. Si no haces más que intentar vender tu producto, sin pedir opiniones ni hacer preguntas, lo estás haciendo mal.
    5. Pasa de las notas de prensa. Y de las cosas que suenan como si lo fueran. Como su nombre indica, son para los periodistas. Un blog debe ser mucho más personal.
    6. Suenas como una máquina. La gente quiere interactuar con personas, no con máquinas ni con empresas. Cuenta la historia de tu gente, que cada uno muestre su personalidad y su papel dentro de lo que hacéis.
    7. Tienes que mostrar los trapos sucios también.  Un blog no es solo para echarse flores. Hablar también de los errores ayuda a quitarle hierro a situaciones complicadas y le da credibilidad al resto.
    8. Los de marketing suelen ser malos blogueros. Personal, transparente, mostrando fallos, informal… uf, es que les cuesta. A veces son mejores revisores o entrevistadores que autores de contenido.
    9. Le pides demasiado a tus lectores. Demasiado texto y pocas fotos o vídeos. Sin resúmenes, controversia, o cosas que llamen la atención, los únicos que se lo leerán serán… los de la competencia.
    10. La competencia lee tu blog. Supéralo. Pues sí, se lo leen todito todo… Pero lo que solo sabe uno, no lo sabe nadie, con lo que si somos expertos en algo, pero no lo demostramos ¿de qué nos sirve?
    ¿Cuesta, verdad? Por eso lo llaman trabajar. Y vosotros ¿qué consejos le dais a los blogs de vuestra competencia?
  • Hasta los cajones

    Hasta los cajones

    Os voy a contar una cosa que espero os escandalice: las deudas de las entidades públicas no son tan malas como dicen los periódicos. Son mucho peores, porque han decidido… dejar de contabilizar las facturas. Es la ley del cajón.

    Facturas enterradas, enterrados en facturas
    Facturas enterradas, enterrados en facturas

    ¿En qué consiste la ley del cajón?

    Pues es una orden que viene de arriba, cuando se superan los presupuestos, se superan los recortes, se sigue gastando de todas maneras… por buenas o malas razones, se llega al tope ¿y entonces? Técnica del avestruz. Pero en vez de enterrar la cabeza en la arena, se entierra la factura en un cajón, y a correr. Y mientras la gente tenga paciencia, no se descubre el pastel.

    Tú has pagado tus proveedores, sueldos, IVA, IRPF, alquiler, luz, agua, teléfono, ADSL, intereses del banco… y mientras, ¿tu factura?

    Tu factura estaba de parranda. No lleva meses (años…) esperando pacientemente que le llegue su (cronológico) momento, sino que está en un limbo perdido de lo que nunca debería haber existido. Es la noche loca del gasto, es la cana al aire que se quiere olvidar. Y luego llegamos los proveedores a intentar cobrar, con el bombo de los intereses de demora. Que buena suerte a todos con eso.

    ¿Cómo evitar que te apliquen la ley del cajón?

    Ojalá tuviera la receta, porque cogería menos disgustos. He aquí algunas buenas prácticas (que valen para otras situaciones de cobro difícil):

    • Presupuesta antes de facturar. Haz que te acepten el presupuesto por adelantado, así tendrás algo a lo que agarrarte si luego se desentienden de la factura.
    • Factura a tiempo (inmediatamente o casi). Así no pierdes el contacto con la persona encargada.
    • Haz seguimiento de tu factura. Pide un número de referencia, los datos del gestor de facturas para proveedores, y comprueba periódicamente que está todo en orden. Así es como lo descubrirás cuanto antes.
    • Sigue haciendo seguimiento de tu factura. No hay nada deshonroso en llamar cada cierto tiempo, incluso en que te conozcan. Yo he llegado a tutearme de buen rollo con ciertos contables «llamo para preguntar por mi nene (=mi dinero), a ver si está bien abrigado, si come bien…»
    • Para los particulares y empresas tenemos el recurso de recurrir a los tribunales, pero ¿y con la administración? Veremos qué pasa…

    ¿Y vosotros, hay algo que os funcione?

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